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Otra temporada atrapado en terreno de nadie

Con el objetivo principal de la salvación cumplido, sin pasar ningún apuro, a un paso de colarse en la Copa, acertando en dos fichajes como Salgado y Baron y las cuentas saneadas. Y, sin embargo, largas son las sombras que han afeado la campaña 2010/11 de Lagun Aro GBC.

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Arnaitz GORRITI

Resulta extraño ver cómo un objetivo se cumple y lo poco que se valora en muchas ocasiones. El ser humano es siempre ambicioso y nunca se conforma; qué decir del deportista, sobre todo si alcanza la categoría de élite y además logra afianzarse. Siempre se aspira a más. Se buscan los modelos que hagan falta para que sirvan de espejo -o como ejemplos a no imitar en los casos más calamitosos-, con la vista puesta siempre en la siguiente cota.

Porque lo que se valora es dónde se está; más en concreto, dónde se ubica cada cual aquí y ahora. No ayer ni hace una semana; ni siquiera dentro de dos días, sino aquí y ahora. Y lo que se valoran son los logros; logros tangibles, medibles, cuantificables, calificables. Todo ello para valorar dónde se encuentra cada cual y, ante todo, cuál es el siguiente paso que hay que dar para seguir ascendiendo. Por ello, en las huestes de San Sebastián Gipuzkoa Basket tienen, según palabras de su presidente Gorka Ramoneda, una sensación de «temporada agridulce».

A primer golpe de vista, sorprende tal afirmación. Lagun Aro GBC ha vuelto a mantenerse en la Liga ACB, de modo que la temporada 2011/12 será la cuarta consecutiva en la que Donostia contará con un equipo propio en la Liga más importante de Europa. Sorprendería, en efecto, porque el descenso quedó tan lejos, que nunca representó un peligro real. Asimismo, los hombres de Pablo Laso volvieron a ofrecer una muy buena imagen durante la primera vuelta, rozando la clasificación de Copa y alcanzando la cuarta plaza de la tabla en el primer tercio de la temporada. Más aún, los dos fichajes más ambiciosos de la temporada, Javi Salgado y, sobre todo, Jimmy Baron, resultaban todo un acierto, dotando al conjunto donostiarra de una consistencia en la dirección y en el tiro nunca vistas hasta la fecha.

Y, sin embargo, Ramoneda expresaba la frustración de quedarse en tierra de nadie, sobre todo a raíz de quedarse fuera de la Copa. «Empezamos muy bien, con buenas sensaciones, llegando a estar cuartos. Pero después perdimos una serie de partidos y el equipo bajó las prestaciones. Creemos que por lo menos deberíamos haber entrado en la Copa, aunque no era el objetivo a principio de temporada. La tuvimos tan cerca que se te queda esa decepción. Por un lado tenemos satisfacción del objetivo cumplido, la salvación, que se consiguió cuatro jornadas antes. Pero no nos hemos quedado contentos de cómo ha transcurrido la temporada, creemos que teníamos mejor equipo».

El Doctor Jekyll y Mr. Hyde

Lagun Aro GBC ha mostrado dos caras totalmente opuestas según y si actuaba como local o como visitante. Si hace un par de temporadas la percepción existente era que los donostiarras jugaban en Illunbe ante un público exigente casi hasta la hostilidad, en esta ocasión no ha sido así, sobre todo porque en el Donostia 2016 Arena el cuadro guipuzcoano ha jugado bien, o al menos competido, casi todos los partidos.

En total, 10 de las 12 victorias donostiarras llegaban en Illunbe, con destacados triunfos como el obtenido ante Unicaja. «Hemos tenido en la mano ganar a equipos muy importantes, como el Real Madrid, el Barcelona y Baskonia. El resto de los partidos que perdimos en casa los competimos», recordaba el presidente de la entidad donostiarra.

Fuera de casa, por contra, Lagun Aro GBC ha mostrado maneras de Mr. Hyde. Únicamente se ha impuesto en dos partidos, frente a Menorca y Granada -casualmente, los dos equipos que descenderían al final de la Liga-, ambos en la primera vuelta. En este sentido, el técnico Pablo Laso y el capitán Ricardo Uriz comparten una opinión muy similar. «Hemos hecho una muy buena primera vuelta, y, sobre todo en casa, hemos tenido momentos de muy buen baloncesto. Pero también momentos malos, sobre todo lejos de casa, donde siempre es muy difícil ganar, se ha notado que tenemos una rotación corta y además nos ha costado mantener la concentración los 40 minutos», afirma el técnico gasteiztarra. Uriz añade que «en la segunda vuelta los equipos tenían un scouting mejor sobre nuestro juego -conocían mejor a Baron, principalmente- y luego por las características del calendario, con visitas más fuertes a casa, donde se notan más nuestros puntos débiles, se une todo».

En todas las declaraciones aparece la primera vuelta como el mejor momento de la campaña, mientras que a partir de enero las cosas se tuercen. Se suceden las derrotas, dolorosas fuera de casa, y llega el toque de atención del presidente a una plantilla «acomodada». «Tenemos que hacer autocrítica y saber lo que hacemos bien y lo que hacemos mal. La sensación de acomodamiento la tiene el club y tambien la tiene Pablo -Laso-, y estamos viendo de qué manera lo podemos corregir», dice Gorka Ramoneda. «El jugador siempre sale a ganar. Lo que pasa es que puede salir con una tensión u otra, y cuando nos pusimos cuartos con siete triunfos, ya no sacan toda la tensión», añade.

Ricardo Uriz achaca ese acomodo al bajón tras no entrar en la Copa. «Puede que el club tenga algo de razón. Todos queremos lo mejor, pero ha habido unos pocos partidos donde el equipo ha cometido el error de irse demasiado rápido. En ese sentido, creo que hubiéramos podido estar más arriba».

Casualmente, en ese momento se renovó por dos años al entrenador. ¿El mismo que permite una plantilla acomodada? A este respecto, el presidente donostiarra avala el trabajo de su técnico. «La confianza en el entrenador ha de ser total y debes confiar en él hasta el último minuto. Además, creo que con los medios económicos y estructura que disponemos -alrededor de cinco millones de presupuesto-, Pablo es el mejor entrenador que podemos tener. A partir de ahí, hay confianza plena en él, vemos que maneja bien el grupo y entiende la realidad. Por ejemplo, si en la mala racha de enero hubiésemos traído a otro jugador para ocupar el puesto de Tskitishvili -el mayor fracaso de esta campaña, en un puesto «clave» como el «4 abierto», según el propio Laso-, estoy seguro que tendríamos menos críticas, pero habríamos dado déficit, cosa que no va a suceder». Por su parte, Laso añade que «no creo mucho en los contratos en el deporte profesional, y sobre todo entre los entrenadores, donde hay cambios continuamente».

Derrotas ajustadas

Al igual que la campaña 2009/10, Lagun Aro GBC firmó una racha de siete partidos perdidos de forma seguida -siendo su séptima victoria la obtenida en Granada en la jornada 12, y la octava ante el Menorca, en la jornada 20-. Pero en esta campaña, esa mala racha se ampliaría en seis partidos más -logrando la novena victoria en la jornada 22 ante el Manresa, para volver a ganar en la 29, al Unicaja-. Sin embargo, los donostiarras no han estado en puestos de descenso en ningún momento y, tras derrotar al Granada en Illunbe -jornada 31- lograban asegurar matemáticamente la permanencia.

En ese periplo, los de Pablo Laso tuvieron que sobrellevar una calamidad que empezó en el mejor momento: en la jornada 8, al sufrir una derrota por la mínima, 75-74 en Manresa, con una canasta sobre la bocina de Rodrigo San Miguel. Uriz afirma que «las siete derrotas seguidas se unieron con partidos que perdimos por muy poco, lo que nos alejó de la Copa y de luchar por nada porque, además, es cierto que este año la permanencia ha estado más `barata' y nos hemos quedado entre dos aguas».

Gorka Ramoneda ahonda en el sufrimiento de las derrotas ajustadas. «De los siete finales ajustados que hemos tenido, hemos perdido los siete. Ganarlos todos es muy difícil, pero es que perder siempre es casi tan complicado. Creo que, por lógica, debíamos haber ganado dos o tres partidos más», sobre todo fuera de casa.

Por ese motivo, Pablo Laso rechaza la idea de que la temporada 2010/11 es calcada a la 2009/10 o que no haya habido progreso en la campaña. «Creo que tras esta temporada vemos que nos falta menos para llegar donde los de arriba. No es que en la segunda vuelta no hayamos progresado, sino que hemos tenido malos resultados. Por ejemplo, fíjémonos en la gran temporada de Bilbao Basket. Pues bien, ante ellos hemos jugado tres veces y ganado en dos, siendo mejores en las tres ocasiones. De habernos impuesto en algunos de esos partidos ajustados -Bilbo, Manresa, los dos contra la Penya, la derrota en Illunbe en la prórroga ante el Real Madrid...- habríamos acabado la Liga más arriba, luchando por jugar el play off».

Sólo cuatro jugadores fijos y mil rumores sobre pablo laso

Aunque hace escasas fechas los clubes de la Liga ACB acordaban ponerse a estudiar «el marco de contratación de jugadores», sobre todo en lo que a los cupos de seleccionables se trata, Gorka Ramoneda advierte que éste va a ser un «verano largo» a la hora de confeccionar las plantillas.

Por el momento, la escuadra guipuzcoana sólo tiene a cuatro jugadores fijos para la temporada que viene: Doblas, Panko, Jimmy Baron y Salgado. Uriz, a este respecto, adelanta que «hasta julio o agosto, todo lo que va a haber serán especulaciones. Habrá que esperar». Preguntado sobre lo extraño que resultaría que el cuadro donostiarra prescindiera de su capitán, que lleva en el club desde abril de 2005, el iruindarra tira de cautela para afirmar que «cosas peores se habrán visto». Hombres como Lorbek -del que Pablo Laso destacaba su «implicación» pese a sus problemas físicos-, Kone -que ha ido de menos a más- o Miralles pudieran resultar muy apetecibles para equipos de la zona media-baja.

De hecho, a pesar de tener contrato en vigor, ni siquiera Pablo Laso está libre de verse inmerso en la rumorología. Tanto el Caja Laboral Baskonia como el Real Madrid, sobre todo este último equipo, piensan cambiar de entrenador para la próxima campaña, y al parecer el gasteiztarra es del agrado tanto de unos como de otros. A. G.

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