crónica I comité federal psoe
Cónclave blindado y sin porno
El comité federal del PSOE se desarrolló sin sorpresas ni discrepancias, con el respaldo unánime de a Rubalcaba para abrir oficialmente el proceso de primarias.
El PSOE ha visto las orejas al lobo. Ayer, en los corrillos del Congreso Federal en Ferraz, se admitía abiertamente. Los barones del partido acudieron a la sede central para cerrar filas en torno a Alfredo Pérez Rubalcaba. No se escuchó ni una voz discordante, la consigna era de un apoyo sin fisuras para el vicepresidente. Carme Chacón estuvo huidiza con los medios y ausente en los discursos de José Luis Rodríguez Zapatero y el del propio Rubalcaba.
El congreso se celebró a puerta cerrada, aunque se trasmitió en directo para la prensa la primera intervención de Rodríguez Zapatero y la última de todas, en la que Rubalcaba oficializaba su «sí» a encabezar las listas para las próximas generales. Pero hubo otras 35 intervenciones más de las que se sabe poco, tan solo lo que los barones filtraron a la prensa, cuando se escapaban del debate para buscar su corte en los informativos de televisión y mimar a los periodistas afines. El lehendakari Patxi López fue el segundo en tomar la palabra y Roberto Jiménez, el décimo tercero. El líder del PSN no se salió un ápice del guión. «Rubalcaba ha sido mi apuesta siempre», confesó, para luego no mojarse cuando le preguntaron por el futuro gobierno navarro: «todas las opciones siguen abiertas».
Pastor también estuvo esquivo y permaneció durante horas, en el patio interno de Ferraz, sin parar de hablar por el móvil. Mientras tanto, Rodolfo Ares, sí que tenía siempre alrededor una retahila de periodistas inquisitivos. Como no había forma de arrancar la mínima nota discordante sobre el tema de las primarias, los periodistas trataban de rascar información local. Ares lanzó su pronóstico: «El PNV quiere tener las tres diputaciones, y lo más probable es que entregue el Ayuntamiento de Donostia a Bildu para ello».
«A veces hacemos las cosas mal, pero esta vez lo hemos resuelto muy bien y muy rápido», comentaban desde el círculo más afín a Rodríguez Zapatero. «Después de las elecciones la gente se puso muy nerviosa. Estaba dolida. Fue una reacción muy humana. Sabíamos que íbamos a perder, teníamos encuestas, pero hasta que no lo ves, no reaccionas».
La reacción fue asegurar lo que ya han conseguido. «Si ahora nos metemos a hacer unas primarias podría ser suicida. La gente no entendería que, con cinco millones de parados, empezáramos a hablar de nosotros mismos», se explicaban. Formalmente, las primarias se convocaron ayer y comenzaron desde el mismo instante en que el Congreso Federal se cerró. Se podrán presentar candidaturas alternativas hasta el día 13 de junio y se prevé que el nuevo candidato del PSOE se proclame el dos de julio. Sin embargo, con el aval de toda la ejecutiva, Rubalcaba no va a tener rival. Ha sido nombrado a dedo.
Por otra parte, al saltarse el Congreso que pedía el lehendakari, Rodríguez Zapatero mantendrá la secretaría general. El círculo más cercano al presidente español considera que así será más fácil que aguante sin convocar elecciones anticipadas. Además, confirmaron que aún le quedan «decisiones impopulares» por tomar y que, aunque no haya acuerdo con los sindicatos, se tomarán de todas formas.
Un hombre, que decía ser oncólogo, se presentó en Ferraz, pero se quedó a las puertas. Afirmaba que él sí que quería batirse con Rubalcaba. Cuando le comentaron este hecho a la ministra Trinidad Jiménez, se lo tomaba a broma. «¡Anda que no hay que currar para unas primarias! La gente se cree que es tan fácil, que los políticos no trabajamos!».
En la sala de prensa, tuvieron que colocar 21 sillas más. Estaba abarrotada y el sonido del tecleo frenético le daba un aire de taller de costura chino y clandestino. La realización dio pocos planos en los que se vieran a Rubalcaba y Chacón. Una periodista se quejó al jefe de realización, que se puso echo una furia. Después de la intervención de Rubalcaba, el vídeo se cortó bruscamente cuando el nuevo candidato se dirigía a la que hasta hace solo unos días era su máxima rival. «¡Nos quitan lo porno!» gritó una redactora.