La corbata le aprieta al primer ministro italiano, y mucho; le angustia tanto como para ver su futuro político en serios apuros. No consigue ocultar la humillación que ha sufrido en los comicios municipales celebrados el domingo y el lunes. Y es que, la pérdida de los que han sido hasta ahora sus férreos feudos, Milán y Nápoles entre ellos, ha llevado a sus socios de Gobierno a plantearse el apoyo al malparado mandatario, Silvio Berlusconi. El debate, dominado por la falta de confianza, que se está llevando a cabo en las filas de la Lega Nord, amenaza con abrir una brecha en el Ejecutivo, que en caso de materializarse desembocaría seguramente en la dimisión del primer ministro.

No parece que ese día esté lejos, ya que el Parlamento tiene intención de medir el apoyo real con que cuenta Berlusconi, según decidió ayer la mesa de portavoces de los grupos políticos en la Cámara. Pero la cosa no queda ahí, porque la decisión de someter al Gobierno al control del Parlamento ha sido auspiciada por el presidente de la República, Giorgio Napolitano. La petición fue realizada antes de los comicios, tras los cambios producidos desde 2008 en la composición de la mayoría gobernante y, sobre todo, tras el reciente nombramiento de nueve subsecretarios tránsfugas, pero se materializó ayer.

los cambios en la composición de la mayoría gobernante que se han producido desde los comicios de 2008 y, sobre todo, tras el reciente nombramiento de nueve subsecretarios tránsfugas.

A Berlusconi no le queda otra que asumir su derrota en las urnas, lo contrario sería negar lo evidente. Pero, según los analistas, lo va a hacer a su modo, «con la sátira y la guasa que le caracteriza». Así pues, aseguró que las derrotas le hacen triplicar sus fuerzas: «Hoy había quedado para preparar mi funeral, pero no tengo tiempo, tengo una agenda muy apretada», llegó a decir el lunes, durante su visita oficial a Rumania. Ayer asumió la derrota «honrosamente», pero afirmó que no ha perdido la competición: «Vamos cuatro a uno, ganando; nosotros ganamos en los comicios legislativos -2008-, en los europeos -2009-, los municipales parciales -2009- y los regionales -2010-. A ver quién supera eso», subrayó.

Pero mientras juega al despiste con sus habituales salidas de tono, Il Cavaliere ya ha comenzado a mover ficha, planteándose incluso cambiar el nombre de su partido, el Pueblo de la Libertad. Sería una jugada maestra, según varios analistas, porque daría un nuevo aire al primer ministro, aunque sólo fuera en lo básico.

Ausente en los juzgados

Pocos dudan de que las múltiples vistas pendientes en los juzgados no hayan influido en la elección de voto por parte del electorado. Precisamente ayer debía celebrarse la segunda vista preliminar del que seguramente es su caso más complicado, en el que se enfrenta a los delitos de incitación a la prostitución de menores y abuso de poder.

El primer ministro envió una carta para justificar su imposibilidad de acudir a la cita judicial del que se llama «caso Ruby», arguyendo estar «ocupado en asuntos más importantes en Bucarest». Sus abogados, por su parte, presentaron 16 «excepciones preliminares» que contemplan conflictos de competencias, con el único objetivo de retrasar y minimizar a las acusaciones.