Un atentado suicida revindicado por los talibanes, que se dirigía contra una tribu progubernamental causó al menos ocho muertos y once heridos en un mercado en la localidad de Pasht, a 35 kilómetros de Kahr, ciudad situada en las zonas tribales del noroeste de Pakistán fronterizas con Afganistán.

Dos ancianos de la tribu murieron en el atentado, según Irshad Khan, responsable del gobierno local. «Pensamos que eran los objetivos principales porque eran miembros de un comité local para la paz que había formado una fuerza tribal en contra de los talibanes», añadió.

Los talibanes pakistaníes ya habían atentado contra la tribu Salarzai debido a la determinación de este grupo para expulsarlos de la región.

«Hemos llevado a cabo esta explosión contra el comité por la paz porque se han unido al gobierno y han calumniado a los talibanes», declaró a France Press Ehsanullah Ehsan, poravoz del Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP).

«Les habíamos advertido y de nuevo les advertimos ahora, deben disolver este comité por la paz anti talibán o, de lo contrario, continuaremos los ataques contra ellos hasta que sean totalmente eliminados», añadió.

Deterioro de la seguridad

Las zonas tribales del noroeste el país son el bastión de los grupos talibanes así como de Al Qaeda. En casi 480 atentados -la mayor parte suicidas- han matado a más de 4.400 personas en todo el país desde el verano de 2007, cuando, unidos a Osama Bin Laden, los talibanes pakistaníes decretaron la jihad contra el Gobierno de Islamabad y sus fuerzas de seguridad por el apoyo que prestan a Estados Unidos.

El TTP ha jurado intensificar su campaña de atentados, desde el mismo día de la muerte del líder de Al Qaeda el 2 de mayo por un comando estadounidense. Desde entonces han reivindicado cinco atentados para vengar a Bin Laden. El más mortífero tuvo lugar el 13 de mayo ante un centro de entrenamiento de la policía en Shabqadar, y causó 98 muertos. Este deterioro de la situación de seguridad podría conducir a la caída del Gobierno y a la convocatoria de elecciones anticipadas, según algunos analistas, mientras la oposición trata acusa al Ejecutivo de haberse convertido en una marioneta de Washington.

La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, visitó Islamabad el viernes para tratar de recomponer las deterioradas relaciones entre ambos países. «Las consecuencias de la incursión de Abbottabad dieron al Gobierno una oportunidad de establecer su influencia sobre la seguridad y en otros ámbitos, pero falló», afirma a Mutahir Sheikh, profesor de Relaciones internacionales en la universidad de Karachi. «La prioridad de un primer ministro es cerrar su mandato de cinco años» que se termina en 2013, «pero no tiene ministro de Asuntos Exteriores, su ministro de Interior no tiene política clara y la seguridad se deteriora continuamente».