Somos la segunda fuerza política en el conjunto de Bizkaia, pero la primera en Lea-Artibai, Durangaldea, Busturialdea o Arratia. Nos consolidamos como la fuerza de izquierdas y abertzale capaz de ser la alternativa al PNV, y lo hemos demostrado en municipios donde por primera vez no habrá un alcalde jeltzale. A día de hoy todavía no hemos realizado ninguna reunión oficial con el PNV, pero sí que la habrá en los próximos días.

José Luis Bilbao parece dispuesto a gobernar en minoría. ¿Cree que pueden alcanzar acuerdos en alguna materia?

Es difícil a la vista de las políticas fiscales, económicas y de proliferación del cemento y ladrillo que ha aplicado. Han de cambiar muchas cosas, entre ellas la falta de participación. El PNV ha convertido la Diputación y las Juntas Generales en un auténtico búnker, donde hace y deshace a su antojo, y ha tenido la inestimable ayuda del PSE y PP, que le han apoyado en todas las grandes decisiones. Además, no es un secreto decir que el PNV de Bizkaia es el que menor perfil abertzale ha demostrado y ha sido el adalid del entendimiento amable y servil con el Gobierno español. Las propuestas por las que la gente ha votado a Bildu chocan frontalmente con este proceder de los jeltzales, pero más allá de nuestros desencuentros en políticas fiscales, económicas y sociales, creemos que habrá que ponerse de acuerdo en políticas para la construcción nacional de Euskal Herria, en el impulso al euskara y la cultura vasca, y también en abrir las instituciones a la ciudadanía impulsando medidas y mecanismos para su participación. Veremos si el PNV opta por trabajar a favor de Euskal Herria o sigue prefiriendo mirar a Madrid.

¿Se pueden limar diferencias?

La ciudadanía a través del voto masivo a Bildu en amplias comarcas y municipios ha dado un toque de atención al PNV. No se puede hablar de soberanía fiscal, cuando continuamente se aplican las medidas regresivas y antisociales que vienen de Madrid, o se carga sobre los trabajadores la recaudación cuando se elimina por ejemplo el Impuesto de Sociedades, las empresas tributan menos o cuando el fraude fiscal asciende a 1000 millones de euros. Nos hace gracia oír en boca de Jose Luis Bilbao que primero son las personas, cuando precisamente la política que ha llevado a cabo no ha tenido en cuenta la situación cada vez más complicada que vive la población de Bizkaia. Es necesario un cambio de orientación general de las políticas sociales y económicas hacia las verdaderas necesidades de la ciudadanía.

¿No tienen miedo de que Bilbao se incline puntualmente por acercamientos a PSE y PP, y su opción sea desechada?

Así ha sido estos últimos cuatro años y no confiamos en que vaya a cambiar en los próximos años. Estamos preparadas para ser la única voz de la oposición que plantea otra forma de entender las necesidades y prioridades, y además pretendemos realizarlo dando protagonismo a los colectivos sociales.

Su implantación municipal ha sido importante, ¿no tienen miedo a que se opte por «castigar» a esos consistorios?

Lamentablemente así ha sido durante muchos años, donde se han ido creando multitud de chiringuitos con gente del PNV a lo largo y ancho de Bizkaia que ha estado manejando subvenciones que han sido repartidas de una manera cuando menos clientelista. A nadie se nos escapa que el PNV siempre ha querido premiar a aquellos municipios donde gobierna, y existen casos flagrantes. El PSE también ha entrado en ese juego apoyando los presupuestos a cambio de dinero para «sus» pueblos. No aceptaremos ningún tipo de discriminación y denunciaremos actitudes de favoritismo o marginación.

Cómo recordó el reelegido alcalde de Gernika, el PNV hizo muchas promesas en Busturialdea que ahora debe cumplir, ¿cuáles deben de ser las prioridades?

Cumplir y actualizar lo que tras un modélico proceso participativo, el tejido asociativo, empresarial, sindical y político acordó en 1998; el famoso PADAS, que ha estado en un cajón del Gobierno Vasco y Diputación. El futuro comarcal no se puede decidir en los despachos forales, exigimos respeto a lo acordado, respeto al derecho que tienen los habitantes de Busturialdea a decidir sobre el desarrollo integral de su entorno. Y cuando el PNV se dio cuenta que no había hecho nada para relanzar socioeconómicamente la comarca, que la situación era y es crítica, que la ciudadanía estaba harta de ver como languidecía la comarca, no se le ocurre otra idea que imponer un modelo turístico, vía Guggenheim, que no es ni de lejos la solución integral que necesita Busturialdea. Es necesario impulsar una batería de medidas en varios ámbitos, pero sobre todo es importante que esas medidas salgan de las propias comarcas de Bizkaia, fruto de un debate social amplio. Es necesaria la implicación de los ayuntamientos, la Diputación y el Gobierno Vasco. Bildu va a ser activo en la exigencia de esas inversiones a todas las instituciones. Agustín GOIKOETXEA