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ANÁLISIS | CAMBIOS EN LOS MOTORES DE LA F1

2013: downsizing, vuelve el turbo

La entrada en vigor del nuevo reglamento de motores coincide con la prescripción del actual Acuerdo de la Concordia a finales de 2012. Probablemente sea adecuado hacer coincidir un cambio de reglamento técnico tan importante con la renegociación de contratos comerciales. El objetivo del cambio es reducir el impacto medioambiental, optimizar las tecnologías verdes y eficientes aplicadas a motores, y asociarlas con un deporte popular, de forma que se conviertan en un objeto deseable en vehículos de serie.

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Xabier ALZELAI Ingeniero de pruebas

La competición del motor en sus distintas formas, y la F1 en particular, tratará de buscar el equilibrio entre varios requerimientos: entretener a través del espectáculo, la aportación social y la innovación tecnológica. En este momento se están dando pasos en esas tres direcciones.

El nuevo reglamento de motores puede ser la evolución más significativa a largo plazo para este deporte. Históricamente la F1 ha sido la punta de lanza de las aportaciones tecnológicas a los vehículos de serie: el ABS, las suspensiones activas, el cambio secuencial... provienen de la F1. Se trata de seguir siendo la referencia, ahora más que nunca.

Muchos de los fabricantes de coches de serie llevan años evolucionando sus tecnologías hacia el coche eléctrico y motores sobrealimentados de inyección directa. Ahora, después de algunos años estancados en la congelación de un motor poco representativo en cuanto a las necesidades del mercado de automoción, la F1 está decidida a tomar el mismo camino.

En definitiva, se buscan motores más eficientes, más sostenibles medioambientalmente. Todavía hay tendencias apáticas que asocian los motores verdes con el aburrimiento. Quisiera dejar claro que la sostenibilidad y el placer de conducir no tienen por qué contraponerse en un motor. Bien sea para competición o para vehículos de serie, a la hora de concebir un motor se persigue el aumento de la respuesta y la reducción de consumo energético, cuya consecuencia es una reducción de emisiones a la atmósfera.

El objetivo de este cambio es reducir el impacto medioambiental de los vehículos, optimizar las tecnologías verdes y eficientes aplicadas a motores, y asociarlas con un deporte popular, de forma que se conviertan en un objeto deseable en vehículos de serie, donde su uso está aumentando enormemente.

Este cambio hace que varios fabricantes (entre ellos el grupo Volkswagen) se planteen la entrada en la F1 a partir de 2013 como proveedores de motores. VW ha participado activamente en las discusiones para definir el nuevo reglamento, siendo uno de los defensores del bloque de 4 cilindros de 1.6L.

¿En qué consiste el nuevo motor? La FIA se suma a la tendencia de downsizing, que trata de conseguir más de menos:

1. 1.6L, 4 cilindros, turboalimentado con sistema de recuperación de energía y restricción de combustible. 2. Objetivo de mejora de eficiencia energética respecto al V8 2.4L: 50%. 3. Se pretende mantener la potencia total del V8 2.4L en aprox. 750CV, de los cuales alrededor de 600CV provendrán del motor de 1.6L. 4. El límite de revoluciones se reduce de 18.000 rpm (V8 2.4L) a 12.000 rpm (1.6L). 5. Se elaborará un plan de introducción de sistemas de motor que mejoren la eficiencia energética en los próximos años. 6. Se aumenta la potencia permisible del sistema KERS de 60kW (80CV) en 2011 a 120kW (160CV) en 2013. 7. Se habla de la prohibición de usar el motor de combustión al circular por la zona del pit lane, por lo que los F1 híbridos serán propulsados exclusivamente por el KERS.

Para el ingeniero, y desde el punto de vista de aportación social, el reglamento más atractivo sería aquel que únicamente limitara la cantidad de energía máxima utilizable por km. Sin más restricciones, completa libertad. Probablemente se tardaría varios años en convergir hacia la solución ideal. ¿Sería eléctrico? ¿sin ruido?

Lo cierto es que la eficiencia energética del motor eléctrico es bastante superior (puede llegar al 80%) al de uno de combustión interna (aproximadamente del 20%). Si bien la eficiencia térmica de un motor de competición puede llegar a ser de alrededor de 34%, la de un vehículo de serie de ratio de compresión estandar puede ser de alrededor del 26%, sin tener en cuenta las pérdidas mecánicas (parte de potencia se usa en mover el motor en sí). La solución no parece inmediata. Sobre todo porque aparte de la eficiencia energética, en la F1 la velocidad y la ligereza son esenciales.

Cuando pisas el circuito por primera vez para ver una carrera de F1, lo que más impresiona a la mayoría de la gente es el ruido ensordecedor de los motores. Hay cierta controversia sobre la forma en que la llegada del turbo afectará a este sonido; todos coincidimos en que será distinto, dado que la turbina amortigua parte de la emisión sonora del motor. Hay quien teme que los nuevos motores podrían ser demasiado silenciosos; pero el turbo no es algo nuevo para la F1. En los 80 se recurrió por primera vez a su uso en la F1; se usaron en motores pequeños (1.5L) que giraban bajo (10.500 rpm). No tuve la suerte de verlos pero, por lo que dicen y he podido escuchar en algún video, no sonaban tan mal.

Quisiera terminar con una pregunta: ¿por qué se ha tardado tanto en fomentar algo tan lógico estos días como la sostenibilidad medioambiental?

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