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«Al aficionado medio, Lezama le interesa menos de lo que él cree»

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Joseba VIVANCO |

Juan Carlos LATXAGA I Coautor del libro «Lezama, el corazón del athletic»

Su nombre va ligado a las crónicas del Athletic en el añejo diario «Egin» y es autor del libro «Días de gabarra y gloria» (2008). Es una de las cabezas visibles de este esfuerzo del Athletic Club por verter toda la historia de Lezama, cuarenta años, en este libro de cabecera para todo forofo rojiblanco.

Lezama, el corazón del Athletic'' forma ya parte del valioso patrimonio histórico del centenario Club. Juan Carlos Latxaga, además de Patxi Xabier Fernández, Blas Bermúdez y Asier Arrate, son los artífices de esta enciclopedia definitiva de la cantera rojiblanca que cumple 40 años. Un libro que saldrá en breve a la venta, al precio de 40 euros para los socios y 48 para no socios.

¿Este libro era una deuda histórica con Lezama?

La verdad es que sí. Cuando el Club decidió hacer el libro lo hizo un poco con esa perspectiva de recopilar cuarenta años de historia que no estaba recogida. Había fotos, papeles, pero no algo así. Por ejemplo, hemos conseguido recopilar los nombres de todos los futbolistas que han pasado por Lezama -unas 8.000 citas-, desde la categoría más baja, cosa que no se había hecho nunca. Espero que los que se vean reflejados ahí, si algún nombre está mal, nos corrijan.

¿Con qué se va a encontrar el aficionado que lo compre?

El libro se inicia con un preámbulo amplio que habla de lo que era la política de cantera del Club desde su fundación porque, aunque resulte curioso, el Athletic ya organizaba torneos infantiles en 1904 y 1905, con vistas a hacerse con jugadores. Es la parte pre-Lezama.

Luego, los cuarenta años de su historia los hemos dividido en cuatro capítulos, coincidiendo casi con exactitud un capítulo por década. Después, incluimos 34 entrevistas o perfiles que abarcan a presidentes, coordinadores, a técnicos y jugadores significativos, como Josu Urrutia, Guerrero, Txetxu Rojo, Iribar, o los últimos exponentes como Llorente o Muniain. Y, finalmente, hay una serie de reportajes específicos con ojeadores, minilezamas...

Es decir, que el libro se puede leer como un relato histórico de Lezama, pero no sé si también da pie a sacar conclusiones sobre lo que ha sido y es Lezama...

Eso es. Porque una cosa es el relato central, donde hemos tratado de poner a Lezama en su contexto. Por ejemplo, cuando Lezama se fundó en el 70-71 estamos en pleno desarrollismo del franquismo; en los 80 estamos en otro momento histórico social... La historia de Lezama no se puede contar obviando el contexto. Pero, aparte de esta lectura, uno puede enterarse de lo que es Lezama a través de la visión de sus protagonistas.

Cada uno cuenta su versión, por qué se tomaban unas decisiones y no otras, los jugadores cuentan sus vivencias, cómo llegaron, qué les ha aportado... Gente como Santi Urkiaga entra a los 12 años con el primer torneo que organiza el Athletic y todavía sigue ahí; él es el primer producto integro de Lezama, llegando al primer equipo tras cubrir todo el escalafón.

Es decir, podemos leer la historia de Lezama a través de su historia relatada, o a través de los que han hecho Lezama.

Por cierto, no sé si ha habido algún protagonista de esta historia al que le hubiera gustado entrevistar y no ha podido...

Yo tuve la fortuna de conocer en vida y de entrevistar, que no era fácil, a Piru Gainza, un hombre clave, clave, en todo el desarrollo de Lezama, y sin haber tenido nunca un cargo jerárquico en su organigrama. Pero era el ojo que todo lo veía, con veinte años como futbolista, cuatro como entrenador del primer equipo, responsable de ojeadores... una especie de ideólogo de Lezama. Me hubiera gustado hablar con él ahora, como me ha quedado la pena de hacerlo con José Luis Garai, el entrenador de los seis títulos con el juvenil, que era también un entrenador atípico, de disciplina férrea, muy duro con los chavales...

Cuando se dice aquello de que Lezama es la mejor cantera del mundo. ¿Hoy, es una bilbainada?

Hoy sí. Hoy no tiene sentido decir eso. Lezama sí ha sido en los setenta y buena parte de los ochenta la mejor cantera del país, sin duda, y una de las mejores del mundo, también. Lezama ha sido pionero. Fíjate que el primer entrenamiento es en enero del 71 y en abril ya organizan un torneo con chavales. Lo ven rápido ese potencial.

Es la primera instalación de este tipo, la primera idea de vamos a trazar un sistema con la cantera, algo que nadie había hecho antes. Pero, antes de Lezama, el Athletic ya había ganado seis Copas de España de juveniles. Era un dominador absoluto. ¿Ahora? Ahora Lezama ha perdido esa ventaja. Yo creo que necesita una revisión, una apuesta al día... Si Lezama triunfa, será porque va un paso por delante de los demás, pero en cuanto los demás le cogen el paso...

¿Porque a nivel de formación de jugadores, probablemente todo está inventado?

Es que lo tienes todo en internet. Sólo hay que copiar. A lo largo de la historia de Lezama, casi todos los coordinadores tenían en común el viajar: Iñaki Sáez fue a Argentina, Amorrortu a Holanda, Clemente antes de entrenar estuvo en Inglaterra... De hecho la propia idea de Lezama parte de un viaje del gerente a Francia, donde descubre la escuela de Vichy. Pero ahora, todo eso, con buscar en internet o comprar vídeos, lo tienes.

Trabajo de cantera que siempre se cuestiona y más en Lezama...

Lezama fue cuestionada desde el minuto cero de su historia. Pero la verdad es que yo no encuentro ninguna razón objetiva por la que se la ha cuestionado tanto. Normalmente, Lezama es cuestionada cuando el equipo va mal; cuando va bien, nadie se acuerda. Es anecdótico, pero significativo, que dos o tres años después de crearse Lezama, en el 71, Txutxi Aranguren se quejaba del trato que recibían los chavales de Lezama en los campos de Bizkaia, que si niños mimados, que si tal...

Otro dato: en el 78-79, en una tertulia futbolística, un socio llamaba a los técnicos de Lezama inútiles, que estaban comiendo la sopa boba... Pues se estaba formando el equipo que tres años más tarde sería dos veces campeón de Liga y uno de Copa. Todos esos jugadores ya estaban en Lezama.

Pero claro, se criticaba a Lezama porque se estaba en un periodo de transición entre el equipo subcampeón de Europa y el de Liga, y había un hueco donde el equipo iba mal, el famoso 7-1 del Bernabéu...

¿Cuál es el problema? Que si el primer equipo no funciona, todas las miradas van a la cantera, y al revés. De hecho, pienso que Lezama, al aficionado medio le interesa en realidad bastante menos de lo que él piensa. Mira, los datos están ahí: Lezama ha dado unos 150 futbolistas al primer equipo, una media de 3,5 por temporada. El Athletic sin Lezama está muerto.

Habla de que se mira a Lezama cuando el equipo va mal, pero también, hemos visto este año, cuando no aparece ni un sólo vizcaino en su once titular...

Creo que, sin que nadie se ofenda, ha sido un tema de debate porque no se sabía muy bien de qué hablar. El Athletic empezó siendo un equipo de Bilbao, que fue cogiendo gente de las márgenes de la Ría y luego se fue extendiendo hacia Bizkaia. Pero es que bajo la presidencia de José Antonio Egidazu (1973-77), nada sospechoso de nacionalista, se trajo a Astrain y otros jugadores navarros, se amplió esa idea de jugador vasco. Es decir, haber siempre ha habido guipuzcoanos, alaveses, navarros.. ¿Que últimamente hay más, que llama la atención que haya pocos vizcainos? Sí. Pero no es un problema achacable al Athletic, sino a Bizkaia. ¿Cuántos deportistas de élite vizcainos hay? ¿Quién fue el último campeón manomanista vizcaino? ¿Dónde están hoy los Loroño, Gabica, Lejarreta, Gorospe...? ¿Cuántos jugadores de élite de baloncesto o balonmano vizcainos hay?

¿Y cuál es la razón?

Nadie lo sabe. Yo se lo he preguntado a los entrevistados y se habla de demografía, de exceso de cemento, de que los chavales de ahora tal y cual... Porque ¿quién le hubiera dicho a la Real que iba a estar jugando con porteros extranjeros? Al equipo de Arakistain, Esnaola, Zubiarrain, Arkonada, Artola, Urruti... Donde vendían al bueno porque el de detrás era mejor. ¿Qué pasa, que los campeonatos playeros ya no funcionan? Sí, pero es que ahora no salen. ¿Centrales en el Athletic? ¡Para exportar! Y ahora hay problemas...

O sea, que no hay respuestas...

Mira, Txema Noriega hablaba en la entrevista sobre la falta de casta de los chicos que se comenta y decía que hoy los chavales dan malas contestaciones a sus padres, están todo el día con la `play', son vaguetes, nada competitivos porque tienen todo hecho... ¿Y si vienen a Lezama tienen que ser competitivos, ambiciosos, responsables? Si son los mismos...

«Lo que en la cantera hagas bien o mal, se verá dentro de ocho años»

¿Se queda con alguna de las cuatro épocas, con alguna de esas cuatro décadas?

Cada una tiene sus características. La primera es la del descubrimiento, la improvisación. Se trabaja mucho por intuición, se va fuera a aprender, se llama a gente del INEF -de donde llega Manolo Delgado en el 72- para que expliquen cómo trabajar con chavales. De ahí sale el futuro equipo campeón. Una eclosión que sigue en los años 80. Hay un domingo en la temporada 83-84 en el que todos los equipos del Athletic son primeros en sus respectivas categorías. Es el momento de gloria. Son años de continuidad, con Sáez y un grupo de técnicos que están en Lezama durante años... Pero luego empiezan a ocurrir cosas que ni el Athletic ni nadie saben ver: acaba el derecho de retención -se va Julio Salinas-, entra dinero vía publicidad, vía competiciones europeas, primeras sentencias contra el límite de extranjeros... Todo eso siembra la catástrofe de los años noventa para el Athletic. Llega la Ley Bosman, la caída del Muro de Berlín abre el mercado futbolístico del Este europeo, llega el dinero de la televisión... El Athletic resiste, incluso consigue jugar la Champions League, hasta que llega la década del 2000, un accidente electoral continuo...

¿Esta última época ha hecho daño a Lezama?

Creo que sí. Lezama requiere continuidad y paciencia. En Lezama lo que se está trabajando ahora lo vas a ver dentro de ocho años; lo que se está haciendo mal y lo que se está haciendo bien. Si ahora te estás equivocando, lo verás en ocho años. Así que, probablemente, toda esa convulsión interna de la primera mitad de la década se verá en unos años. Creo que en Lezama se ha trabajado bien siempre con poca improvisación. Y si algo hay claro es que la paciencia y el dejar hacer es la clave. Hay que dejarla trabajar. J.V.

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