La Flotilla zarpará hacia Gaza pese a las amenazas de Israel y la oposición de la ONU
GARA |
Las reiteradas amenazas de Israel, la oposición de la ONU y la actitud de algunos estados europeos no han conseguido desalentar a los 350 activistas de la causa palestina de más de 22 países que esta misma semana zarparán a bordo de la docena de barcos que integran la II Flotilla de la Libertad. Su objetivo, romper el bloqueo que el Estado sionista impone desde hace cinco años a la Franja de Gaza y llevar ayuda humanitaria a este territorio palestino, donde un millón y medio de personas vive en condiciones muy difíciles.
En mayo de 201o, el Ejército israelí asaltó el barco turco Mavi Marmara, que formaba parte de la Flotilla de la Libertad, y mató a nueve personas. El sangriento ataque hundió las relaciones entre Ankara y Tel Aviv en una crisis sin precedentes y levantó una ola de condena internacional. Dos barcos griegos siguen todavía secuestrados en Israel.
El escritor sueco Henning Mankell, que participa por segundo año en la iniciativa, denunció esta situación de apartheid y aunque no se hace ilusiones sobre la posibilidad de llegar a Gaza confía, según dijo a AFP, en que los israelíes «nos los impidan de una manera diferente» a la del año pasado.
El jueves, las autoridades sionistas mostraron su determinación de detener la nueva flota, apelando al derecho de autodefensa, recurso habitual para justificar todas sus actuaciones contra los derechos de los palestinos. Su embajador ante la ONU, Ron Prosor, señaló que la II Flotilla responde a los intereses de Hamas y «no tiene nada que ver con la ayuda humanitaria».
Ayer mismo, el Gobierno sionista advirtió a los periodistas extranjeros que no embarquen en la Flotilla rumbo a Gaza y les recordó que podría lo contrario podría suponerles una prohibición de entrada en territorio israelí de diez años. Según Tel Aviv, la Flotilla tiene intención de «violar a sabiendas el bloqueo marítimo que es reconocido legal y conforme a todos los tratados y al derecho internacional».
También Naciones Unidas se opone a la iniciativa y su secretario general, Ban Ki-moon instó a los gobiernos afectados a que utilicen su influencia para disuadir a los participantes. La mayoría de los estados han intentado desalentar a los activistas, sin conseguirlo. Éstos intentan que sus respectivos gobier- nos intervengan ante Israel para conseguir un permiso de atraque en territorio palestino o al menos que disuadan a las autoridades sionistas de utilizar la fuerza para impedir su paso.
Está previsto que los barcos, entre los que hay dos cargueros para trasportar las toneladas de material y ayuda humanitaria, salgan de diversos puertos griego o pasen por sus aguas, sin que se conozca la fecha exacta.