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BBVA no entrega al comité toda la información sobre el amianto

Desde junio del año pasado se han desarrollado los trabajos de desamiantado del edificio emblemático de BBVA en Bilbo. Desde este lunes, los empleados retornarán debido a que la empresa Ondoan certifica en una auditoría que se ha limpiado el amianto en las zonas donde se ha comprobado. La dirección de BBVA no entregó el informe completo a los representantes de los trabajadores y en las conclusiones de Ondoan se asegura que hay zonas con amianto confinado.

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Juanjo BASTERRA |

A partir de este lunes, un grupo de empleados de BBVA volverán al edificio de Gran Vía 1, debido a que la dirección del banco afirma que ya han finalizado las operaciones de desamiantado del edificio, aunque admite que existe amianto todavía en diferentes zonas, aunque está controlado.

A consecuencia del contacto con el mineral cancerígeno, el trabajador de ese banco, Cosme Real Merino, falleció el año pasado después de que le apareciera un mesotelioma pleural, un tipo de cáncer, por haber estado en contacto con el amianto, que la dirección de BBVA y las mutuas que tienen contratadas el banco negaron en un primer momento.

Según comunicó a los sindicatos el pasado 18 de mayo la Unidad Territorial de Recursos Humanos Norte de BBVA, la plantilla desplazada desde junio de 2010 a otras instalaciones del banco volverá este lunes a ocupar desde la planta séptima hacia arriba el edificio emblemático de la Gran Vía número 1.

BBVA confirma que Ondoan Auditoria y Control SL ha verificado el proceso de desamiantado del banco, aunque no trasladó al Comité de Seguridad y Salud de BBVA el informe completo, que sí fue remitido a la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Bizkaia y a Osalan. Tan sólo a los representantes de los trabajadores les remitieron las conclusiones de la auditoría de Ondoan.

Esta semana próxima se supone que los delegados sindicales podrán analizar visualmente el informe. Sin embargo, a la luz de las conclusiones del mismo siguen existiendo numerosas dudas sobre ese proceso de desamiantado, que sería el segundo realizado en menos de cinco años en el mismo lugar. El informe concluye de la siguiente manera: «tras el análisis documental, análisis de muestreos in situ de ignifugados y calorifugados, muestreo ambiental e inspección visual, se puede afirmar que las labores de desamiantado realizadas y las condiciones ambientales existentes actualmente en el edificio cumplen los requisitos establecidos en la legislación al respecto».

Según precisa, «la exposición a fibras de amianto, así como el índice de exposición, en los puntos muestreados es inferior al valor límite de 0,1 fibras por centímetro cúbico, según el artículo 4,1 del Real Decreto 396/2006». En el mismo se reconoce que BBVA informa «de la existencia de zonas del edificio debidamente marcadas en plano, donde el amianto se encuentra confinado o encapsulado, impidiendo cualquier contacto de los trabajadores con dicha sustancia», según la legislación.

Además. Ondoan explica que el Servicio de Prevención dispone de una documentación sobre Medidas Preventivas de Seguridad y protocolos de actuación para personas o subcontratas que tengan acceso a zonas con amianto confinado encontrando correcta dicha documentación».

Precedentes negativos

El proceso actual de desamiantado en BBVA se encuentra con unos precedentes negativos, dado que en el plazo de menos de diez años ha habido actuaciones que el banco las ha calificado de «desamiantado» pero que resultaron ser falsas.

En noviembre de 2009, Osalan confirmó la existencia de amianto en la sede de BBVA de Gran Vía 1 debido a que comprobó que el cáncer que sufría el trabajador Cosme Real Merino se debió al contacto con el mineral cancerígeno desde 1968 a 2002, que desempeñó labores de mantenimiento eléctrico para ese banco.

La Inspección de Trabajo reconoció en marzo de 2006 la existencia de amianto en el edificio singular de BBVA, tras la denuncia de un delegado de ELA de la subcontrata Giroa. Según expresaron los responsables de la entidad bancaria a Osalan y a la Inspección de Trabajo, tras conocerse la existencia de amianto, se procedió con la empresa Cespa Conten al desamiantado del edificio». Sin embargo, se conoce que esos trabajos no eliminaron el amianto del edificio y que los mismos se produjeron con los empleados en las instalaciones. Cuando apareció el caso de Cosme Real fue detectada la existencia de amianto en varias plantas y en los sótanos.

También impuso el año pasado un recargo del 50% de las prestaciones sociales por la muerte del trabajador. En un informe, la propia inspección señala que se debe priorizar el desamiantado del hueco de uno de los ascensores del edificio que tiene amianto, «por el elevado tránsito de los trabajadores y la preocupación que ha suscitado este tema».

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