El vicepresidente de Yemen asume el poder tras la salida de Saleh
El vicepresidente yemení, Abderabu Mansur Hadi, ha asumido el poder en Yemen tras la salida del presidente Ali Abdalah Saleh para ser tratado en Arabia Saudí de las heridas sufridas en un atentado el pasado viernes. La oposición celebró ayer en las calles la salid de Saleh del país, que esperan que sea definitiva. Hadi se ha reunido ya con la embajada de Estados Unidos y ha alcanzado un alto el fuego con el jefe tribal opositor Sadeq al Ahmar.
GARA
El vicepresidente de Yemen, Abderabu Mansur Hadi, ha tomado las riendas del país tras las salida del presidente, Ali Abdallah Saleh, a Arabia Saudí para tratarse de las heridas que sufrió el pasado viernes en un ataque al palacio presidencial.
Según el Gobierno yemení, Hadi ha tomado el control «de acuerdo con la Constitución y tras una orden el jefe del Estado» El vicepresidente asumió el poder durante sesenta días, según establece la Constitución y uno de sus primeros actos fue recibir al embajador de Estados Unidos en Sana'a, Gerald Feierstein. Según la agencia oficial de noticias yemení, Sabax, discutieron sobre la necesidad de coordinarse para asegurar los servicios básicos del país como los de petróleo, gas y electricidad, aunque ahora la cuestión que se plantea es si Saleh regresará o las presiones internacionales le harán quedarse en el país vecino y acelerar la transición. El presidente fue sometido ayer a una operación quirúrgica para retirarle metralla que tiene alojada en el pecho, según fuentes médicas de Arabia Saudí, que aseguraron que la operación fue un éxito y que el presidente regresaría al país en dos semanas.
Citando una fuente gubernamental, la agencia Saba indicó que la familia del mandatario no viajó con él , sino que le acompañaron varios altos cargos que también resultaron heridos en el ataque.
Fuentes oficiales señalaron que Saleh recibió en el pecho el impacto de una esquirla de un proyectil que cayó el viernes en el complejo presidencial y que los médicos de Sana'a temían retirársela porque estaba cerca del corazón, por lo que se optó por su traslado a Arabia Saudí para que fuera intervenido.
En un principio, se había informado de que Saleh había resultado herido leve en la parte posterior de la cabeza. En el ataque, también resultaron heridos altos cargos del régimen de Yemen como el primer ministro, Alí Muyawar, que también fue trasladado al país vecino.
El vicepresidente Hadi llegó a un acuerdo con el jefe tribal opositor Sadeq al Ahmar para un alto el fuego que supone la retirada de las tropas gubernamentales del barrio de Hasaba, en Sana'a, escenario de cruentos enfrentamientos entre el Ejército y las milicias tribales.
«Que no regrese»
La oposición yemení intenta ahora impedir el regreso de Saleh. Su hospitalización en Arabia Saudí «marca para nosotros el principio del fin del régimen tiránico y corrupto. Emplearemos todas nuestras fuerzas para impedir su regreso», declaró el portavoz de la oposición parlamentaria, Mohamed Qahtan.
«Políticamente está acabado hace tiempo. Se mantiene por la fuerza y la violencia. Varias regiones escapan ya a su control», añadió. Qahtan indicó que dirigentes de la oposición se reunirán con el embajador y el representante de la UE que participan en las negociaciones que dirigen las monarquías del Golfo.
«Estamos totalmente dispuestos a colaborar con Hadi, pero la dificultad reside en saber si los hijos de Saleh están dispuestos a transferir el poder» indicó el líder opositor. Familiares de Saleh, entre ellos sus hijos, dirigen los principales cuerpos de la Policía y el Ejército. Qahtan pidió a los «países hermanos y amigos que demuestren firmeza en el proceso de transferencia de poder», en referencia a la oferta de las monarquías del Golfo, que Saleh ha rechazado firmar en tres ocasiones.
Entretanto, cientos de miembros de la oposición salieron a las calles de Sana'a para celebrar la partida de Saleh, con la convicción de que no va a volver. En la plaza de Al Tarhir, epicentro de las protestas en la capital, miles de opositores mostraron su alegría a través de altavoces gritando «libertad, libertad, hoy es la fiesta de la libertad», «se acabó, se acabó, Ali huyó, se acabó», mientras que algunos portaban carteles en los que podía leerse «el pueblo ha hecho su revolución, enhorabuena».
En Taez, en el sur del país, al menos cuatro guardias republicanos fieles a Saleh y otras dos personas murieron en enfrentamientos alrededor del palacio presidencial de esta localidad en la que también se llevaron a cabo manifestaciones para celebrar la salida de Saleh del país.
Movimientos opositores sirios informaron de la liberación de 450 presos políticos, sobre todo islamistas y kurdos. Pero a la vez, el Gobierno sirio siguió aumentando al lista de muertes. Al menos 38 personas, entre ellas seis miembros de las fuerzas de seguridad, han muerto durante el fin de semana en la localidad de Yisr al Shagur, al noroeste de Damasco, según el grupo Observatorio Sirio de Derechos Humanos. En esta ciudad, grupos armados atacaron también una oficina de Correos y comisarías de policía con proyectiles de mortero, bombas caseras y otros tipos de armas. Un gran número de niños y heridos fueron llevados a los pueblos cercanos y otros habitantes de Yisr al Shagur intentan desplazarse debido a los intensos bombardeos, según el grupo «La Revolución Siria». La red opositora Sham apuntó que hay francotiradores apostados en las azoteas de las casas que disparan contra los ciudadanos y que hay detenciones y registros de viviendas.
Además, «La Revolución Siria», informó del hallazgo de 23 cadáveres en la ciudad de Hama, donde el pasado viernes murieron 80 personas en las protestas contra el presidente Bashar al Assad. GARA
Hoy se abre en Bahrein el proceso en un tribunal militar contra 24 médicos y 23 enfermeros acusados de «incitación al cambio por la fuerza del régimen», por apoyar al movimiento de oposición.
Al menos 40.000 personas se manifestaron en Safi, a 350 kilómetros al sur de Rabat, para exigir una investigación policial sobre la muerte del activista fallecido en esta localidad tras las heridas sufridas en una carga policial, según la Asociación Marroquí de Derechos Humanos. El Movimiento 20 de Febrero, que reclama reformas políticas, también llevó a cabo movilizaciones en Rabat y Casablanca.