Preocupa más el puesto que el programa
Las negociaciones para la conformación de los nuevos ayuntamientos, diputaciones y Gobierno de Nafarroa van entrando en su fase decisiva. A falta de dos días para conocer los nuevos regidores de los ayuntamientos vascos, y en medio de una escalada de declaraciones venenosas, ultimatos y recolocaciones urgentes de los perdedores en nuevos puestos de trabajo, todavía muchas interrogantes están en el aire y todas las posibilidades siguen abiertas. PSE y PP anuncian que votarán a la lista mayoritaria de entre ellos y hablan de un pacto «clandestino» entre Bildu y PNV, mientras éste anuncia que presentará a sus candidatos dando así la oportunidad real a PP y PSE de materializar el «frente anti-Bildu» por el que claman. En Nafarroa, el PSN continúa en la escenificación del teatro de lo grotesco, amagando frente a UPN pero sin personalidad propia para decidir sus alianzas en Nafarroa y para Nafarroa, para actuar mansamente -una vez más- al dictado del aparato de Ferraz. El espectáculo general está proyectando una política polarizada y bloqueada, unos políticos incapaces de llegar a compromisos racionales, más preocupados en el puesto que en el programa, en el poder que en el pueblo.
Los partidos políticos han dejado de estar al servicio de un mandato popular y ser instrumentos para la justicia e igualdad social. Se han convertido en un clan de profesionales cuyo objetivo final es no perder acomodo ni sustento. Los cambios de Gobierno tras la debacle del PSE son buen ejemplo de ello. Actuar en el mismo sentido de la voluntad popular y la búsqueda del bien común de una solución política y radicalmente democrática para todos debería ser el fin ético de la política vasca. Una política que cultive la nobleza de unos ideales, con políticos oxigenantes que limpien y saneen la atmósfera, con estatura para pensar en las implicaciones que sus decisiones tendrán en las próximas generaciones.
Desgraciadamente, han demostrado muchas veces la falta de vergüenza. Sólo cabe esperar que en esta ocasión no pierdan completamente el pudor.