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Se abre el proceso contra los líderes aún vivos del régimen de Pol Pot

Un tribunal impuesto por la ONU abrió ayer el juicio oral contra cuatro dirigentes del Jemer Rojo que siguen con vida. Los acusados, casi todos octogenarios, tratarán de dilatar el juicio entre la indiferencia y el temor a la resurrección de viejos fantasmas entre la población.
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El proceso por genocidio contra los cuatro más altos responsables del Jemer Rojo que siguen con vida se abrió ayer en Phnom Penh, ante el tribunal patrocinado por la ONU, más de 30 años después de los hechos a juicio.

El considerado ideólogo del régimen de Pol Pot o «hermano número dos», Nuon Chea, el ministro de Exteriores Ieng Sary, el presidente de la «Kampuchea Democrática», Jieu Samphan, y la ministra de Asuntos Sociales, Ieng Thirith, son juzgados asimismo por crímenes de guerra y contra la humanidad.

Los cuatro acusados, con edades avanzadas y comprendidas entre los 79 y los 85 años, y visiblemente fatigados, estuvieron sentados en el banquillo de los acusados al inicio de la vista.

Pero, ya al mediodía, sólo Jieu Samphan estaba presente ya que los jueces rechazaron su petición de abandonar la sala. El resto lo hicieron alegando razones de salud o, en el caso de Nuon Chea, en señal de protesta. «No estoy de acuerdo con esta audiencia», señaló el otrora número dos del régimen en una breve intervención. «La investigación judicial ha sido tan injusta que el caso debe detenerse», añadió su abogado, el holandés Michiel Pestman, quien culpó al gobierno de «obstruir» las investigaciones.

La defensa del ex ministro de Exteriores alegó que la instrucción es «incorrecta», porque supone una «violación» de su derecho a no ser encausado dos veces por el mismo crimen. Ieng Sary ya fue condenado a muerte en rebeldía por genocidio en 1979 y más tarde perdonado en 1996 por una amnistía real. Su abogado, Michael Karnavas, defendió que el juicio de 1979 debe ser considerado como «adecuado y definitivo», ya que si Ieng Sary hubiera sido detenido entonces, «habría sido ejecutado». Los observadores ya preveían que la estrategia de la defensa pasaría por la no colaboración con el tribunal.

«Utopía marxista delirante»

Los cuatro acusados, detenidos en 2007, están acusados de la puesta en marcha, metódica y calculada y entre 1975 y 1979, de una «utopía marxista delirante» que mató de fatiga, hambre, enfermedades o a consecuencia de torturas y ejecuciones sumarias a alrededor de dos millones de personas, un cuarto de la población camboyana de la época.

El término de genocidio no es reconocido como tal por la ONU para los actos cometidos contra la población jemer. Sí engloba las atrocidades contra vietnamitas y miembros de la minoría musulmana de los chams.

«Los camboyanos esperan respuestas y justicia», aseguró Lars Olsen, portavoz de la jurisdicción híbrida, creada en 2006 por presiones de la ONU.

Medio millar de personas se desplazaron hasta el lugar del juicio para ver en persona a los acusados. «Espero que el tribunal les condene a perpetuidad», confió Jem Nareth, 56 años, quien perdió a su madre y a su hermano en los campos de «reeducación».

El actual primer ministro campoyano y ex oficial jemer que desertó antes de la invasión, Hum Sen, se opone a nuevos juicios en aras de la estabilidad del país. Miles de antiguos miembros del Jemer Rojo viven actualmente en libertad entre su población originaria.

el máximo líder

El máximo dirigente del Jemer Rojo, Pol Pot, murió en 1998 en Anlong Veng, uno de los bastiones de la guerrilla comunista en el norte de Camboya.

el condenado

Creado en 2006, el Tribunal Internacional de Camboya condenó en su primera sentencia a Kaing Guek Eav, «Duch», a 36 años de cárcel, rebajados luego a 19, como director del principal centro de torturas del régimen.

calendario

Hasta el jueves, las audiencias preliminares se concentrarán en cuestiones de procedimiento, antes de la suspensión durante semanas de un proceso que podría durar años.

El precedente del juicio vietnamita de 1979

El proceso que arrancó ayer tiene un precedente: el Ejército vietnamita, que invadió el país en 1979, juzgó en ausencia a los cuadros del régimen.

El «Tribunal Popular Revolucionario», establecido en una capital camboyana en ruinas, juzgó al tándem Pol Pot-Ieng Sary por genocidio. El fiscal general denunció en la vista «la dictadura sangrienta y de una ferocidad desconocida».

El proceso estuvo dominado por las pugnas geopolíticas de la época. Vietnam, aliado de Moscú, apuntó a Pekín y presentó la «Kampuchea Democrática» como una emanación de la Revolución Cultural china. El proceso duró cinco años y acabó con los dos acusados condenados a muerte.

Tras la invasión vietnamita, el Jemer Rojo se refugió en el norte del país fronterizo con Tailandia, desde donde lanzó ataques durante más de una década.

En 1996, Ieng Sary desertó y fue beneficiado por un indulto real por comprometerse con la reconciliación nacional. Tras la muerte de su máximo líder, Pol Pot, y con el Jemer Rojo prácticamente desmantelado, Nuon Chea y Jieu samphan se entregaron pero fueron puestos en libertad inmediatamente. Hasta las redadas de 2007. IGARA

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