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Legado en favor del Euskara

La voluntad de Antoine D'Abaddie, ¿Quebrantada?

Quien conoce un mínimo la historia de Antoine d'Abbadie sabe de su sensibilidad hacia el euskara. También es archiconocido que este singular personaje legó su no menos peculiar castillo de Hendaia a la Academia de las Ciencias francesa. Lo que es menos notorio es que una de las condiciones que dispuso -la de destinar una subvención anual para impulsar el euskara- está siendo incumplida, por lo menos, desde hace años.

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Arantxa MANTEROLA

A tenor de lo manifestado ayer por varios concejales abertzales del grupo municipal Herritarrak de Urruña, es probable que la legataria del castillo de Antoine d'Abaddie -la Academia de Ciencias francesa- esté incumpliendo una de las condiciones que el astrónomo, geógrafo, cartógrafo, arqueólogo, explorador, diplomático, político y también ardiente defensor del euskara estableció para que pudieran beneficiarse de tan preciado legado.

Un ciudadano ha puesto en manos de los electos abertzales la referencia encontrada en un libro escrito por Pierre Gauja sobre la cláusula que cedía el bien a la Academia a condición de que todos los años ésta mantuviera la subvención que el matrimonio d'Abbadie dedicaba a la promoción del euskara y de la cultura vasca.

La obra del secretario y archivista oficial de la Academia data de 1917 y fue elaborada en la imprenta del propio Observatorio de Abbadie bajo el título «Les fondations de l'Académie des sciences (1881-1915)».

En ella, Gauja recoge que Antoine y Virginie d'Abbadie estipularon que, como lo hacían ellos, «todos los años se dedicara una suma de 1.100 francos [de la época] para premios de los certámenes de bertsolaris» y sobre todo, para impulsar «la lengua vasca en los `países' vecinos».

Los concejales de Herritarrak interpretan que el atípico personaje expuso de ese modo su deseo de favorecer el mantenimiento y desarrollo del euskara en Hendaia y Urruña por medio de tal partida económica. Según los ediles, se referiría a las dos localidades dado que en la fecha de la donación (18 de febrero de 1896) el término «municipio» no era utilizado.

Al ser el Consistorio el representante de los intereses del municipio, Herritarrak va a solicitar directamente a la Alcaldía que emprenda las gestiones necesarias para verificar, por un lado, la exactitud de lo manifestado en la obra de Gauja mediante la petición de los documentos del acta de donación y, por otro, en caso de que lo afirmado en dicho trabajo se revelase cierto, comprobar si lo impuesto por d'Abbadie ha sido o es cumplido en la actualidad.

Explorar posibilidades

Beñat Elizondo, uno de los electos del citado grupo municipal de Urruña desde 1989, afirma que «nunca ha visto en las cuentas del Ayuntamiento ninguna partida que pudiera relacionarse con tal contribución». Los electos son conscientes de la dificultad de intentar abrir una vía jurídica si se llegase a constatar que, efectivamente, la Academia de Ciencias no consagra la partida anual en cuestión al destino fijado por d'Abbadie.

Y es que, debido a los plazos de prescripción en estas cuestiones -30 años-, es improbable que se pudiera obtener algo en concreto si se llegase a demostrar el quebrantamiento de la voluntad del legador. No obstante, creen que el Ayuntamiento debería explorar las posibilidades y, en su caso, exigir que, en adelante o incluso con la retroactividad de 30 años permitida por la ley, se ejecute la disposición de d'Abbadie. En esa meta, Herritarrak espera unir fuerzas con los electos abertzales de Hendaia.

Aún no han calculado cuál sería la cantidad actualizada, pero consideran que lo que pudiera obtenerse «nunca vendrá mal para paliar la grave situación del euskara».

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