De Croke Park al Castillo de Dublín, ecos del horror y el dominio británico
Soledad GALIANA |
En el segundo día de visita de la reina Británica Isabel II a la República de Irlanda, el acto principal de su agenda fue sin lugar a dudas la visita a Croke Park, la sede de la Asociación de Deportes Gaélicos (GAA) y escenario de la masacre perpetrada por los soldados británicos en el Domingo Sangriento de 1922.
La GAA ha sido desde su fundación la imagen de la cultura irlandesa frente a la británica y en sus filas han militado muchos de aquellos que lucharon contra los predecesores de Isabell II para lograr la independencia de Irlanda. Antes de acudir a Croke Park Isabel II realizó una ofrenda floral en el monumento dedicado a los 49.400 irlandeses caidos en la Primera Guerra Mundial luchando junto al Ejercito británico. A dicha ceremonia asistió el recién nombrado primer ministro norirlandes Peter Robinson (DUP), y por invitación suya un representante de la organización lealista UDA, Jackie McDonald, no así el viceprimer ministro Martin Maguinness (Sinn Féin), quien declinó la invitación.
Por la tarde, la monarca británica junto con el primer ministro, David Cameron, iban a ser agasajados con una cena en el Castillo de Dublín, lugar desde el que sus antepasados gobernaban la isla. Durante la cena Isabel II tenía previsto realizar su unica intervención publica de toda la visita,
Asimismo, cabe destacar que los inconvenientes causados a los dublineses no hicieron sino empeorar en el segundo día, con zonas enteras de la ciudad totalmente bloqueadas.
Asimismo, como ya ocurriera la víspera, grupos opuestos a la visita trataron de mostrar su rechazo a la presencia de la monarca británica en la isla, si bien la agobiante presencia policial les impidió acercarse en ningún momento a los lugares visitados por la comitiva.
Una calle del centro de la capital fue cerrada durante la tarde por una amenaza de bomba.