CRONICA
Sobre hermanos, caballos y el latido del rock n' roll
Más de 58.000 asistentes marcan un nuevo récord en la historia del Azkena Rock Festival. El décimo aniversario ha sido el más numeroso y el más caluroso. Avett Brothers y Band Of Horses triunfaron.
El calor de Mendizabala no conocía la misericordia. Castigaba las cabezas y resecaba el aire. Apenas había sombras para cobijarse y las que había se cotizaban por las nubes. Corrían las siete menos veinte de la tarde cuando Avett Brothers salieron al escenario principal. Un error de imprenta hizo que muchos se perdiesen más de la mitad de la actuación de la banda de Carolina del Norte. Los horarios marcaban las 19.05, pero el concierto comenzó 25 minutos antes. Una pena porque Avett Brothers ofrecieron uno de los conciertos del festival. Dejando de lado su acaramelada vertiente de estudio, los de Concord aparecieron en escena como un ente enérgico y vibrante. Por momentos, los bafles escupían descontento generacional, rock n' roll cruzado con folk, pop hecho con amor y resistencia y amor por la resistencia. Un delicioso grito ahogado en el sudor de un caluroso día de junio sobrevoló el recinto del Azkena Rock Festival.
Musicalmente Avett Brothers rebotan en el frontón de la historia del folk rock: Bob Dylan, Flying Burrito Brothers, desierto y huertos de naranjas frescas. Todo en uno, agitado desde detrás de unas barbas de foto en blanco y negro y cara de niños buenos. Pero los niños buenos la liaron: brincaron, lloraron, sudaron y narraron. Porque lo suyo es novela rock, dramatismo gráfico y atardeceres a la luz del sol. Rock n' roll, tómame. Gargantas y emoción. Lágrimas contenidas.
Cambio rápido de localización y al escenario secundario para ver a Band Of Horses. Más desierto, más sudor y más granos de arena en la boca. Pero masticarlos es agradable. El gusto es dulce. Band Of Horses fueron una continua invitación al optimismo, un intenso vamos a salir de ésta porque estamos juntos.
Mar de sudor
Los discos de Band Of Horses y, por lo tanto, su directo, están repletos de canciones para la salvación del alma. Goteos de revolución en cada pulsación, en cada bombeo, en cada acorde e impulso. Medios tiempos y una balada pop de dimensiones estelares: «The Funeral». Suenan los acordes iniciales y una chica tuerce los tobillos hacia afuera mientras se muerde el labio inferior. El público, solidario en medio del bochorno, aplaude el gesto, de la banda y de la chica. Ésta devuelve el aplauso y sonríe, en ese orden. Mientras, el grupo sonríe y aplaude, por ese otro orden. Fin de una liturgia ahogada en un mar de sudor.
De ahí, al cielo. Correctos Greg Allman y Bright Eyes. Intensos Brian Setzer y su Rockabilly Riot. Espectacular Paul Weller y bonito broche con Thin Lizzy, o lo que queda de ellos. Pero Avett Brothers y Band Of Horses por encima de todos. Gracias Azkena.
Izkander FERNANDEZ