«'Bobby Sands' es un himno para quienes lo han dado todo por la libertad»
Guitarra y voz de Itziarren semeak
Pocas formaciones han progresado tanto, con una maqueta y dos discos, como Itziarren Semeak, banda de Mungia orientada hacia el ska y el rock, que es de nuevo actualidad con su nuevo álbum «Lehen lerroan». Trabajo que mantiene todos los predicados de su gestación: sonido festivo y textos beligerantes. Un binomio que el grupo resuelve con coherencia y eficacia.
Pablo CABEZA | BILBO
Itziarren Semeak comenzó tímidamente, como es habitual en la mayoría de bandas primerizas; sin embargo, en cuestión de aprendizaje, el grupo ha respondido con mayor diligencia y celeridad de lo común. En cualquier caso, para lograr el estatus actual la apuesta de Itziarren Semeak ha sido laboriosa y constante. Al poco de formase, ya tenían una demo en la calle. Tenía carencias y mostraba a un grupo aún deshilachado, pero dejaba vislumbrar con claridad el proyecto, el objetivo y el camino que deseaban trazar. Aun boicoteado por algunos ayuntamientos, el grupo consiguió un buen número de actuaciones y dar mucha vida a esa primera demo.
Sin permitir que el paso del tiempo les amodorrara, entrar en el conformismo de lo que se es y de lo que se ha logrado, Itziarren Semeak apostó fuerte para su primer disco. Así que, bajo la guía de los estudios Garate, de Kaki Arkarazo, grabó su primer cedé, «Bizkaiko golfoak», con un salto cualitativo, notable, respecto al pasado. Los directos, además, se multiplicaron y el sonido prosperó en todos los frentes. Al final, la inversión resultó muy positiva.
Para la gestación de «Lehen lerroan» no extraña, por tanto, que repitan con Arkarazo. «Sus consejos en la grabación han sido muy buenos, con él hemos aprendido mucho», resalta Ibon Altuna.
Los directos, el empeño en el local de ensayo, las pilas del inquieto Manex y los numerosos directos, cada año a más, son también factores definitivos que influyen en los excelentes resultados de «Lehen lerroan», disco de ska y rock, de punk y combate. La prueba más real (si acaso no se conoce la evolución de la banda) se halla en la contrastable regrabación que han hecho de «Hemen gaude», de su primera demo, así como el mayor acierto general en la inclusión de solos de guitarra, voces o vientos, todo en el momento adecuado, sin desorden. También, las colaboraciones, la ambición, terminan por enriquecer la propuesta.
Como en los discos anteriores, hay muy pocas palabras dedicadas a las cosas del amor.
Manex: Tiene su gracia, ya que los amigos dicen que nos estamos ablandando. Será porque no tenemos mucha experiencia en esas cosas del amor o porque no nos ha salido bien hasta el momento. Desde que empezamos con el grupo, todas nuestras parejas nos han abandonado. Además, el mercado musical está saturado de cantamañanas declarando su amor. Aunque tampoco es del todo cierto lo que apuntas, ya que en el disco «Bizkaiko golfoak» le cantamos al desamor en «Agur Maitia» y en este también hablamos de cosas de pareja, como es el sexo, en «Gau luzeak»
Ibon: También hacemos una pequeña referencia en «Ereserkia» a que no hemos tenido suerte ni en el juego ni en el amor. Esa es la realidad. Si le cantáramos al amor en cada disco, seríamos como Maná, al que parece que le han dejado 3.537 novias.
Ya que sale «Gau luzeak», sin duda una de las mejores canciones del disco, ¿cómo surge la idea y cómo se llega a la necesidad de tanto colaborador en las voces?
M.: Vas a alucinar un poco. La base de la canción es de Shakira. Un día que nos aburríamos en el local, el trompeta empezó a tocar en el bajo esa base. Yo le fui siguiendo con la guitarra y me encantó desde el principio para cantar porque me sonaba un poco a «Guns of Brixton». Como ves, la evolución que coge es impresionante. Al batería no le gustaba mucho y costó convencerle, pero después se animó y ahora está todo feliz metiendo ruidos con un aparato que se ha comprado. Pensamos que la canción, que iba in crescendo con el ritmo, tenía que hablar de sexo, de ir calentándote poco a poco hasta llegar al orgasmo. Fue entonces cuando pensamos en Francis. Yo la verdad es que, hasta el año pasado, no había escuchado mucho a Doctor Deseo. Conocía los himnos, pero no un disco entero. Sin embargo, el último me encantó. Le preguntamos si quería cantar con nosotros y Francis respondió que sí. En cuanto a las voces, yo quería cantar el principio porque me salía con mucha facilidad y quería también meterle un toque de reggae en la mitad. En los estribillos, la mayor parte del mérito es de Francis. Nosotros teníamos una guía, que era la que hace Ibon, pero él vino al estudio y al cabo de media hora hizo cinco voces y Kaki las aprovechó, separándolas y metiéndolas cada una en sitios diferentes.
I.: Así es, ¡me han censurado directamente! ¡Jajaja! Pero no me importa, la canción ha quedado muy bien. Francis es uno de los mejores cantantes, ante eso uno no puede hacer nada, aplaudir.
Y se ha vuelto a grabar, precisamente, con Kaki en Garate.
M.: Con «Bizkaiko golfoak» salimos muy contentos, así que para qué cambiar si todo había salido muy bien. Es alucinante la capacidad de trabajar que tiene Kaki: igual ha metido más horas arreglando canciones que nosotros ensayando.
El 5 de mayo, coincidiendo con la salida del disco, se celebraba el treinta aniversario de la muerte de Bobby Sands, con 27 años, tras 66 días en huelga de hambre y a los pocos días de ser elegido miembro del Parlamento británico. Y tiene canción en el disco.
M.: He estado varias veces en Irlanda. La última vez que estuve coincidió con la película «Hunger». Conocía el nombre de Bobby Sands, pero tampoco sabía mucho de él. Tras ver la película, me interesé por lo que había pasado y leí un par de libros. Me había impactado mucho el hecho de que un militante político diera su vida en defensa de sus ideas, de los derechos para los presos. No es el único que lo ha hecho a lo largo de la historia, en Euskal Herria también hay muchos casos, pero la huelga de hambre, las protestas en las cárceles con huelgas de higiene, ver cómo el cuerpo te empieza a comer la carne, eran impactantes... No sé, creo que nunca podría hacer algo así y por eso quería componer una canción en su honor, pero que, al final, vale para todas las personas que luchan por sus ideas, por lo que creen. Es un himno para quienes lo han dado todo por la libertad de su pueblo y en defensa de sus ideas. Por eso, se llama el disco también «Lehen lerroan», para toda esa gente que tanto en Euskal Herria, Irlanda, Sudáfrica, Cuba... ha estado en primera línea.
Quizá los vientos tengan menos protagonismo en este disco, pero las frases están más matizadas y justificadas.
M.: Vamos aprendiendo poco a poco y Kaki también nos ha ayudado. En las mezclas nos fue comentando diversos aspectos sobre esto y en el anterior disco también lo hizo. Es decir, que había que ir buscando mejor el sitio para los vientos, que no estuvieran tocando todo el tiempo.
I.: Los vientos, al igual que todos nosotros, han ido mejorando, y se nota mucho. Ellos mismos han visto que a veces era mejor tocar menos y más potente, que estar toda la canción por detrás. Su presencia, en determinados sitios, complementa mejor las canciones y las dan más fuerza.
Dejan señales, en cuanto pueden, de un pasado próximo al punk de los setenta en Gran Bretaña, de los ochenta aquí. En especial en «Radikals».
M.: Esa canción es un homenaje al Rock Radikal Vasco (RRV). Nosotros, desde el principio, nos hemos fijado en las bandas de aquella época y, más que en la música, en la forma de mirar al mundo.
I.: La música de esos años tenía un factor social que para nosotros es imprescindible. Las canciones de esa época poseen esa seña de identidad, desde The Clash, Kortatu, La polla, Hertzainak... Creemos que la música tiene que ser una forma de reivindicación ante el poder establecido, de protesta, de acción-reacción con las personas que la escuchen, que no les deje indiferentes, que hagan reír, llorar, enfadarte, pensar... Si nos convirtiéramos en un grupo sin fondo seríamos como esos que se someten al poder de las multinacionales, que sus canciones sólo hablan de mariposas.
Si los vascos no tienen relaciones sexuales, más o menos, ¿es cierto que existe un «Lujuria enea», como cantan en una de sus canciones?
M.: Eso se dice, pero no es verdad, que nosotros hemos visto antes, después y durante nuestros conciertos a gente «conociéndose». Un amigo nuestro hasta se enamoró la primera vez que vino a ayudarnos a un concierto. Nosotros, en cambio, sufrimos el síndrome del músico, ya que para cuando bajamos del escenario se ha repartido todo el pastel. A la hora de follar los vascos no somos tan vagos, aunque habrá de todo. Pero a lo que iba, con «Lujuria enea» lo que hacemos es más reírnos de la clase política de este país imaginándolos desnudos. Empezando por Arantza «todo a pelo» Quiroga, Ares y sus sadowarriors, PatxiTon, Urkullu, Ibarretxe o cualquier representante institucional. Lo que queremos decir es que no nos interesan sus fiestas, ni orgías. No queremos su progreso de TAV. Preferimos estar en nuestras herrikos o gaztetxes con nuestros amigos y no nos vamos a arrodillar para entrar en sus palacetes.
¿Han dejado alguna consigna para el próximo disco o esta escena político/social da para mucho más?
M.: Tengo un par de ideas, ya que en 2012 se cumplen 500 años de la ocupación de Nafarroa. La idea que tengo es grabar otro disco a finales de 2013 y hacer una referencia a eso, a que vamos camino a la independencia y al libertador Simón Bolibar, darle un toque más latino, igual reggaetón, je je je. Como hizo The Clash con «Sandinista». Pero bueno, eso ya vendrá y puede cambiar. Ahora lo que haremos es dar conciertos y, si conseguimos ahorrar algo de dinero, intentar salir a tocar fuera de Euskal Herria. Me gustaría ir a Catalunya, Irlanda, Venezuela, Cuba... Bueno, son planes.
Manex cada vez tiene más protagonismo en la banda: composición, arreglos y voz solista en ocasiones. ¿No estará preparando su carrera en solitario?
M.: La banda es de todos, aunque puede ser que yo sea el más pesado. Ahora me he comprado una guitarra acústica y también ando dándole. Tengo unas canciones e ideas, pero todavía me da un poco vergüenza cantar solo, pero véte a saber... Eso no supondría dejar Itziarren Semeak, ya que, si te digo la verdad, es de lo mejor que me ha pasado hasta ahora. Me ha dado la oportunidad de conocer a un montón de gente por toda Euskal Herria. Pueblos, noches alegres, mañanas tristes, de todo. Además de decir lo que pienso y sentir que haces algo. Y esto no lo dejó por nada.
I.: ¡Cuidado! Esas afirmaciones, crearán división en el grupo. Jebi, líder ideólogo de la banda, puede ofenderse y emprender su carrera sin nosotros! Aunque en el fondo, muy al fondo, sé que nos quiere.
Rancid y Eskorbuto siguen en el ideario.
M.: Puede ser. Las raíces musicales que seguimos están en esos grupos, pero la banda en el que más me he fijado esta vez ha sido en The Clash. La verdad es que yo he conocido antes a Rancid y Eskorbuto que a The Clash, pero tras escucharles a éstos me he dado cuenta de que la mayoría de los grupos que me han gustado les han seguido a ellos. Me pasó lo mismo con Kortatu, por mi edad: lo primero que escuché fue Negu Gorriak y luego, la curiosidad hizo que llegara a Kortatu. Ahora con internet en casa puedes mirar un montón de vídeos y canciones, de los que he cogido muchas ideas. P. C.