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El PSOE aclama a Rubalcaba para unas primarias con candidato único

El vicepresidente primero del Gobierno español, Alfredo Pérez Rubalcaba, fue ayer aclamado por unanimidad por el Comité Federal como candidato en las elecciones primarias en el PSOE. Rubalcaba anunció que presentará un proyecto de cambio, pese a reconocer que su bagaje son los gobiernos de Felipe González y de José Luis Rodríguez Zapatero.

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El vicepresidente primero del Gobierno español, Alfredo Pérez Rubalcaba, dio ayer el «sí, voy a presentarme» a la petición unánime de la cúpula del PSOE para presentarse a las primarias que dilucidarán quién será el candidato en las próximas elecciones generales. Salvo sorpresas, y tras la retirada de la ministra de Defensa, Carme Chacón, Rubalcaba ha despejado el camino y las primarias, a las que el Comité Federal del PSOE dio ayer inicio de forma oficial, tendrán un único candidato.

Sin decirlo de forma expresa, Rubalcaba se dirigió a quienes sugieren que ha sido escogido para perder por la mínima en las próximas elecciones generales y señaló tajantemente que él no se presenta para tener «una derrota digna», sino para lograr «una victoria democrática con la que desarrollar proyectos políticos». Así las cosas, pidió a sus compañeros de fila «que tengáis tantas ganas de ganar como yo, que tengáis tanta seguridad de que podemos ganar como yo».

Aunque parte con el aval del Comité Federal -una de las tres vías que establece la normativa interna para concurrir a las primarias-, Rubalcaba prometió recorrer las federaciones y buscar el voto de la gente.

Para ello, anunció que presentará un nuevo proyecto porque «tenemos que ganar ofreciendo nuestro proyecto. Y cuando salgamos de la crisis tenemos mucho que cambiar, tenemos que cambiar las cosas». El vicepresidente quiere nuevas ideas para un nuevo proyecto, que tenga «en el corazón» el compromiso de generar empleo.

Pese a esta propuesta de cambio, dijo sentirse responsable «de todas y cada una» de las decisiones adoptadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Precisamente, se dirigió al presidente del Ejecutivo para calificarlo como «un corredor de fondo, lo eres políticamente, y muchas de las cosas que has hecho verán sus frutos dentro de algún tiempo. El tiempo te dará la razón». De esta forma respondió a Zapatero, que le había presentado como un esprinter que si es «capaz de haber corrido 100 metros en poco más de 10 segundos, es capaz de ganar en diez meses unas elecciones». El discurso de Rubalcaba se movió entre la necesidad del nuevo proyecto y de «innovar», y el reconocimiento de haber participado tanto en las decisiones más duras e impopulares del Gobierno español durante la crisis como en haber estado en los Gobiernos de Felipe González, lo que lastra la idea de «cambio». «Es el bagaje con el que también voy a las elecciones», afirmó, asegurando que estos gobiernos son los que han llevado a cabo los «procesos transformadores, de reforma y de modernización».

«Porque es temido por ETA»

El presidente del Gobierno defendió su apoyo a Rubalcaba, utilizando su actuación en el conflicto en Euskal Herria como uno de las claves de su carta de presentación. Confirmó su propuesta porque «es la persona que quieren nuestros compañeros y nuestros votantes. Es querido y apreciado por los nuestros. Respetado por los adversarios. Y temido por algunos, por los terroristas de ETA, y sé bien de lo que hablo».

Zapatero asumió «la derrota grave» en las elecciones del 22 de mayo señalando que es, «ante todo, mi responsabilidad, porque deriva directamente de la situación de respuesta a la crisis económica».

La duda ahora está en saber si una vez que sea elegido cabeza de lista a las generales Rubalcaba debe seguir como vicepresidente, portavoz y ministro del Interior, algo que dudó que pueda hacer el líder del PSOE extremeño, Guillermo Fernández Vara, en cuya opinión tendría que dejar alguna de sus responsabilidades a partir de otoño.

Todos los dirigentes del PSOE que tomaron la palabra respaldaron la candidatura de Rubalcaba, y rechazaron que que se trate de un «dedazo», es decir una imposición, afirmando que el partido ha abierto formalmente las primarias.

Sin embargo, es poco probable que estas primarias lleguen a celebrarse efectivamente, una vez que la presión ejercida por quienes esgrimían la necesidad de un congreso con el peligro de que Zapatero perdiera la secretaría general ha forzado la retirada de Chacón y despejado el camino de Rubalcaba.

Precisamente, una constante en las intervenciones, fue Chacón, a quien todos han agradecido su «generosidad» por retirarse de la carrera sucesoria. La única excepción fue el propio Rubalcaba. La ministra asistió con semblante serio a la reunión y, en la señal interna de televisión para los medios de comunicación en la sede del PSOE, apenas se le vio cruzar palabra con el vicepresidente, sentada entre Rubalcaba y Rodolfo Ares, uno de los que apoyaba la celebración del congreso.

Rubalcaba tendrá que esperar, como mínimo, hasta el 18 de junio para ser proclamado candidato oficial del partido. Si otro aspirante consigue el apoyo del 10 % de los militantes, los afiliados acudirían a las urnas el 26 de junio, y la proclamación del vencedor sería el 2 de julio.

Autocrítica

Por otra parte, el Comité Federal aprobó una resolución en la que el PSOE se compromete a tener «muy en cuenta» las inquietudes y demandas de las personas que estos días se han concentrado en las plazas de muchas ciudades del Estado español y garantizó que reflexionará sobre sus propuestas.

Seguros de que la crisis ha sido determinante en los resultados del 22-M, el PSOE anunció una «reflexión crítica» e interpreta su derrota como reflejo del descontento social con el partido del Gobierno. La principal crítica que se hacen a sí mismos, es el no haber sabido trasladar a la sociedad las medidas adoptadas frente a la crisis.

Por su parte, el secretario general del PSE, Patxi López, afirmó que «nunca» ha pretendido «crear división en el partido o favorecer a terceras personas» con su propuesta de plantear un Congreso en el PSOE e insistió en su lealtad a estas siglas y a Zapatero. La propuesta de López de celebrar un congreso tras los malos resultados electorales fue uno de los detonantes de la presión que apartó a Chacón de las primarias.

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