Las escaleras de Solokoetxe, en pleno corazón del Casco Viejo, fue el lugar elegido por el movimiento pro amnistía de Bilbo para dar a conocer nuevas iniciativas contra la «cadena perpetua», uno de los puntales de la actual política penitenciaria del Estado español que, criticaron, se aplica «con claros criterios de opresión y con el objetivo de destruir al Colectivo de Presas y Presos Políticos Vascos» (EPPK). En la comparecencia hubo un buen número de personas residentes en el centro histórico del Botxo que quisieron mostrar así su solidaridad con sus convecinos represaliados.

Entre las consecuencias de esa política, citaron algunas como la no liberación de los presos con enfermedades graves, «la desaparición de la libertad condicional», la pretensión de llevar a los represaliados políticos a «arrepentirse» a través «del chantaje y el aislamiento». Tampoco se olvidaron de citar la prolongación de las condenas que se aplica a aquellos que ya han cumplido el castigo que en su día se les impuso.

Es el caso de Joseba Artola Ibarretxe, detenido el 19 de junio de 1986 y cuya condena acabó de cumplir, según la sentencia de la Audiencia Nacional española, el 18 de mayo de 2006; de eso hace ya cinco años y un mes. Los portavoces de los reunidos subrayaron que, a pesar de haber cumplido íntegramente su pena entonces, este vecino del Casco Viejo cumple mañana un cuarto de siglo en las cárceles españolas, efeméride que sus familiares y allegados recordarán con una manifestación que mañana saldrá a las 12.30 de la plaza Circular. Posteriormente, explicaron, habrá una comida popular, karaoke y bertsolaris, entre otras actividades.

No es éste el único caso de «cadena perpetua» que padece un preso bilbaino, pues recordaron que el pasado 20 de enero a otros dos represaliados, Fernando del Olmo e Inma Pacho, se les alargó la pena de cárcel después de dos décadas en ellas, sin olvidar a otros dos que llevan veinte años: Germán Urizar y Raúl Alonso, también vecinos del Casco Viejo.

Manifestación y charla

Más allá de la movilización de mañana, los representantes del movimiento pro amnistía de la capital vizcaina insistieron en la importancia de que la sociedad en su conjunto mantenga una dinámica movilizadora hasta lograr el respeto de los derechos de los presos políticos vascos y su retorno a Euskal Herria. Tampoco dejaron de reivindicar que se acabe con el aislamiento, que tan graves consecuencias tiene para los represaliados física y síquicamente.

Además, se hizo pública la convocatoria de una charla para el próximo miércoles, a las 19.30, en el edificio de La Bolsa. En ese acto, un abogado y un ex preso explicarán cómo se aplica la normativa penitenciaria de excepción y las consecuencias que ésta tiene.

La última iniciativa impulsada es una marcha a la cárcel zaragozana de Daroca, donde Artola Ibarretxe permanece encarcelado, como un gesto de solidaridad hacia este bilbaino y sus compañeros. En este sentido, los representantes del movimiento pro amnistía insistieron en la importancia de participar en esta convocatoria para llevar el apoyo de la ciudadanía vasca hasta los mismos muros de la prisión aragonesa.