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Semifinal del Manomanista

Aimar Olaizola se desprende de la piel de cordero

Los triunfos ante Merino II e Irujo le han devuelto toda la confianza en sus posibilidades «y eso se nota».

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Jon ORMAZABAL I

Un mes de competición y dos grandes victorias ante Merino II y Juan Martínez de Irujo han servido para que Aimar Olaizola se desprenda de la piel de cordero con la que comenzó el Manomanista y busca su segunda final consecutiva tras el Parejas, donde se caló la txapela junto a Begino. Si el día de la presentación el de Goizueta se mostraba receloso y decía estar lleno de dudas tras dos entrenamientos poco satisfactorios, el discurso en los días previos al enfrentamiento ante otro lobo como Oinatz Bengoetxea ha cambiado sustancialmente y el campeón de 2005 y 2007 parece volar ya sin ningún tipo de lastre.

«Me encuentro muy bien y se ve que, cuando un pelotari está a gusto, se nota en la cancha. El primer partido tenía muchísimas dudas porque, tras la lesión, a pesar de que el Parejas terminé bien, en el entrenamiento que hice mano a mano las sensaciones fueron malas. Pero poco a poco he recuperado confianza», declaró Olaizola II.

Ante Merino II, el de Goizueta tuvo un partido plácido a base de saque-remates, pero su derecha terminó algo tocada. Sin embargo, 15 días después, el de Asegarce despejó todas sus dudas, imponiéndose al vigente campeón, Martínez de Irujo, en todo un partidazo. «Ese partido me sirvió para estar en semifinales y para recuperar la confianza. Me encontraba mal, torpe de movimientos... cuando un pelotari está en mala racha intentas de todo y no te sale nada, pero cuando está bien lo trasmite en la cancha y ahora estoy terminando bien», declaró.

Oinatz también va de cara

En un campeonato en el que muchos de los primeros espadas han mostrado dudas sobre su rendimiento, Oinatz Bengoetxea ha sido el favorito que nunca ha escondido sus buenas sensaciones. Más fino que nunca, fuerte físicamente y con chispa en sus pelotazos, el de Leitza recuerda mucho al que se caló la txapela hace tres años y el propio Aimar Olaizola es el que mejor conoce su peligrosidad.

En el único precedente entre ambos en el Manomanista, el de Leitza terminó en cuartos de final de esa temporada con dos años de imbatibilidad del de Goizueta, al ganarle 22-12.

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