Edurne acaba de ser madre. Hace un par de semanas tuvo que turnarse con una amiga para aguantar una larga cola -de horas- que se formó a las puertas de la peña Muthiko Alaiak. Esperaba para obtener un buen turno de barra para los próximos Sanfermines. «Ahora necesito estar en la barra por la tarde. Si me toca de noche, me iba a ser complicado por el crío», explica. Como ella, otros tantos iruindarras han empezado a dar los primeros pasos de cara a organizar los próximos sanfermines, empezando a tejer así la telaraña que da a las fiestas de Iruñea su carácter popular.

San Fermín se construye con pequeños actos individuales que permiten que cada cosa esté en su lugar, al igual que ocurre con los 2.700 tablones y los 900 postes que conforman el vallado del encierro, y que se empezaron a colocar esta semana.

Para hablar con Endika Lakuei, casi hay que pedir cita previa. No para de reunión en reunión. El presidente de la Federación de Peñas está encima de casi todo. Al final, busca un hueco en su peña, Alegría de Iruñea, donde el ajetreo comenzó en enero pasado. «En la Alegría hace mucho ya que nos repartimos los turnos de barra, creo que los cerramos hace un par de meses», explica. En enero se distribuyen también los abonos para los toros, aunque será ahora cuando comenzarán a repartir los sitios exactos para cada cuadrilla. Sin embargo, la escalera avanza inexorablemente, y «mayo y junio son meses donde el ajetreo se pone serio».

Que hayan empezado pronto no significa que no queden cosas por atar. «Las 16 peñas tenemos acordar en qué orden vamos a salir de la plaza y a quién le toca cada día hacer la ronda por la noche. Nos repartimos todo», explica Lakuei.

En las pancartas se trabaja casi en secreto. Txema Esteban pinta ya sobre varias de las telas que verán la luz pronto. «Este año voy retrasadísimo. Como la Semana Santa ha caído tan tarde, ahora ando con un estrés que no veas. Estoy trabajando ya sobre tela y papel a la vez, con bocetos y con dibujos definitivos. Esto es un sinvivir», se lamenta el caricaturista. «He pintado ya tres traseras, pero me queda muchísimo tajo», afirma. El año pasado, las pancartas de las peñas lucieron un negro luto y lanzaban mensajes en favor de la libertad de expresión y contra los ataques del Ayuntamiento a las fiestas. Pero en estos Sanfermines, volverán a tener los colores, acompañando al humor ácido de siempre.

Coordinación para tomar la calle

Organizándolo todo se encuentra la plataforma por unas fiestas populares, Gora Iruñea. En realidad, ahí no se para en todo el año. Al cierre de los Sanfermines ya comienzan con los balances y se lanzan las primeras propuestas. Gora Iruñea no sólo se centra en San Fermín, sino que está presente en todas las fiestas de los barrios y en los Olentzeros. «A partir de marzo es cuando ya empezamos a saco con los Sanfermines», explica Maitagarri Etxarri. En Gora Iruñea se trabaja a nivel práctico y teórico, definiendo bien qué mensaje se quiere lanzar. «Este año se quiere reforzar la idea de que hay que tomar la calle, que no debemos encerrarnos en los locales», dice Etxarri. Más concretamente, se intenta dar un impulso a las tardes, cuando las peñas se van a los toros y el ambiente parece que decae por Alde Zaharra. Para ello impulsarán las meriendas populares, invitando a la gente a que salga a la calle a comer y beber, con sillas y mesas.

Otro de los puntos fuertes de las próximas fiestas es el Euskal Herria Jaiaren Eguna, que será el día 9. Se ha lanzado un llamamiento para que los piratas de Donostia, los blusas de Gasteiz y las comparsas de Bilbo acudan a Iruñea. Y, también, para reunir al mayor número de cantores que se pueda, para recorrer Iruñea con temas en euskara. Patxi Arrosagarai, de Orreaga, se encarga de contactar con todos. «El día 9 es el San Fermín Kantuz, vamos por las calles desde las 11,30 y somos centenares de personas cantando en euskara. Buscamos gente de Iparralde, de Araba, de Bizkaia... que canten bien y que les apetezca venir. Luego nos juntamos todos para comer en la plaza San José. Solemos ser entre 600 y 700 personas», explica Arrosagarai. Este año será aún mayor, porque Gora Iruñea también se suma.

La plataforma por unas fiestas populares ejerce de ente centralizador de todas las iniciativas populares. Por ejemplo, a través de ella, Bilgune Feminista diseña su estrategia para conseguir unas fiestas paritarias y donde no tengan cabida las agresiones sexuales. El año pasado se publicó un pequeño folleto explicativo sobre qué es una agresión y se puso a disposición un número de apoyo y asesoramiento para posibles víctimas. Este año, ese número seguirá activo.

Josu Asurmendi, por su parte, es un veterano corredor de encierros. Lleva tres años intentando conseguir, con bastante éxito, que el cántico al santo antes de correr el encierro se haga en castellano y en euskara. «Ponemos un cartel para la gente que no sabe y repartimos un periódico explicando por qué lo hacemos. Ese periódico sirve luego para correr», dice Asurmendi. Para estas fiestas quieren dar un paso más. «Intentamos revivir el encierro txiki. Antes [en los años 80] había un encierro con becerros para los niños, pero eso ya no se puede hacer. Así que hemos decidido utilizar toros de cartón». Asurmendi y otros corredores ya se han puesto en contacto con Aldezar para que les preste los toros de carretilla y, en principio, habrá encierros txikis los días 11 y 13. «La idea es fomentar la afición; si no, cada vez habrá más corredores de fuera que, además, no saben correr», lamenta.

En los próximos días tocará hacer el encaje de bolillos que supone reunir los actos del programa de fiestas popular, que elaboran todos los colectivos de Gora Iruñea. Lakuei acaba de solicitar los permisos para los actos importantes, que necesitan aval del Ayuntamiento, siempre reacio a todo lo que proviene de la iniciativa popular. El año pasado, el programa popular tuvo muchos más actos que el que ofrece el propio Consistorio iruindarra, que prefiere organizar las fiestas a golpe de talonario.