La CAN entrega todo cuanto tiene a Banca Cívica a cambio del 29% de las acciones
Con la campaña electoral como sordina, ayer se tomó en el Civican de Pío XII una de las decisiones más trascendentales de las últimas décadas para Nafarroa. La CAN se vacía totalmente, al entregar todas sus posesiones, créditos y trabajadores a Banca Cívica. A cambio, recibe un 29% de las acciones de la entidad, que saldrá a bolsa en breve. La decisión se tomó en el Consejo General y uno de los consejeros manifestó sus dudas de que ese organismo sea competente.
Aritz INTXUSTA | Iruñea
No hubo debate. En medio del barullo electoral, el Consejo General de Caja Navarra vendió ayer todas las posesiones de la entidad, trabajadores incluidos, a Banca Cívica. A cambio, se quedará con un 29% de las acciones del nuevo banco, cuyo rumbo queda al albur de su próxima salida a bolsa, que será por debajo de su valor en libros, es decir, por menos de lo que realmente cuesta, para tratar de atraer a inversores y especuladores internacionales.
El resultado de la votación fue de 23 votos a favor, dos en contra y ninguna abstención. El presidente de Caja Navarra, José Antonio Asián, lanzó un discurso apagafuegos, insistiendo en que «Caja Navarra no desaparece». El máximo directivo aseguró que «Banca Cívica no es el recipiente en el que Caja Navarra se va a diluir» y que tampoco va a producirse una «pérdida de su condición de entidad de crédito ni el fin de su obra social».
La nota institucional remitida por la propia entidad utiliza la fórmula «Caja Navarra aprueba el paso al ejercicio indirecto de la actividad financiera a través de Banca Cívica». Sin embargo, no explica cómo se va realizar dicho ejercicio a partir de ahora, puesto que después de la decisión de ayer, la CAN va a pasar a tener sólo seis o siete trabajadores. Alberto Pascual, Amaia Rández, Fermín Musgo, Alberto Ániz y José María Urzanco parecen estar entre los elegidos para continuar. El resto de empleados pasará a formar parte de Banca Cívica.
La principal entidad de crédito de Nafarroa entrega así todas sus posesiones al nuevo banco que nace de la fusión de Caja Canarias, Caja Burgos, Cajasol y la CAN. El centro decisorio pasa de forma inmediata a pivotar entre Madrid y Sevilla hasta que, una vez terminado el faraónico rascacielos que comenzó a construir Cajasol, recale definitivamente en la ciudad andaluza.
Con la bancarización de la entidad se pierde todo compromiso con la obra social y, en todo caso, la cantidad de dinero que se destine a dichos fines se decidirá en las asambleas de Sevilla. Banca Cívica sí mantendrá el «Tú eliges, tú decides», pero siempre sobre la cantidad de dinero que se pacte en esas asambleas. Además, el propio sistema de «Tú eliges, tú decides», que descentraliza en los clientes la gestión de la obra social, es uno de los argumentos que se han esgrimido internamente para que sea suficiente con seis personas para gestionar la entidad a partir de ahora.
Fracasa el aplazamiento
Uno de los dos votos discrepantes, el de Gaizka Uharte (LAB), elegido por impositores, cuestionó la legitimidad que tiene el propio Consejo General para tomar una decisión tan determinante para el futuro de Nafarroa y de la entidad de crédito. En su turno de palabra, Uharte reclamó que sólo el Parlamento de Nafarroa tiene potestad para tomar semejante determinación, citando el artículo 56 del Amejoramiento del Fuero. Uharte consideró que, en todo caso, deberían ser los parlamentarios que resulten elegidos el próximo domingo quienes decidan el futuro de la caja En consecuencia pidió un aplazamiento, pero su iniciativa no prosperó. Cabe remarcar que sería posible que el nuevo Parlamento no aceptara dicho «traspaso», ya que lo rechazan Bildu, NaBai, Izquierda-Ezkerra y el PP.
Pese a que en la ponencia de Uharte del Consejo se escucharon murmullos, pero no se debatió, otras voces autorizadas se han alineado entre quienes consideran «un despropósito» lo aprobado ayer. Entre ellas destaca la de Lorenzo Riezu, ex director general de la CAN.
La petición de un retraso lanzada por Uharte sólo fue respaldada por José Miguel Nuin (Izquierda Unida). Esto causó sorpresa y malestar principalmente entre los delegados de ELA y LAB, por la posición adoptada por los dos representantes de los trabajadores (de los sindicatos CCOO y SEA), que se han plegado a la mayoría, cuando el último comité intercentros se posicionó en contra de dicha operación.
El Consejo General de la CAN es el equivalente a la Asamblea General en otras cajas. Su particularidad nace, precisamente, del Amejoramiento, que concede a Nafarroa unas competencias exclusivas en temas bancarios, a las que hizo referencia Uharte en su argumentación. Está constituido por seis miembros de las entidades fundadoras (Gobierno de Nafarroa y Ayuntamiento de Iruñea), además de grupos políticos (3 delegados), profesionales de instituciones (8), impositores (5), entidades locales (2) y trabajadores (2). Pese a la variopinta constitución de este consejo, se considera a este organismo como un foro teledirigido desde UPN, CDN y PSN.
LAB anunció ayer que seguirán estudiando «todas las fórmulas» para impedir lo que ellos consideran como la «defunción» de Caja Navarra. Creen que se trata de un «mal precedente» y que el Parlamento debería tener «algo que decir».