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escándalo por las escuchas ilegales

Murdoch intenta reconducir la crisis tras el cierre de «News of the World»

El magnate de medios de comunicación Rupert Murdoch llegó ayer a Londres para intentar encauzar la crisis de las escuchas ilegales que ha provocado el cierre de su periódico «News of the world», amenaza a su imperio mediático y cuestiona la relación entre medios y el poder.

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Soledad GALIANA |

«Gracias y Adiós» se lee en la última primera página del dominical «News of the World», que desaparece después de 168 años de prensa amarilla con tintes de prensa basura. Este ha sido un final prolongado, pero inevitable.

Desde que en 2007 se destapó por primera vez la trama de las escuchas ilegales por parte de detectives contratados por el dominical, se abrió la caja de Pandora de un escándalo que afecta a políticos, prensa y policía.

Si en su momento, las escuchas descubiertas no despertaron sino una controversia a nivel político -los hackeados eran después de todo figuras públicas como actores, realeza, políticos-, el descubrimiento de que la publicación habría intervenido el teléfono de víctimas de crímenes, o de supervivientes y familiares de los fallecidos a consecuencia de las explosiones en Londres de junio del 2007 o de familiares de soldados fallecidos en Afganistán o Irak inició un boicot de anunciantes y lectores que le ha llevado a su fin. Su filosofía de «todo esta permitido por la exclusiva» le ha costado muy caro.

El dominical, con sus ventas de casi tres millones de copias cada domingo, era uno de los productos estrellas del grupo News International, del magnate Rupert Murdoch, que se ha visto forzado a viajar a Gran Bretaña para intentar encauzar el escándalo de escuchas que la policía cree han afectado a casi cuatro mil personas, desde el actor Hugh Grant, a políticos como George Galloway, el alcalde de Londres Boris Johnson, o a la quinceañeara Milly Dowler, asesinada por un pederasta (en este caso el diario llegó a borrar mensajes del teléfono de la joven lo que llevó a su familia a creer que aún estaba viva) o las familias de soldados británicos.

Este escándalo ha abierto una discusión importante sobre cuestiones éticas y morales, como la de la relación entre gobierno, medios y policía. Precisamente, el primer ministro, David Cameron, comentó que la intervención del teléfono de Dowler por parte de detectives trabajando para el dominical era «enfermiza» durante una rueda de prensa forzada por sus vínculos profesionales y personales con responsables del News of the World.

David Cameron

La decisión de Cameron de elegir a Andy Coulson -director del dominical obligado a dimitir al hacerse públicas las primeras escuchas en 2007 y ahora en libertad bajo fianza- como su director de comunicaciones pone en cuestión la toma de decisiones del primer ministro, que ya había sido advertido por otros miembros de la prensa y de su coalición de gobierno del impacto que la implicación de Coulson en las escuchas podría tener en la imagen pública de su ejecutivo.

Cameron, además, mantiene una relación de amistad con Rebekah Brooks, la directora ejecutiva de News International y quien también fue directora del News of the World y ya admitió en el 2003 la existencia de pagos a oficiales de policía a cambio de información, y que ahora se sospecha también estaba al tanto de las intervenciones telefónicas.

Sin embargo, la cuestión central en todo este fiasco es la de la relación de los medios con el poder. En el caso británico, es la relación entre los partidos políticos y el imperio mediático de Rupert Murdoch.

Algunos comentaristas apuntan a que en los últimos veinte años ningún político con aspiraciones se ha atrevido a plantarle cara al imperio mediático o cuestionar sus métodos, contenidos o actuaciones. Tanto los primeros ministros laboristas Tony Blair como Gordon Brown, mantuvieron la misma cercanía con los representantes de Murdoch en Gran Bretaña que hoy exhibe Cameron. Precisamente, las declaraciones del líder laborista Ed Miliband pidiendo la dimisión de Rebekah Brooks y oponiendose a la adquisición por parte de Murdoch de la cadena de televisión BSkyB -de la que ya posee un 39%- hasta que finalice la investigación han sido descritas por muchos como liberadoras, aunque ya se han denunciado en el diario «The Guardian» amenazas mediáticas desde News International contra Miliband.

Por ahora, el gobierno de Cameron ha anunciado dos investigaciones. Una de ellas examinará las intervenciones telefónicas. Ante las informaciones iniciales contra el «News of the World», publicadas en «The Guardian» en 2009, un comité parlamentario se entrevistó con los jefes de News International a los que acusó de «amnesia colectiva» en un informe publicado en febrero del 2010. La nueva investigación será encabezada por un juez.

La segunda investigación que abrirá el gobierno británico será sobre la ética de las actuaciones de los medios británicos. Por ahora el primer ministro ha abolido la Comisión de Quejas contra la Prensa -integrado por delegados de la prensa británica- y ha anunciado la creación de una organización con total independencia de los medios para que desempeñe la función de defensa de los ciudadanos frente a las informaciones publicadas.

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