Las ejecutivas y cientos de delegados sindicales de ELA y LAB respaldaron en Bilbo a las trabajadoras de los comedores escolares, que el lunes iniciaron su cuarta semana de huelga, con la pretensión de forzar a la patronal a negociar y exigir al Gobierno de Lakua que no actúe en contra de las «reivindicaciones justas» de las trabajadoras. Una manifestación recorrió la capital de Bizkaia desde la Plaza del Teatro Arriaga hasta el final de la Gran Vía, ante la sede del Ejecutivo de Patxi López.

Durante todo el recorrido llamaron la atención con pitidos y sirenas, y además corearon demandas en favor de la negociación y en contra de la cerrazón de las empresas del sector. Al llegar a la sede del Gobierno, Zuriñe Andrés (LAB) y Noemi Etxebarria (ELA) reclamaron la negociación como única salida válida a este conflicto y avisaron que están dispuestas a seguir con la presión directa.

El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki, y la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, afirmaron que el bloqueo en la negociación y las malas condiciones económicas y laborales en el sector de comedores escolares se debe a que el 98% de la ocupación está compuesto por mujeres.

Muñoz denunció la fuerte dependencia de «la precariedad, la falta de estabilidad garantizada y las jornadas de dos horas o dos horas y media al día, debido a su condición de mujeres» y criticó de forma directa el papel del Departamento de Educación, presidido por Isabel Celaá. «No hay derecho a que una consejera de Educación se permita el lujo de decir que la oferta de las empresas es digna, cuando es absolutamente indigna la política de negociación que llevan a cabo las empresas en este conflicto», precisó. Añadió que la negativa de las empresas a negociar las condiciones laborales «está amparada por el Gobierno vasco, ya que es el que echa encima a los padres, que sufren innecesariamente un conflicto, a unas trabajadoras que reclaman dignidad en sus empleos».

Dejación de responsabilidades

La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, señaló que este conflicto se mantiene así porque «se trata de un colectivo de trabajadores compuesto exclusivamente por mujeres que sufren la precariedad por ser mujeres y que trabajan en un sector meramente femenino».

Etxaide también se pronunció de forma crítica ante una de las demandas de la patronal del sector como es ligar el incremento salarial a la reducción del absentismo. «Intentar ahora poner como condición indispensable ligar el salario al control del absentismo, cuando sabemos que no responde a la falta de capacidad para trabajar de estas mujeres, sino a su propia condición de mujeres, es algo que no se hace en otros convenios y es algo que no estamos dispuestos a admitir en éste», precisó.

La responsable de LAB criticó al Gobierno de Patxi López porque «está haciendo dejación de su responsabilidad de garantizar un servicio público» y, a la vez, porque «se alinea totalmente con las empresas, ya que les ha dejado enrocarse en sus posiciones».

Ante cientos de delegados sindicales, que obtuvieron el aplauso de las huelguistas, Zuriñe Andrés, responsable de LAB en el sector de comedores escolares, recordó que «la inestabilidad laboral es la base de este sector, ya que dependemos de unos ratios, por lo que no sabemos en qué condiciones nos vamos a incorporar, tras pasar los dos meses y medio de vacaciones en el paro, al inicio del curso en setiembre». Por lo que denunció con fuerza que «el dibujo del sector es muy claro: feminizado, parcial y precario».

«Cerrazón»

Explicó que «desde hace tres años venimos reclamando la negociación de un convenio donde se mejoren las condiciones laborales y donde, en definitiva, el servicio que damos tenga la calidad que merece. Que a nosotras nos preocupa, pero a quien lo oferta parece importarle muy poco», precisó. Por lo que destacó que «donde nosotras vemos niños y niñas, otros sólo ven números, beneficios. El beneficio de unas y el abaratamiento en gasto social de otros es lo importante».

Acusó al Ejecutivo de Gasteiz y a las empresas de primar la cuestión económica «sobre un servicio de calidad y bienestar de los usuarios, que en este caso son niños».

Noemi Etxebarria, responsable de ELA en este sector, recordó que en este plazo de tiempo «ni las empresas ni el Gobierno vasco se han movido. No han asumido su responsabilidad e incluso han adoptado, a espaldas de la mesa de negociación, decisiones que han aumentado la discriminación».