No sólo de épica y sufrimiento vive el ciclismo. La emoción viene en muchos casos en cuestiones tan denostadas en el deporte de competición como el compañerismo. Así, mientras que los líderes del Giro llegaban prácticamente de la mano a la meta de Sestriere en la última etapa montañosa de la corsa rosa, Vasili Kiryienka (Movistar) culminaba una escapada de 211 kilómetros con la mirada y los índeces fijos en el cielo, en memoria de su compañero de equipo Xavi Tondo, recientemente fallecido en Sierra Nevada.

El ciclista bielorruso puso más que nadie de su parte para llevarse el triunfo de etapa, marchándose primero con un nutrido grupo de aventureros e imponiendo su ley en las rampas de la Finestre. La escapada del día se gestaba nada más comenzar la etapa, con estos 13 hombres: Vicioso (Androni), Betancourt (Acqua), Ulissi (Lampre), Vorganov (Katusha), Salerno (Liquigas), Lang (Omega), Jufré (Astana), Mazzanti (Farnese Vini), Seeldraeyers (Quick Step), Popovych (RadioShack), Veuchelen (Vacansoleil), Mínguez (Euskaltel-Euskadi) y el propio Kiryienka.

El grupo no tardó en abrir una importante renta, fruto del permiso de un pelotón que aguardaba a los últimos kilómetros, donde se concentraba la principal dificultad de esta vigésima etapa. De esta forma, la escapada adquirió una ventaja máxima de 11.20, llegando al pie de la Finestre con poco más de seis minutos. Atrás, José Rujano (Androni) rompía en mil pedazos el pelotón con una serie de ataques, dejando una avanzadilla de poco más de 10 hombres, donde se echaba de menos a Igor Antón, Mikel Nieve y Roman Kreuziger.

Parecía que podría haber algo de batalla en la Finestre, pero nada pasó. Si en 2005 la maglia rosa de Paolo Savoldelli estuvo en solfa hasta el último momento, en la jornada de ayer Alberto Contador pudo incluso disfrutar del paisaje ante unos rivales tan tocados que apenas si se movieron. Mientras, Kiryienka no tardó en descolgar a todos sus rivales, y aunque todavía restaran 40 kilómetros hasta la línea de meta, acometió la parte final de la etapa con una determinación y regularidad envidiables.

Atrás, Rujano conseguía evadirse del control de los Liquigas, que decidieron tomar las riendas del gran grupo. Ninguno de los rivales de Nibali quiso probar al «tiburón» siciliano, con lo que los líderes fueron de la mano al ritmo que marcaba el polaco Szmyd.

Ataques de última hora

Mientras Kiryienka mantenía su renta sobre los 3.30 sobre Rujano y un minuto más sobre los favoritos, atrás Nibali flaqueaba después de que Joaquim Rodríguez atacara y salieran a su rueda Kruijswijk, Menchov, Con- tador y un Scarponi que se mostró muy conservador.

El descenso de la Finestre supuso que el bielorruso de Movistar abriera aún más su renta y que Nibali y Kreuziger contactaran con los favoritos. Si la Finestre no había deparado nada, menos se podía esperar de un puerto tendido como Sestriere.

Sólo en el último kilómetro y medio se movió el pelotón, descolgando a un Nibali que llegó muy justo, perdiendo un puñado de segundos. Todo indica que la crono de hoy en Milán sólo reafirmará el podio compuesto por Contador, Scarponi y Nibali, respectivamente. Suerte que Kiryienka le puso emoción.