Mark Cavendish se impuso al sprint en la quinta etapa del Tour con final en Cap Fréhel, marcada por la alta tensión, que se tradujo en constantes caídas de corredores importantes en una parte central disputada sobre carreteras comarcales.

Los más perjudicados de las caídas fueron el esloveno Janez Brajkovic, que dejó a Radio Shack sin uno de los cuatro líderes con los que empezaba la carrera, e Iván Velasco. El arrasatearra cubrió los últimos 18 kilómetros de la etapa y acabó a pesar de que el médico de la carrera le había comunicado que tenía la clavícula derecha rota.

Luego fue al hospital de Saint Malo a sacar las pertinentes radiografías, que confirmaron la lesión. No podrá tomar hoy la salida y Samuel Sánchez se queda sin uno de los principales apoyos para la montaña. Otro vasco, Juanma Garate, se cayó junto a su líder y sufrió una contusión en la pierna derecha.

Tom Boonen también acabó muy tocado, pero las pruebas descartaron que sufra ninguna rotura, y el flamenco trasmitió su voluntad de tomar la salida hoy. Será en ese momento cuando se puedan calibrar las consecuencias de las caídas registradas en treinta kilómetros de auténtica locura en los que la tensión llevó al Tour al caos.

Caídas de corredores importantes

Y eso que, a pesar de que estaba previsto, no llovió. Fue el único elemento que faltó para mezclar en la coctelera de esos 3o kilómetros. Se unieron unas carreteras estrechas comarcales y en mal estado con la disputa de un sprint intermedio, la velocidad con la que rodaba el pelotón y el deseo de todos los líderes de estar adelante ante el riesgo de que soplara el viento de lado.

Todos querían ir adelante, los sprinters y los hombres fuertes de la carrera, con sus equipos y la carretera no daba para tanto. Eso provocó caídas de muchos corredores importantes. Además de Brajkovic -que sufrió traumatismo craneal y fractura de la clavícula derecha- y Boonen, se cayeron corredores del nivel de Contador, por dos veces, Gesink, Wiggins, Leipheimer, Horner y Chavanel.

Una de las caídas fue provocada por una moto que golpeó a Niki Sorensen por intentar pasarle en un tramo en el que no había espacio para adelantar al pelotón y lo lanzó al suelo y se quedó con su bicicleta enganchada. Su líder, Contador, pidió la expulsión del motorista.

Fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de los corredores. En ese momento, que coincidió con la caza de Gutiérrez (Movistar), Delaplace (Saur), Turgot (Europcar) y Valentin (Cofidis), el cuarteto de corredores que protagonizaron la fuga de la jornada, el pelotón decidió levantar el pie del acelerador y correr con tranquilidad para evitar más desgracias.

Incidente en los sprints

Fue el momento de bloqueo del pelotón el que aprovecharon Roy (FDJ) y Voeckler (Europcar) para saltar a treinta kilómetros de meta y alcanzar un minuto de ventaja que desapareció con la misma velocidad que lo lograron gracias al trabajo del HTC. A pesar de que a tres de meta había un repecho que podía descartar a Cavendish, el inglés aguantó y apareció en el último momento para remontar en un sprint de fuerza atípico a Gilbert y a Rojas, que aseguró que a falta de un kilómetro Petacchi le pegó un fuerte puñetazo en el costado y que eso le impidió disputar la victoria.

Sin embargo fue el murciano el descalificado por cerrar a Cavendish en el sprint intermedio, lo que provocó que Movistar perdiera el maillot de la regularidad en beneficio de Gilbert.

Hoy se disputará la sexta etapa que llevará a los corredores de Dinan a Lisieux, la más larga de este Tour con sus 226,5 kilómetros. Tiene dos puertos de Tercera y uno de Cuarta y antes de la llegada aparece una subida de 1,3 kilómetros al 6,3% que deberán superar Cavendish y los restantes sprinters para poder disputarse la victoria.