Cuando, en junio de 1985, la ministra y actriz griega Melina Mercuri propuso al Consejo de Ministros de la Unión Europea la creación del título Capital Europea de la Cultura su idea era la de contribuir al acercamiento de los pueblos europeos: para promover un mayor conocimiento mutuo entre sus habitantes, cada año dos ciudades de otros tantos países detentarían el título. Los beneficios a obtener serían tanto culturales como económicos -según algunas ciudades, cada euro invertido ha generado de 8 a diez euros-. Para ello, se abriría una competición interna en cada estado. Y en estas estamos. La semana pasada se sabía que, en Polonia, la ciudad de Wroclaw, conocida como la Venecia del Este y una de las ciudades más dinámicas de su país en lo económico, había sido elegida Capital Europea de la Cultura 2016. Mañana, el jurado dará a conocer qué ciudad del Estado español se llevará el título: Córdoba, Burgos, Las Palmas, Segovia, Zaragoza o Donostia.

«Olas de energía ciudadana» es el slogan de la candidatura donostiarra y su presentación ante el jurado este mediodía un secreto que se ha querido mantener bien guardado, aunque es previsible, a tenor de lo que se percibía ayer en el último ensayo madrileño, que vaya por los mismos derroteros de aquel que le dio tan buen resultado al director teatral Fernando Bernués en la semifinal: una puesta en escena original, nada convencional.

Instituciones y quinielas

Sin embargo, lo que también suscita el interés mediático es la participación codo o codo del actual alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, y de su antecesor, Odón Elorza, en el grupo de diez personas que defenderán ante el jurado la candidatura; más teniendo en cuenta que la llegada de Bildu a la alcaldía fue leída como un obstáculo por ciertos círculos. Odón Elorza, por ejemplo, mostró su «preocupación» públicamente; ahora, desde la oficina de la candidatura, la postura de Bildu se lee como «un plus». Lo cierto es que el alcalde, además de invitar a Odón Elorza, ha intentado concitar el máximo apoyo institucional. Aunque al recientemente elegido diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano, le será imposible viajar a Madrid, ya que se encuentra metido de lleno en la constitución del gobierno foral -apuntaba ayer a este diario que «le hubiese encantado ir»-, habrá una amplia representación municipal donostiarra.

Patxi López, por su parte, envía al secretario de Acción Exterior, Guillermo Echenique, y a la viceconsejera de Política Lingüística, Lurdes Auzmendi, mientras que la consejera de Cultura, Blanca Urgell, estará en la lectura del fallo del martes.

Por contra, en las filas de «Córdoba en clave 16», que suena como una de las candidatas más fuertes, habrá una pléyade de representantes institucionales encabezados por el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, para quien la cordobesa «es la candidatura de toda Andalucía». Entre sus bazas, el filósofo iraní Ramin Jahanbegloo, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Toronto y autor del concepto «Paradigma de Córdoba», un término que remite al capital simbólico de Córdoba como referente de la multiculturalidad.

¿Y cómo están las quinielas? Para los usuarios de la página de la Asociación de Ciudades Candidatas a la Capital Cultural Europa de la Cultura, la favorita ayer era Córdoba, con el 27,8 por ciento de los votos, seguida de Burgos, Zaragoza, Las Palmas, Segovia y Donostia, en último término, con el 7,67 por cien.