DECLARACIONES Las multiples caídas fueron el tema principal de conversación en la meta
Disgusto y resignación
Varios protagonistas se quejaron del caos vivido en el sprint intermedio, más salvaje que un final de etapa.
AFP | CAP FRÉHEL
El mánager del Quick Step, Patrick Lefevere, se lamentó del infortunio de sus corredores, entre los que se encontraba el campeón francés Sylvain Chavanel, que se vio involucrado en una caída con otros corredores en el kilómetro 60 y que fue trasladado al hospital al final de la etapa para que le examinaran un hombro lastimado.
«Si tienes nueve corredores en el pelotón y cinco caen... De Weert fue uno de ellos, cayendo junto a Contador; Chavanel había caído antes; y después Steegmans, Ciolek y Tom Boonen se vieron involucrados en la misma caída», suspiraba Lefevere ante lo sucedido.
Al preguntarle sobre el estado de sus corredores, y si podrían tomar la salida hoy, Lefevere contestaba lacónico: «No lo sé, es demasiado pronto para decirlo. Ciolek sí, Tom está bastante lastimado -se queja de que su cabeza le da vueltas tras romperse el casco-. Tendremos que hacer un repaso del estado de cada uno más tarde».
«No soy yo quien lo digo -continuó Lefevere-, no soy más que un portavoz de mis corredores, pero ellos aseguran que era un recorrido irresponsable. Yo no estoy en el pelotón y no puedo imaginar cómo era. En mis tiempos -añadía- no había islotes direccionales, ni rotondas... Quizá el equipo que gana no se queje, pero los nuestros no están contentos, ni con el viento ni con el sprint intermedio. Ahora se repite dos veces por etapa un sprint como si fuera el de la meta».
Lefevere se mostraba disgustado y seguía apuntando aspectos negativos de la jornada: «Todo el mundo se encontraba muy nervioso hoy. Con un viento muy lateral, todo el mundo tenía miedo, y los equipos mejor colocados en la clasificación querían proteger a sus líderes».
France Presse preguntó al director de la carrera, Jean-François Pescheux, sobre este aspecto, y contestó que «las caídas se han producido donde no había público ni obstáculos. La más importante -que provocó el abandono de Brajkovic- tuvo lugar en el punto en el que la carretera era más ancha».
Iban Velasco señalaba camino del hospital -con el brazo derecho en cabestrillo, que «de confirmarse que tengo rota la clavícula, me voy a llevar un buen disgusto. Me daría mucha pena tener que abandonar la carrera. He llegado en un momento muy bueno y quería hacer un buen Tour. Pienso que podría haber tenido un papel bonito en las etapas de montaña».
Respecto a la caída dijo que «todo ha sido muy rápido, no ha habido tiempo de reaccionar. Durante el día ha habido muchos bandazos y caídas, y a 15 kilómetros de meta me ha tocado. Me han golpeado la rueda delantera, y ahí quizá se haya acabado todo. Estoy triste porque veo que me voy para casa antes de tiempo. El equipo ha llegado muy bien, y me fastidiará no poder ayudar, no poner mi granito de arena».
Andy Schleck se mostró contento por no haber sufrido ningún percance tras una jornada en la que hubo muchas caídas. «Fue una etapa estresante y llena de acontecimientos. Las carreteras eran muy estrechas, sobre todo cuando transitábamos por los pueblos y aldeas, y el viento venía de todas las direcciones», explicaba.
«El final fue muy peligroso y casi todos los equipos tuvieron algún ciclista involucrado en una caída. En nuestro caso fue Maxime Monfort, que se cayó a mitad de recorrido y está lesionado. Otros también tuvieron mala suerte. Espero que todo el mundo se recupere».
Alberto Contador se fue al suelo dos veces en el transcurso de la etapa, primero tras chocar con otros corredores en las inmediaciones del sprint intermedio. «De repente, estaba en un pueblo cuando alguien cayó delante mío. Me di un pequeño golpe, pero nada grave». Pero dos kilómetros después se volvió a encontrar con otra caída, esta vez de Brajkovic y Gesink, y sufrió una avería mecánica. «Cuando quise cambiar de plato la cadena saltó y caí. Ha sido un día muy difícil, con mucha tensión y nervios».
Seguramente, el hombre más feliz del pelotón era ayer Mark Cavendish. «Ha sido una etapa muy dura, durante todo el recorrido y sobre todo al final. No me esperaba unos kilómetros finales tan difíciles. A tres kilómetros había una pendiente muy dura, y luego una bajada muy técnica. El equipo hizo un grandísimo trabajo para protegerme del viento y permitirme llegar fresco a la meta».