Mientras Dominique Strauss-Kahn (DSK) se halla recluido en la prisión de Rikers Island a la espera de la próxima audiencia sobre las acusaciones de delitos sexuales en su contra -la vista se celebrará mañana-, fuera de los muros se perfila la inminente batalla para hacerse con las riendas del Fondo Monetario Inetrnacional (FMI).

Los países europeos defienden que la dirección de este poderoso organismo se quede en el Viejo Continente. «Si el máximo puesto del FMI se abre en algún momento, el Gobierno alemán respalda que la persona sea europea», apuntó el portavoz gubernamental Christoph Steegmans, quien añadió que el liderazgo del FMI no está oficialmente en discusión.

Y es que primero tendría que producirse la vacante. «Creo que Dominique Strauss-Kahn tendrá que tomar una decisión sobre su futuro, pero claramente está en una posición muy, muy difícil», manifestó el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague. Más contundente, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, subrayó que DSK «no está en posición» de dirigir el FMI.

Mientras, los países de otros continentes reclaman un cambio en el sistema de elección. China, que el año pasado se convirtió en el tercer estado más poderoso del FMI, pidió que el proceso sea «justo, transparente y basado en méritos».

Y Sudáfrica solicitó que se dé una oportunidad a un candidato de un país emergente. «Las instituciones como el FMI deben de reformarse para ser creíbles y para ser creíbles deben de representar los intereses y reflejar plenamente las voces de todos los países», defendió el ministro de Finanzas surafricano, Pravin Gordham.