El director del Tour, Christian Prudhomme, fue rotundo en sus declaraciones. Al término de la etapa calificaba de «escándalo» el accidente provocado por un vehículo que sigue la carrera que se llevó por delante a Juan Antonio Flecha y Johnny Hoogerland. «Pedimos excusas a los corredores y a sus equipos. Dos accidentes ligados a los medios de comunicación en nueve días de carrera son demasiados, incluso un escándalo». El miércoles fue una moto de fotógrafos que se llevó por delante a Nicki Sörensen -fue expulsada de la carrera al término de la etapa-, y ayer un vehículo de France Télévisions que pretendía adelantar al grupo de cinco escapados -también fue expulsado al finalizar la jornada-.

Prudhomme informó de los detalles de la caída. «La carrera discurría por una carretera estrecha, Voeckler ha pedido un bidón, y yo he avisado a través de Radio Tour -que es la emisora que todo el mundo debe escuchar- a los demás coches para que se aparten y dejen paso a los de los directores deportivos. Este vehículo no lo ha hecho, y no sólo no se apartó, sino que embistió a dos de los escapados, y podría haberse llevado por delante a los cinco». Hoogerland -cubierto de sangre tras ser lanzado contra una valla de alambre de púas- y Flecha acabaron la novena etapa a 16 minutos del vencedor, Luis León Sánchez, del Rabobank.

Uno de los perjudicados por las caídas fue Amets Txurruka. El corredor de Euskaltel señalaba lo siguiente tras abandonar la ronda gala: «Lo que siento es mucha impotencia. La verdad es que en estos últimos tres años no he tenido suerte en el Tour. Toda esta primera semana he estado corriendo con mucha precaución, manteniendo las distancias, evitando cualquier peligro. Se me ha caído Haimar delante y no he podido evitarlo. El objetivo era llegar a tope a Pirineos y Alpes, pero ya no podrá ser. Otra vez me vuelvo a casa antes de tiempo, la impotencia es muy grande porque a esto uno no se acostumbra nunca. Ahora sólo queda tomárselo con tranquilidad y tratar de recuperarse lo antes posible».

Su compañero de equipo, Samuel Sánchez, se refirió a la delicada situación: «Días así son para olvidar, se hacen muy duros y se sufre un montón. Los cambios de temperatura, la lluvia, el sol, son cambios que te desgastan. Ha habido mucha tensión, caídas... Es una pérdida muy, muy importante la de Amets (Txurruka). Unida a la de (Iván) Velasco, hacen que tengamos dos corredores muy importantes menos y se notará mucho. Y también es una lástima lo de Vinokourov, es un ciclista muy admirado y se echará en falta su combatividad. Mañana [por hoy] tenemos el primer día de descanso, a ver si podemos recuperar fuerzas, nos harán falta para todo lo que queda».

La cara positiva de la etapa

La jornada dejó un cambio de liderato en la clasificación general. El beneficiado fue Thomas Voeckler (Europcar): «Yo no quería tener remordimientos por no haberlo intentado al final del Tour, pero reconozco que no había pensado en el maillot amarillo. Ni se me había ocurrido que pudiera vestirlo por segunda vez en mi carrera. En 2004 se dijo que me habían dejado cogerlo, aunque para eso había que estar delante. Ahora puedo decir que fui a buscarlo, aún a costa de no ganar la etapa. Yo valoro mucho más este maillot que el de hace siete años. Sé que no voy a mantenerlo durante diez días, como entonces, ¡pero voy a valorarlo mucho!».

Luis León Sánchez, ganador de la etapa y segundo de la general, señaló que «desde hace dos meses venimos trabajando y las cosas están claras en que hay que trabajar para Gesink. Se ha presentado una oportunidad y la hemos aprovechado. Pero estas semanas que quedan van a ser muy duras y hay que estar al cien por cien para Gesink».

Respecto a las caídas, pedía mayor seguridad: «Ha sido una lástima, las carreteras son muy estrechas, nos habían pasado varios coches de la organización, que supongo que llevarían invitados. Pasaban deprisa y podía suceder en cualquier momento. Quiero decirle a la organización que tiene que tomar medidas, que les diga a los conductores que esto puede pasar y que tienen que respetar a los ciclistas, esto no puede pasar en la mejor carrera del mundo».

El último ganador del Tour, Alberto Contador (Saxo Bank), volvía a caerse, y se mostraba preocupado por su rodilla derecha. «Arrastraba molestias y me he golpeado en esa misma rodilla, ahora en el lado interno. Espero que con hielo y reposo pueda recuperarme».

El ciclista madrileño indicó que se le enganchó el manillar de su bicicleta con el sillín de otro ciclista y que le propulsó hacia un lado de la calzada, donde se estrelló con algunos espectadores que estaban dentro de la carretera presenciando la etapa. También reconoció que le sorprendió la dureza de la caída en la que se vio involucrado Vinokourov. «Se me pusieron los pelos de punta al ver a los ciclistas en el suelo, el pelotón ha bajado algo el ritmo para ver lo que pasaba, ha sido una caída muy grande, se iba a una velocidad altísima y creo que esa curva tenía que haber estado señalizada, porque no se veía bien».

«He pasado mucho miedo»

Cadel Evans (HTC) reconoció haber sentido miedo. «He tenido mucho miedo cuando pasé por la curva de la caída, la he tomado casi a ciegas, he visto a muchos corredores por el suelo. He tenido, honestamente, mucho miedo, sobre todo después de lo que le pasó a Weylandt en el Giro de Italia», recalcó.

Por último, tras perder el maillot amarillo, Thor Hushovd (Garmin) hacía un repaso de esta primera semana de carrera: «El equipo Garmin, y yo mismo, hemos tenido un inicio muy bueno. Mi objetivo en este Tour era ganar una etapa y también vestir el maillot amarillo. Esto último ya lo he conseguido durante siete días, mucho más tiempo de lo que esperaba. Ahora querría ganar una etapa».