Más de uno debería de preguntarse la razón -o razones- de que los máximos mandatarios de las cajas de ahorros vascas (Vital, BBK y Kutxa) eviten el debate social necesario sobre la transformación del modelo público y social en un banco de carácter privado. Lo han decidido ellos, cierto; lo han sometido a los consejos de administración, cierto; y, en setiembre, llegarán a las asambleas de las tres cajas de ahorro, sí; pero Mario Fernández, Carlos Zapatero y Xabier Iturbe no han abierto el debate ni, lo que es peor, han comentado por qué es mejor crear un banco que fusionar las cajas, como a comienzos de este siglo XXI pretendieron sus anteriores responsables.

El paso que han propuesto supone una ruptura con el pasado de las cajas que, precisamente, nacieron en respuesta a la avaricia y a la búsqueda del beneficio por el beneficio de los bancos. ¿Tanto han cambiado las cosas? Creo que no. Pero, sí que es cierto, a mi juicio, que los usuarios de las cajas han ido digeriendo los pasos que éstas iban dando hacia la bancarización.

Se han ido pareciendo más a los bancos en el cobro abusivo de comisiones; en el cobro por enviar una carta con el extracto de tu cuenta, por hacerte una gestión y... al final nuestro dinero parece que es de ellos. No, señores. Es nuestro. De hecho, creo que todas las cajas te dicen a la hora que debes pasar para pagar el recibo de la comunidad de vecinos y otros pagos, y si no vas a esas horas te montan el follón. ¡Qué cara!

Es culpa nuestra, efectivamente, porque las cajas deberían haber prestado el dinero en mejores condiciones, deberían haber intervenido en la construcción de viviendas de carácter social y de impulso del alquiler social. Deberían haber estado, durante esta crisis, con quienes sufren el paro para ayudarles de verdad. Pongan ustedes todos los «deberían», porque la lista es interminable.

Pero no. Prefieren un banco, porque se escapa al control de la ciudadanía. No hay que dar explicaciones. Si tienes dinero, bien; de lo contrario, aléjate. Ese modelo es el que prefiere Mario Fernández, presidente de BBK. Tiene experiencia en este terreno y mucho dinero. Les importa muy poco lo que ocurra con el resto. Así nos va.