Zelaya afirma que su regreso a Honduras inaugura una etapa de acuerdos pacíficos
Tras dos años de exilio, el ex presidente hondureño Manuel Zelaya, derrocado mediante un golpe de estado, regresó a Honduras afirmando que se abre una etapa de diálogo y acuerdos pacíficos en el país.
GARA |
El expresidente de Honduras Manuel Zelaya, derrocado en junio de 2009, afirmó ayer que el retorno a su país tras meses de un exilio que tildó de «tortura», es «una victoria al proceso institucional de democracia de América Latina». «Considero que estamos en el momento oportuno para declarar una victoria al proceso institucional de democracia para América Latina, y que los golpes de Estado no se den nunca jamás», declaró Zelaya desde el Aeropuerto Internacional de Managua, antes de partir hacia Honduras.
Zelaya llegó a Managua procedente de la República Dominicana, donde vivió como huésped desde enero de 2010, envuelto en el más absoluto hermetismo.
El derrocado mandatario indicó a los medios nicaragüenses que con su retorno a Honduras iniciará un nuevo capítulo en su país, que permitirá «dejar atrás la experiencia violenta y terrorista y abrirá el camino al diálogo, a la paz y a la diplomacia» «Honduras, en este momento, está siendo una vitrina para ver que se puede llegar a acuerdos pacíficos», destacó.
Una marea roja esperaba al ex presidente en Tegucigalpa entre vítores y consignas a favor de la democracia. Las carreteras cercanas al aeropuerto de Toncontín de la capital permanecieron cerradas desde el viernes, en previsión a la multitud que acudiría a recibir al ex presidente. Durante la espera, que se alargó durante horas por el retraso del avión, varias personas sufrieron desmayos. El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) esperó en la plaza Isis Murillo a su líder, en el mismo lugar donde falleció la primera persona en la intervención policial tras el golpe de Estado.
Cambiar la Constitución
Los congregados permanecieron en la plaza desde la tarde del viernes a pesar de las fuertes lluvias. La ocasión «lo merecía», según los portavoces. «Hemos venido a recibir al ex presidente, quien fue sacado del poder y del país por los golpistas; él es nuestro líder -corearon-. Abogamos por la pronta instalación de una Constituyente para acabar con los políticos tradicionales que han mal gobernado y saqueado nuestro país».
Zelaya huyó de Tegucigalpa tras el levantamiento en armas de militares contrarios a la reforma de la Constitución, que pretendía llevar a cabo mediante una consulta el entonces presidente. Y ha vuelto a Honduras como líder del FNRP, movimiento que surgió en respuesta al gobierno «de facto» instaurado tras el golpe por Roberto Michelletti. El futuro de Zelaya se muestra, sin embargo, incierto, dado que se desconocen sus intenciones a corto plazo. El mismo Zelaya aseguró la semana pasada que regresa «no para 24 horas, como mal se ha dicho, sino para toda la vida».
Fuentes cercanas al mandatario certifican que las mismas ideas que le costaron el cargo en 2009, rondan ahora por la cabeza de Zelaya: convocar una Asamblea Constituyente para reformar la Costitución. Ahora lo hace, no obstante, sin contar con el apoyo del Congreso y con el único beneplácito del FNRP.