Las bolsas se vieron arrastradas, una vez más, por las decisiones de las agencias de calificación crediticia. En esta ocasión, el pagano no fue Grecia, sino Portugal, al que Moody's ha rebajado la nota de su deuda a la categoría de «bonos basura». Además, le despeñó de golpe cuatro escalones y no esperó siquiera a conocer los efectos de las últimas medidas del nuevo gobierno. A pesar de que instituciones, organismos y hasta la misma Comisión Europea mostraran su descontento con esta opinión de la agencia, los inversores optaron por tomar nota y abandonaron los títulos bancarios. Además, las primas de riesgo se elevaron de forma automática por esta noticia. En el caso del Estado español, se fue hasta los 270 puntos. Por tanto, el lamento portugués no sirvió para tranquilizar a los mercados de renta variable y todos los índices se fueron abajo, aunque con diferencias notables en las caídas. El Ibex, el principal damnificado de los índices europeos, se dejó un 1,22%, hasta los 10.204,50 puntos. En Lisboa, el PSI 20 se hundió un 3,03%. En cambio, París (-0,44%), Londres (-0,35%) y Francfort (-0,11%) no salieron tan mal parados. En el Ibex, todas las entidades financieras cedieron más de un 2%. Bankinter, el peor, se dejó un 3,59%, mientras que Sabadell cerraba el grupo con un descenso del 2,62%. FCC, que bajó un 5,33%, repartió un dividendo de 0,72 euros. En París, también hubo un correctivo para el sector financiero: Société Générale restó un 1,82%, Crédit Agricole, un 1,74%, Natixis, un 1,70%, y BNP Paribas, un 1,24%. Alcatel-Lucent (+1,35%) fue el mejor.