Una manifestación solicitará en Bilbo el cierre inmediato de Garoña
Agentes sociales han convocado una marcha en Bilbo que mañana exigirá el cierre de las centrales nucleares «empezando por Garoña», «gemela del reactor número 1 de Fukushima». Recordaron que tiene muchos problemas de seguridad porque ha cumplido la edad para la que fue diseñada. «Su actividad proporciona beneficios a Iberdrola y Endesa a costa de nuestra seguridad», subrayaron.
GARA | BILBO
Veinticinco agentes sociales -entre ellos, grupos ecologistas y sindicatos- han convocado para mañana, en Bilbo, una manifestación para exigir el cierre de todas las centrales nucleares, «empezando por Garoña», al considerar que ésta «adolece de las mismas debilidades en caso de accidente» que la de Fukushima. Según comentaron en la comparecencia de ayer el portavoz de Ekologistak Martxan, Xabier Abian, y la representante de LAB, Ainara Plazaola, la marcha partirá a las 19.30 desde la plaza Arriaga hasta llegar a la Plaza Euskadi, donde se realizará un simulacro de accidente nuclear. El lema es «En Euskal Herria y en todo el mundo, otra electricidad y otro consumo eléctrico son posibles».
En palabras de Abian, «Garoña, a sólo cuatro kilómetros de Euskal Herria, tiene muchos problemas de seguridad en la vasija del reactor al estar mal conservada», al tiempo que indicó «que es normal porque ha cumplido la edad para la que fue diseñada». Reiteró que «al estar totalmente amortizada desde hace tiempo, proporciona grandes beneficios a Iberdrola y Endesa, un negocio que se hace a costa de la seguridad de todos nosotros».
Lamentaron que José Luis Rodríguez Zapatero «haya olvidado las promesas electorales» que promulgó durante las campañas de 2004 y 2008, y «no haya creado un calendario de cierre al llegar el final de su vida útil, ni haya cerrado Garoña» en sus casi ocho años de etapa en La Moncloa.
Al margen de esta iniciativa, durante la jornada de mañana Greenpeace presentará un nuevo informe con el que pretende demostrar los problemas de refrigeración en funcionamiento rutinario de la central de Garoña y el incumplimiento de su permiso de vertido de agua de refrigeración al río Ebro.
Por su parte, Aralar, que ha mostrado su adhesión a la marcha, reclama un debate sobre el modelo de energía y solicitó a Madrid que no renueve la licencia de actividad de Garoña. Puso como ejemplo a seguir la postura recién adoptada por Alemania, ya que el Gobierno de Angela Merkel decidió hace veinte días cerrar definitivamente ocho centrales nucleares y hacer lo propio con las nueve restantes en los próximos diez años. «Nosotros pensamos que por ahí hay que ir», agregó Aralar. Además, Alemania tiene previsto desembolsar 1.500 millones de euros anuales en la rehabilitación energética de edificios.
Central térmica de Pasaia
Volviendo a la comparecencia de ayer en Bilbo, los convocantes de la manifestación también solicitaron el cierre de centrales térmicas, como la de Pasaia, y mostraron su oposición a la construcción de otras de ciclo combinado, porque con las existentes «hay más que suficiente» y «frenarían el desarrollo de un sistema de generación eléctrica 100% renovable». A su juicio, «el carbón emite muchísimo más dióxido de carbono que el gas natural», por lo que habría que cerrar la planta de Pasaia. «Propaga en toda la Comunidad Autónoma Vasca más CO2 que todos los coches de Gipuzkoa juntos», resaltó Abian.
Tras recordar la catástrofe de Fukushima, dejaron clara su alternativa: «La única solución para luchar contra el cambio climático que es segura y limpia son las energías renovables».
Con el objetivo de que «carguen las pilas» y mejoren su salud, ayer llegaron desde Ucrania 109 niños y niñas de Chernóbil para pasar los meses estivales en Euskal Herria con sus respectivas familias de acogida. Estos niños vienen cada verano, dos meses, y así «escapan» de los momentos en los que la radiactividad en Ucrania alcanza niveles máximos de contaminación. Su estancia en Euskal Herria les permite recuperar fuerzas.
Este año, además, han venido 28 menores nuevos que se incorporan a la iniciativa impulsada por la asociación Chernobileko Umeak. A pesar de la situación de crisis, son 22 las familias que se han sumado al proyecto por primera vez: «Los vascos somos gente muy solidaria», dice desde la asociación Enrique Angulo. Él, por séptimo año consecutivo, recibió ayer a tres niñas.
Las familias esperaron a los menores en el puerto de Zierbena, procedentes del aeropuerto de Madrid-Barajas. En los momentos previos había nervios, pero sobre todo muchas ganas para abrazarse de nuevo: «Son como hijos e hijas que vuelven a casa por Navidad», explicó a este diario Angulo.
Araba acogerá a 17 menores, Bizkaia a 86 y Gipuzkoa a 6. A lo largo de la estancia podrán compartir juntos varias actividades, como la jornada junto a los Bomberos de Bilbo el 30 de junio. Visitarán el Museo del Ferrocarril, harán paseos a caballo, en barco y excursiones al parque natural Jugatxi. También habrá jornada gastronómica en Gasteiz, donde compartirán costumbres de la cocina vasca y la ucraniana.
Con el apoyo del Ayuntamiento de Zierbena, el 6 de agosto celebrarán un campamento indio. Habrá talleres, paseo en barco por el Abra, comida popular, teatro, música, baile y regalos que pondrán el broche final. GARA