Como su vecino pueblo de Ainhoa, el barrio de Dantxarinea se encuentra en el extremo oriental del valle de Sareta, un barrio que no ha dejado de crecer al pairo de la muga, donde ventas, restaurantes, almacenes comerciales y gasolineras siguen haciendo su «agosto» mercantil.

El escenario de esta travesía, que pasa de una vertiente a otra de los altos de Otsondo, discurre en su primera parte sorteando la línea de mugas que han hecho leyenda historias de contrabandistas y de perseguidos que cruzaban clandestinamente de un lado y del otro de la muga, según las circunstancias del momento histórico.

Una vez en los altos de Gorospil, tras una continua subida desde el barranco de Lapitxuri, el terreno se nivela para más tarde bajar al valle de Baztan y terminar la excursión en el emblemático pueblo de Amaiur.

Una vez pasado el puente de la muga, tras dejar a la espalda el macro almacén comercial de Lapitxuri, donde podemos aparcar, el itinerario abandona la carretera de Ainhoa para seguir por la calle Elso en dirección al camping, a la altura de la casa Biak-Bat, con una placaque recuerda la visita en 1858 del Emperador Napoleón III a este lugar. Junto a la regata Lapitxuri dejaremos las últimas casas para, una vez ante una pequeña borda, abandonar el carretil por una senda que se interna en el bosque.

Cercanos a la regata se alcanza un puente, donde daremos con un carretil proveniente de una cantera. Al otro lado de la regata veremos en tierra de Navarra la venta-restaurante «Mikel Borda». Por la pista, bajo la sombra de un denso bosque de especies autóctonas, en el fondo del barranco Alzagerri, donde veremos varios mojones numerados y una abandonada piscifactoría, estaremos ante un puente que da acceso al caserío Arrotxenborda, que hemos de ignorar.

Tras pasar un rellano con casetas para el recreo de visitantes en un cruce de senderos, la pista inicia una constante subida con varias revueltas que nos dejará junto las bordas de Patxikoenborda. Aquí estaremos sobre el límite superior del hayedo con la vista puesta en las cumbres de Erebi y Atxulegi.

Por terreno despejado, el itinerario continúa hacia el visible perfil del cordal de Haizagorri (440 m.). Tras un suave y continuado flanqueo por las laderas meridionales de Gorospil, salvada su doble cima (694 m.), se alcanza el collado del mismo nombre, junto a la muga 76, donde enlazaremos con la pista que une el alto de Otsondo con Itxaso por Laxia.

La vista se abre sobre el valle de Sareta, Mondarrain, Mehatze, Alkatxuri y las crestas de Iparla. Desde aquí se avanza hacia el sur por la pista, convirtiendo la excursión en un agradable paseo, ya que evita las redondeadas cumbres herbosas de Lizartzu (793 m.) y Antsestegi (803 m.). La ausencia de arbolado permite contemplar un amplio paisaje sobre la vertiente labortana. Algunos vestigios prehistóricos quedan cercanos al itinerario (como los cromlechs en los collados de Antsestegi y Aizalegi), bordas y el desvío de un sendero PR que baja al barranco de Aritzakun.

Tras cruzar por un paso rocoso estaremos ante el carretil que une el alto del puerto de Otsondo con la cumbre de Gorramendi. A escasos metros, a la altura de una pequeña casa, se encuentra el collado de Loru (690 m.), donde se encuentran las señales del sendero PR NA-6 proveniente de Amaiur por el caserío Alemanttonea.

Panel informativo de los senderos de la zona y vista sobre la cabecera del barranco de Aritzakun y del pintoresco valle de Baztan. Continuamos tras las señales del citado sendero perdiendo altura sin cesar por terreno despejado, seguido de un bosquete de hayas, helechales con sus metas, alguna borda hasta el caserío Erdikoa.

Una pista nos llevará al caserío Harriluzea, al abrigo de unas rocas, y ya a la altura de una regata podremos contemplar los dólmenes Hego e Ipar Berrozelai, poco antes de desembocar en el carretil que desde Amaiur alcanza la rinconada situada bajo el puerto de Otsondo. Aquí veremos las señales del Camino de Santiago proveniente de Baiona y Urdazubi, que une los puertos de Otsondo y Belate con la Trinidad de Arre.

El carretil nos llevará por un terreno placentero, cubierto de prados y campos de cultivo salpicado de caseríos, hasta alcanzar la parte alta de Amaiur, una vez que hayamos dejado el acceso a los restos del simbólico castillo que fue protagonista de la última batalla por la independencia del Reino de Navarra (1521-1522) y la ermita del Pilar, edificada en 1879. Poco después estaremos en el corazón del pintoresco pueblo de Amaiur.