Iñaki LEKUONA Periodista
Estrés post-vacacional
Nicolas Sarkozy no quiere riesgos. Estas vacaciones estivales sus ministros tienen orden de no abandonar el territorio patrio, no vaya a suceder como con Alliot-Marie, cuyos días de asueto navideños en Túnez financiados por oscuros empresarios locales provocaron un escándalo. El mandato lo lanzó el presidente en febrero pasado, pero lo ha vuelto a recordar añadiendo que «un ministro no coge nunca vacaciones; sólo tiene derecho a descansar».
Y hace bien Nicolás Sarkozy, porque a los responsables políticos les suele afectar un extraño síndrome de amnesia. Él mismo parece haber olvidado cómo en verano de 2007, ya como presidente de la República pero todavía casado con su ex mujer, pasó sus vacaciones en una lujosa mansión de Estados Unidos pagada por la generosidad de varios empresarios franceses que seguramente no buscaban a cambio prebenda alguna. Y eso, en un momento en el que su eslogan más repetido era «trabajar más para ganar más».
Nicolas Sarkozy no quiere riesgos. Máxime cuando los candidatos del PS están embarcados en unas primarias que le restan protagonismo a diez meses de las presidenciales. Por eso, el jefe de Estado ha retrasado el fin del curso parlamentario a este miércoles y el del gobierno al primero de agosto, fecha del último consejo de ministros. Comienza incluso a dar lástima, tan empeñado en hacer ver cómo se aplica, intentando remontar unas encuestas demasiado en cuesta, trabajando sin descanso por el país en la humilde mansión veraniega de su esposa, volcado además en su próxima paternidad... O las senatoriales de septiembre lo evitan o este pobre va a acabar con estrés post-vacacional. Y a ver quién le aguanta luego hasta mayo.