La Policía rusa detuvo ayer a más de 40 personas en Moscú tras varios intentos de efectuar una marcha a favor de los derechos de los homosexuales, previamente prohibida por el consistorio moscovita. Los manifestantes intentaron llevar a cabo las protestas en varias zonas de la ciudad, que fueron duramente reprimidas por activistas ortodoxos y de extrema derecha. Los arrestados, según expresó la Policía, son «tanto de un bando como del otro». Tras varios años de prohibición de la marcha gay, los convocantes esperaban el beneplácito del alcalde, Sergei Sobianin, que optó por prohibir la marcha tras recibir «numerosas cartas de funcionarios, religiosos y políticos aconsejando impedir las manifestaciones de minorías sexuales». El líder homosexual, Nikolai Alexeev, recordó que desde 1993 la homosexualidad está despenalizada en el país y criticó la decisión del ayuntamiento, señalando que «ninguna amenaza puede ser argumentada para prohibir una manifestación pacífica».