
Ainara LERTXUNDI Periodista
�Hambrientos de atenci�n� y ayuda
Los n�meros son eso, simples n�meros que, en determinadas ocasiones, generan un fuerte impacto medi�tico y que, sin embargo, se evaporan a los d�as. Pero tras cada cifra se esconde la dura realidad de quienes la padecen, una realidad que persiste con el correr de los d�as y de los a�os.
Con motivo del D�a Mundial del Refugiado, la ONU acaba de anunciar que en 2010 se alcanz� la cifra m�s alta de desplazados de los �ltimos 15 a�os: 43,7 millones de personas tuvieron que dejar sus hogares por culpa de la guerra, el hambre o las cat�strofes medioambientales.
La parte m�s d�bil del eslab�n siguen siendo los ni�os, despojados de derechos tan b�sicos como la alimentaci�n. Seg�n datos de la ONG M�dicos Sin Fronteras, cada minuto mueren nueve de ellos por causas asociadas a la desnutrici�n. Y cada a�o fallecen en el mundo ocho millones de ni�os menores de cinco a�os. Un tercio lo hace por causas relacionadas con la falta de comida. En total, el n�mero de total de menores que padecen los destructivos efectos de la desnutrici�n asciende a 195 millones.
Burkina Faso, Etiop�a, India, Bangladesh, la Rep�blica Democr�tica del Congo o M�xico son algunos de los pa�ses que componen el mapa del hambre y donde millones de madres se preguntan cada noche qu� ser� de sus hijos.
De tanto en tanto, la comunidad internacional se lleva las manos a la cabeza y promete partidas multimillonarias para paliar tanto sufrimiento. Pero dicha aportaci�n suele resultar enga�osa porque, tal y como alerta MSF, gran parte de la ayuda alimentaria internacional se compone de harinas que, si bien sacian el hambre, no contribuyen a una nutrici�n sana y equilibrada.
MSF ha recogido algunas de estas desgarradoras realidades con el fin de sacudir las conciencias de los gobiernos y entes como el G8. La campa�a �Hambriento de atenci�n� viene a exigirles una ayuda efectiva basada en alimentos terape�ticos, nutritivos y saludables, porque no se trata de llenar la barriga sino de que los m�s peque�os crezcan y est�n sanos.