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SANFERMINAK

La ikurriña, desde el inicio de la fiesta

Pese a las trabas municipales, la ikurriña estuvo presente en el inicio de las fiestas de Iruñea. Puntual a su cita, el nuevo alcalde, Enrique Maya, cumplió su sueño de encender el cohete y de dar comienzo a unas fiestas en las que cambiará completamente la faz de una ciudad durante nueve días.

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Martxelo DÍAZ | IRUÑEA

La presencia de la ikurriña y de banderolas que reclamaban la repatriación de los presos no pudieron ser ocultadas en el chupinazo que dio inicio a las fiestas. Hasta las televisiones internacionales y medios locales tuvieron que hacerse eco de su existencia. Las trabas puestas por el Ayuntamiento no pudieron frenar la reivindicación popular en una plaza, que una vez más, estuvo abarrotada.

Desde un par de horas de antes de la cita del chupinazo, cientos de turistas anglosajones luchaban por el espacio bajo el sol, las chicas se subían a los hombros de sus compañeros para mostrar los pechos mientras eran jaleadas por la muchedumbre.

Cuando quedaba media hora para el chupinazo, llegaron desde la vecina calle Txapitela los integrantes de la kalejira a favor de la ikurriña y, tras un forcejeo con los agentes de la Policía Municipal, lograron acceder al interior de la Plaza del Ayuntamiento.

De este modo, los intentos del Ayuntamiento para obstaculizar la presencia de la ikurriña quedaron frustrados.

El alcalde, Enrique Maya, el mismo que ha prohibido los actos de Gora Iruñea! fue el encargado de encender el cohete que da comienzo a nueve días de fiesta sin descanso en la capital navarra.

A Maya se le veía nervioso, no en vano había reconocido que le hacía mucha ilusión prender el cohete y que tras ser nombrado alcalde asumió el encargo de dar inicio a las fiestas como una de sus mayores satisfacciones.

Los nervios de Maya se le notaron a la hora de salir al balcón principal del Ayuntamiento. En declaraciones previas confesó que utilizaría la forma clásica para evitar que le traicionaran los nervios. «Pamploneses, pamplonesas, ¡Viva San Fermín! Gora San Fermin!». Durante todo el «discurso» le tembló la voz a Maya, aunque, paradójicamente, cuando más afectado se le vio fue cuando lanzó el «Gora».

En el aspecto positivo, hay que destacar que la medida de impedir la entrada de botellas de vidrio al chupinazo cumplió ampliamente sus objetivos, ya que el número de heridos al inicio de las fiestas descendió del entorno del centenar a apenas una decena.

De este modo, desde el lanzamiento del chupinazo, la ciudad de Iruñea se encuentra ya sumida en una fiesta sin igual que durará hasta el 15 de julio.

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