«Un pueblo cada vez más unido y movilizado en aras de materializar el cambio está respondiendo con una brillantez política sin precedentes a todos estos envites que representan la debilidad de un gobierno y del PSOE y de PP, que no tienen proyecto político que ofrecer y se escudan en la fuerza para no recorrer el camino que este país les demanda: la aceptación de la libre decisión de los vascos y vascas, como pilar básico para la libre confrontación democrática de todos los proyectos». La representante de la izquierda abertzale Marian Beitialarrangoitia se expresó ayer en estos términos durante una rueda de prensa en Donostia, en la que valoraron el juicio que a partir del 27 de junio se desarrollará en la Audiencia Nacional española contra Arnaldo Otegi, Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto -actualmente en prisión- y contra Rafa Díez Usabiaga, José Manuel Serra, Amaia Esnal y Txelui Moreno por el llamado «caso Bateragune».

Beitialarrangoitia, junto a Tasio Erkizia, Txelui Moreno y Agurne Barruso, consideró que este juicio es «la respuesta de Madrid» a la nueva fase política abierta en Euskal Herria. Una fase en cuyo desarrollo destaca la aportación política y teórica realizada por los encausados, según matizó la alcaldesa en funciones de Hernani.

«Enrocado en la represión»

Para la izquierda abertzale ha sido «extremadamente grave» que, a una semana de que cientos de miles de personas dieran «un enorme espaldarazo» en las urnas a la apuesta política de la izquierda abertzale, se ponga fecha para un juicio cuyo punto de partida fue, precisamente, una operación policial que pretendía evitar, o cuanto menos condicionar, el debate estratégico del que ha derivado la situación política actual. Así mismo, Beitialarrangoitia recordó que este juicio se plantea en un contexto en el que decenas de instituciones, organizaciones políticas y sindicales de diferentes países y personalidades de referencia a nivel internacional han mostrado su apoyo al escenario impulsado por la izquierda abertzale y otros agentes; apoyo que se extiende desde la Declaración de Bruselas a la Declaración del Foro de Sao Paulo. En este sentido, la alcaldesa criticó que estas ocho personas vayan a ser enjuiciadas «por defender un escenario democrático, por defender la independencia y el socialismo como el proyecto que mejor representa la defensa de las necesidades políticas, sociales y culturales».

La izquierda abertzale situó en el PSOE la responsabilidad de seguir «enrocado» en la «apuesta represiva», donde, según denunciaron, las detenciones, torturas y juicios masivos siguen siendo «la receta ante un pueblo, el vasco, que reclama por activa y por pasiva un cambio de escenario y soluciones definitivas al conflicto». Además, creen que estos hechos demuestran que el PSOE, «de la mano de Rubalcaba y plegándose a las exigencias de la derecha más rancia de Europa», «niega» el nuevo escenario abierto en Euskal Herria y «pretende seguir levantando un muro de imposición y represión para hacerla inviable».

Entendiendo que la causa, y la futura sentencia, va dirigida también a las formaciones políticas, sindicales y sociales de este país que reivindican un cambio, la izquierda abertzale reclamó una respuesta «con mayúsculas, con carácter de unidad, que represente al pueblo en marcha que exige cambios de calado y soluciones democráticas con urgencia, una respuesta del tamaño de la apuesta política en el que estamos inmersos».