Elecciones a la Presidencia
Urrutia enarbola el «estilo Athletic» al presentar su candidatura
«Me siento un hijo del Athletic», resumió ayer el ex-capitán rojiblanco, al expresar el sentimiento que le ha impulsado a presentarse al sillón de Ibaigane.
Joseba VIVANCO | BILBO
Mus negro o corrido es cuando uno se da mus a pesar de tener una jugada buena, esperando que sea cortado por la pareja contraria y poder ganar así más tantos. Las elecciones a la Presidencia del Athletic que se abren oficialmente mañana se asemejan hasta la fecha a eso, a una partida de naipes en la que nadie quiere desvelar sus cartas.
Ni siquiera lo hizo ayer el primero de los candidatos oficiales, el ex-capitán del Athletic Josu Urrutia, que esta vez vuelve para capitanear el Club no desde el césped de San Mamés, sino desde el sillón de Ibaigane. «Es una nueva oportunidad para demostrar gure estiloa», sintetizó el lekeitiarra ayer al hablar del porqué de su paso al frente.
Lo que era un secreto a voces, ayer vio la luz. La incomodidad - admitida por él- de ver su candidatura día sí y día también en los medios de comunicación le ha llevado a «confirmar de propia voz que voy a dar el paso para presentarme a las elecciones del Athletic». Y, como diría el presentador de un histórico concurso televisivo, hasta ahí puedo leer. «Los cuarenta días que tenemos por delante dan para hablar, para aburrirse y, en ocasiones, para crisparse», argumentó su silencio sobre proyectos, equipo de colaboradores y hasta posible entrenador.
«Que el Athletic esté vivo»
A pesar de no querer entrar a hablar de su programa ni a valorar las calculados gestos de su previsible rival Fernando García Macua, Josu Urrutia sí dejó unas pinceladas de las razones que le han llevado a aceptar la invitación que hace tres meses le propuso un grupo de personas.
El de Lekeitio ofreció, sobre todo, sentimiento Athletic. «Yo he sido Athletic veinticuatro horas al día cuando era jugador, y ahora vuelvo a dar el paso para ser otra vez veinticuatro horas Athletic si el socio, el aficionado, lo quiere», lanzó su primera invitación a la masa social.
«Es bueno que el Athletic esté vivo y es una buena oportunidad. Ese gure estiloa del que hablamos se demuestra diariamente, pero en momentos excepcionales, todavía más, porque hay más gente que nos está mirando. Nosotros vamos a intentar mantener ese estilo, que es una seña de identidad. El Athletic saldrá fortalecido si hace las cosas como las ha hecho siempre», se explayó.
De momento, y tras esta primera toma de contacto, Urrutia se presenta como alguien que después de pasarse 25 años de vida dentro del Club bilbaino, tiene «una opinión dentro del fútbol y del Athletic». Eso sí, reconociendo sus limitaciones o «capacidades» para llevar las riendas de una entidad como ésta, apelando, no obstante, al trabajo de equipo como si de una plantilla de jugadores se tratara.
«Sé que me faltan cosas porque no soy Superman ni pretendo serlo, por eso he captado gente con esas otras capacidades». Cuarenta días le aguardan por delante. «Voy a intentar transmitir lo que yo creo que debe ser el Athletic», concluyó.
«El Athletic es contagioso», reconocía un Josu Urrutia (1968) que acababa de anunciar su retirada del fútbol, allá en 2003. Ayer, en la simbólica para él sede de la Peña Athletic Juvenil -la misma que le otorgó el primer premio individual de su carrera cuando aún era un chaval-, en ella, donde dijo sentirse «a gusto, respaldado y protegido», aquel niño de nueve años que vomitó la noche previa a su primera prueba en Lezama, anunció que quiere saldar la «deuda de por vida» que tiene con el Club que le dio «sentido a jugar al fútbol». Ante una multitud de cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas, el de Lekeitio no sólo reconoció, sino que dio muestras de su inexperiencia, de ser un primerizo. Tanto que tuvo que `cortar' la rueda de prensa para evitar que se repitieran las preguntas sobre sus planes, sobre la gestión de su presumible contrincante García Macua o sobre supuestos malestares de él o su propio entorno ante algunas decisiones últimas de la actual Junta Directiva. Urrutia fue tajante, sobre todo a este último respecto: «No quiero que nadie interprete lo que digo. Yo digo lo que digo, no interpretéis lo que no quiero decir», insistió en un nítido mensaje a algunos medios de comunicación.
Dejó claro que «no voy a juzgar a nadie», ni «decir qué hacen mal las otras personas». No quiere una campaña crispada que «no le viene bien al Athletic». Y repitió lo que dijo un día de 2001 cuando su equipo perdió 7-0 en el Nou Camp: «He ganado y perdido muchos partidos, pero quiero sentirme orgulloso y satisfecho de hacerlo de una manera determinada». J.V.
Urrutia no aclaró ayer ni siquiera si ya dispone o no de entrenador en caso de salir elegido el 7 de julio. Se habla de Didier Deschamps, de Frank Rijkaard, de Louis van Gal, parece que hasta ha mantenido contactos con Marcelo Bielsa, y hasta suena con fuerza el Cuco Ziganda