GARA > Idatzia > Ekonomia

«Cien años después, los militantes de ELA son más necesarios que nunca»

p026_f01.jpg

Adolfo MUÑOZ, «TXIKI» I Secretario General de ELA

El secretario general de ELA considera el centenario como un homenaje a su militancia. El 11 de junio celebrarán un acto de conmemoración en Bilbo. Para el acto pidieron al director de EITB, Alberto Surio, imágenes de archivo, pero «la dirección sectaria de EITB no nos ha contestado».

Juanjo BASTERRA |

El 23 de julio de 1911, domingo, 178 trabajadores aprobaron y fundaron «Solidaridad de Obreros Vascos», el embrión de lo que hoy es ELA. Fue en la calle Correo de Bilbo. Cien años después, cuenta con 110.000 afiliados y mantiene una representación del 40% en Hego Euskal Herria. Adolfo Muñoz, Txiki, da mucho valor a «los militantes de antes y de ahora», considera significativo que los principios que lideraron ELA en 1976, tras la dictadura, en el Congreso de Euba, «siguen vigentes» y «nos reafirmamos en que somos un sindicato de clase y abertzale».

¿Qué piensa en este centenario?

Visto el panorama, tener una organización viva, pujante, reivindicativa, es un éxito. No es de los que estamos, sino de militantes que antes han hecho mucho trabajo por el sindicato. Una cadena con eslabones que trasmite una forma de hacer y de entender el sindicalismo. El centenario es un reconocimiento para quienes han hecho posible que lleguemos hasta aquí, pero siempre teniendo en cuenta que hay un presente, que la coyuntura lo obliga, y un futuro al que tenemos que dar respuesta.

¿Dónde está ELA cien años después de su nacimiento?

A lo largo de los 100 años ha habido muchos retos, muchas historias, y creo que el mérito a destacar es el acierto de quienes lideraron en 1976 el sindicato que tomaron las decisiones que nosotros hoy volvemos a reafirmar: un sindicato de clase y abertzale; la incompatibilidad radical de cargos políticos y sindicales con el fin de que las decisiones en el sindicato las tome el sindicato, nadie de fuera. Autonomía plena para reflexionar, plantear alternativas y acciones; y, en consecuencia, una constatación histórica que es trabajar obsesivamente en la organización porque nos financiamos por cuotas y afiliación.

¿Cuántos afiliados tiene ELA?

110.000 afiliados. En 100 años hay un impasse de 40 años de dictadura y casi se puede decir que ELA se refunda a la salida de la dictadura en el congreso de Euba en 1976. Nadie pensó que aquellas decisiones dieran lugar a lo que es hoy ELA. Hay que resaltar la idea de que en la medida de que crees en algo y trabajas, obtienes resultados.

¿Qué piensa de la actual coyuntura económica y laboral?

Estamos en una coyuntura de involución, donde el capital tiene subordinada a la clase política, que está haciendo los deberes que le impone. En estas circustancias el sindicalismo tiene dos alternativas: que se le acepte porque se subordina a ese poder, que es lo que está pasando; o, no utilizar la globalización como excusa. Hay muchas cosas que dependen de nosotros, mientras dependan de ti, lo tienes que hacer, tienes que luchar.

¿Qué destacaría de la historia de l sindicato que dirige?

El orgullo de mantener una organización sindical que en los últimos tiempos ha perfilado su modelo reivindicativo en función de coyunturas. Hemos estado defendiendo unas posiciones con crecimiento económico, pero hoy estamos en una situación de crisis, democrática y económica, con el mismo común denominador que es la defensa de la clase trabajadora en un modelo de sociedad determinado, con una distribución de la riqueza y una negociación colectiva de contenidos, entre otras cosas, independientemente de la coyuntura. Tiene un grandísimo mérito. No hay muchos ejemplos como el nuestro que con 40% de representación, hemos sido capaces de abrir una crisis en los órganos de participación institucional para demostrar su inutilidad, porque sirven a las posiciones del Gobierno y la patronal. El CES hace informes para que a Patxi López las cosas le salgan más fácil y el CRL interpreta lo que ya están trabajando en la siguiente reforma de la negociación colectiva. Quienes están negociando esa reforma aceptan que los salarios son responsables de la crisis, pero no han tenido nada que ver. Ellos están en esa involución y nosotros estamos diciendo volvamos a los orígenes del movimiento sindical, a organizar a la gente mediante la lucha para que se pueda defender.

Dicen que los sindicatos representáis a pocos trabajadores.

Tenemos elecciones sindicales y ahí se puede comrobar.

Y, ¿en términos de afiliación?

En términos afiliación,la tasa de sindicación de Hego Euskal Herria es de las más altas de Europa, por encima de la alemana, la italiana, la francesa y la inglesa. Por debajo de la belga y la nórdica. Es un tópico interesado, de aquella gente que quiere quitar legitimidad al movimiento sindical y, más en concreto, al movimiento sindical que no se subordina.

En cien años ha habido períodos convulsos, ¿cuáles destacaría?

Los retos han sido distintos en cada período. Destacaría que siendo «cuatro pelados», con el mayor respeto del mundo, crear un sindicato y darle valor al trabajo en equipo es importante- Ese reto se está consiguiendo. Esa generación anterior ha sufrido condiciones muy duras: la reconversión industrial tremenda, la que se hizo en los años 80; la crisis de los comienzos de los 90 con tasas de paro de más del 23% en Hego Euskal Herria. Lo que estamos viviendo ahora no se ha vivido con anterioridad.

¿La lucha por la jornada laboral sería una de las reivindicaicones de los sindicalistas al comienzo de ELA?

La jornada laboral y otros muchos logros. Una característica que se da ahora es que el mundo sindical tenía trenzadas alianzas políticas en base a las expectativas de que la socialdemocracia iba a desempeñar un papel esencial, sin embargo la socialdemocracia ha adoptado la agenda neoliberal. De ahí no se puede esperar nada. El nexo de unión, hablo del movimiento sindical con la socialdemocracia en Alemania, en Inglaterra en Francia y en el Estado español, está en que en estos momentos hace todo lo que le pide el capital. Así de duro es. Han cedido al poder económico.

¿Hay esperanza para los trabajadores?

Planteada así las cosas, hay esperanza. En función de cada coyuntura hay que dar valor. No puedes hacerlo sólo. Es verdad que hay una globalización que diluye muchas cosas, cambia muchas formas, pero el trabajo sindical debe ser protagonista. El instrumento sindical es más necesario que nunca. Eso no cambia, independientemente de la coyuntura, depende de ti. No no se puede estar lamentando siempre que existe la globalización, porque ese argumento es el común denominador de la izquierda. Tenemos voluntad de hacer cosas, de seguir en esta lucha para cambiar esta situación.

En vista de la situación económica y las medidas que se están adoptando por el Gobierno español, ¿cree que el PSOE ha perdido el rumbo?

Ha perdido el rumbo y ha defraudado a su base social. Hace mucho que ha dejado de preguntarse a quién representa para representar a Iberdrola, a las grandes empresas y a la banca. A partir de ahí, ha desaparecido como elemento transformador. Es lo que hoy es la política socialdemócrata. Los códigos de funcionamiento del mundo político han sido cooptados por el capital. Eso es nuevo. Porque el neoliberalismo ha existido en los últimos años, pero no como el actual que ha roto los equilibrios. Ha puesto en solfa al derecho laboral de proteger al más débil. Se parece más al código civil que a un derecho laboral protector del débil. Ni se ha actuado en una fiscalidad, ni en una negociación colectiva para distribuir la riqueza.

Están con eso de que hay que culpar a los salarios de la situación actual. La socialdemocracia ha dejado sólo al movimiento sindical. Ese es nuestro análisis. No vemos a esta socialdemocracia capaz de dar la vuelta a la situación y de abordar ese debate en profundidad a parte de la propaganda, porque lo de las elecciones del pasado domingo en el Estado español fue de abrigo de luto.

¿Después de tres huelgas generales en Hego Euskal Herria qué queda por hacer?

Hay que hacer más. Démosle valor a que en esta coyuntura de crisis haya habido una mayoría sindical que haya sido capaz de plantear una agenda de propuestas alternativas y de movilizaciones. A partir de esa realidad, la mayoría sindical está interpelada por la coyuntura para seguir tomando decisiones. Habrá que hacer. Tenemos dar prioridad a la demanda en favor de las condiciones de trabajo dignas, de la lucha contra la precariedad, para frenar ese intento de que los salarios pierdan con esta crisis, que no han generado. Supone un trabajo ingente al que daremos respuesta.

Tenemos que compartir una agenda más concreta de lo que es modelo de sociedad. Voluntad tenemos de hacerlo con la mayoría sindical. Con un horizonte, nosotros no tenemos subordinación a nadie, pero somos un agente sociopolítico que en sus acciones busca que la política se haga de otra manera.

«Patxi López, tras las elecciones del domingo pasado, está más cuestionado que antes»

ELA como agente sociopolítico que es ¿como ve el cambio en el escenario vasco tras las elecciones forales y locales?

Las elecciones tienen una parte de coyuntura. La gestión de la crisis ha tenido efectos electorales. En España, las consecuencias negativas han sido para el PSOE porque ha hecho una política de derechas desde el Gobierno. Los resultados en Hego Euskal Herria validan la opción de la lucha política, que evidentemente con lucha armada no es posible. Estamos en esa transición, a la espera de que eso sea así, es decir lucha política, civil y democrática. El resultado de las elecciones validan ese camino.

¿Patxi López está más cuestionado?

Desde el punto de vista de mayorías, López estaba cuestionado antes. Es lehendakari a una actuación antidemocrática. Y el resultado del pasado domingo se ve de forma nítida que es así. Entendiendo las satisfacciones, alegrías y tristezas de la noche electoral, gobierne el PP o el PSOE en el Estado español no hay distinción en relación a Euskal Herria. Atravesamos una involución. Con elementos de actualidad, a los que defienden el autogobierno y el Concierto Económico, no les hemos escuchado ni una sola voz durante esta crisis que diga que les parece mal que se cuestione el Concierto, porque es el Gobierno de Madrid quien decide ya los niveles de déficit publico y deuda de las administraciones vascas.

¿Qué queda por hacer?

El mundo abertzale debería compartir un diagnóstico común sobre el Estado que queremos, qué estrategia tiene y ser capaces de establecer una estrategia común. Si algo nos ha caracterizado hasta ahora es la incapacidad del mundo abertzale en su conjunto de establecer unos mínimos, con unos códigos y unos compromisos para trabajar de cara al futuro.

¿Qué retos se marca ELA?

En el mundo del trabajo, como organización de contrapoder que somos, trabajar su discurso ideológico, porque desde fuera no lo dan y se puede terminar como ZP que la agenda de su política la decide el «Financial Times». En segundo lugar, no hay sindicalismo reivindicativo sin militantes. No hay movimiento sindical sin militancia,hay que formarse. Y debemos aprender y aplicar las experiencias sindicales positivas. J. B.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo