París y Londres no quieren mediadores en Libia porque necesitan vender una victoria
Si bien el representante de Rusia para África expresó ayer su disposición de mediar con el entorno de Muamar al Gadafi -al coronel ya nadie lo considera un interlocutor válido- para alcanzar una solución al conflicto que asola Libia, la posición rusa, que ha mantenido una actitud crítica con los bombardeos de la OTAN, parece decantada en favor de la coalición occidental. Su última propuesta, de hecho, parece más un intento de controlar daños y abrir una transición ordenada, que un ejercicio de mediación real. Sin embargo, ni el Gobierno francés ni el británico, promotores de la intervención militar, aceptaron la propuesta del Kremlin. «La mediación no es posible», zanjó Nicolas Sarkozy.
París y Londres entraron en guerra con el Gobierno libio para favorecer a los «rebeldes» bajo su tutela. Lo hicieron a pesar de que la ONU sólo les dio autorización para impedir los ataques gadafistas contra la población civil, y sus bombardeos han causado cientos de víctimas civiles. Ahora no se pueden permitir una solución «dialogada» y auspiciada por Rusia. Necesitan vender una victoria, y no les importa que la guerra se enquiste y los libios sigan muriendo.