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TOUR 2011 El irundarra, destrozado por las secuelas de la caída del miércoles, invitó a una reflexión al pelotón para evitar tantas desgracias

El sol salió al final para Rabobank, tras un inicio tormentoso

Empezó la etapa muy preocupado, porque Garate no pudo salir y Robert Gesink ofrecía muchas dudas, y terminó con un triunfo y la recuperación de su líder.

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Joseba ITURRIA |

Rabobank comprobó ayer que en el ciclismo la distancia que separa la alegría y la tristeza es muy pequeña. A la mañana en Issoire, entre nubarrones, el autobús del Rabobank transmitía la viva imagen de la desolación.

Juanma Garate bajaba en chandal y anunciaba destrozado que no podía tomar la salida a causa de las secuelas de la caída que sufrió junto a Gesink, y su director Erik Breukink transmitía serias dudas por la moral y el estado de su líder, que tras perder un minuto en Super Besse daba la impresión de estar decidido a arrojar la toalla.

Nada más salir, empezaba a llover, y Gesink no podía seguir el ritmo del pelotón. Parecía que la ilusión que tenía por vez primera en años el ciclismo holandés de optar al podio del Tour se derrumbaba. Pero unas pocas horas más tarde el mismo autobús naranja brillaba con el sol y la alegría de la celebración de la victoria de Luis León Sánchez, y porque Robert Gesink llegaba con los mejores, sólo perdía ocho segundos, y salvaba una etapa que parecía clave.

Erik Breukink declaraba en la meta que «la victoria es muy importante para Luis León, para eso lo fichamos. Y para nosotros es importante ganar la etapa y que Gesink haya aguantado con los mejores. Al principio Robert estaba muy mal. En el primer puerto se ha quedado con tres compañeros por detrás, pero luego ha entrado en el pelotón, poco a poco ha mejorado y ahora tenemos un día de descanso y dos etapas llanas. Nunca se sabe cómo va a recuperarse, pero esperamos que mejore».

«L'Equipe» recogía ayer unas declaraciones sorprendentes de Gesink, en las que decía que «a este nivel no tengo nada que hacer en el Tour. Esperaba estar mejor, pero las piernas no responden. No estoy a mi nivel y ya se sabe que en una prueba como el Tour es difícil recuperarse».

Preguntado por estas declaraciones, Breukink intentaba quitarles importancia: «Está un poco decepcionado y es lógico, porque no es normal que se quedara del pelotón en la etapa de Super Besse. Pero hay que tener la cabeza fría para intentar aguantar esta etapa y el día de descanso es importante para él, para recuperarlo. Vamos a intentar animarlo. Esperamos recuperarlo ahora físicamente y que luego pueda estar bien».

Luis León Sánchez se ha colocado segundo en la general y Breukink anuncia que le dará libertad: «Puede intentar hacer la general sin presión. Veremos en los Pirineos. Tenemos a Gesink y los dos pueden estar adelante. No necesitamos controlar la carrera y no hay problemas».

Preguntado por las caídas de ayer señalaba que «es una pena para este Tour. Todos los equipos han tenido problemas y nosotros también», en referencia a la caída que ha dejado tocado a Gesink y que impidió salir a Garate. Sobre la pérdida del irundarra, el director de Rabobank comentaba que «Juanma ha sufrido mucho estos días. Quería seguir hasta el día de descanso, pero ha pasado una mala noche, tenía más problemas, ha forzado todo y no puede seguir»..

Una pérdida importante

El director del Rabobank lamentaba la pérdida del irundarra porque «estaba muy bien físicamente. Era muy importante para nosotros, ha trabajado mucho para estar bien y por una caída tonta se ha ido todo al traste. Cuando te caes como se cayeron Barredo, Garate y Gesink a 60-80 por hora, necesitas varios días para recuperarte, y no ha podido seguir».

Juanma Garate acudió a la salida en el autobús del equipo y explicaba que «he sufrido muchísimo estos días. He intentado levantar la cabeza y tirar para adelante, pero esta noche no he podido dormir nada ni con analgésicos ni pastillas. No cogía postura en la cama y así no se puede andar en bici. Si sólo fuera la fisura del trocante del hombro, puedes seguir en carrera. Pero los problemas empiezan en el hombro y acaban en el tendón de aquiles. Iba torcido en la bicicleta y en la zona de la próstata me ha salido una bola tremenda y, si vas mal sentado en el sillín, el tendón de aquiles sufre porque voy torcido. Es una cadena que hace que físicamente esté destrozado».

Añadía que «lo pasé mal hace dos o tres días psicológicamente. Hoy he sido realista. Tengo experiencia y he visto que así no se puede seguir. Estoy jodido, porque he estado mucho tiempo preparando este Tour y no recuerdo una forma como ésta desde hace años, pero no puedo seguir así. Estoy triste porque llevo 21 grandes vueltas y nunca me he ido así para casa. Sólo una vez, porque me quedé en el suelo y ya no me moví. El resto nunca había abandonado así. Cuando sabes el curro que te has pegado para llegar y todo el sacrificio que has hecho es jodido, pero no sólo soy yo».

Una reflexión para el pelotón

Recordaba, y eso antes de todas las desgracias de ayer, que «el 80% de los corredores se han caído. Estamos hipotecando el trabajo de todo el año por la tensión que acumulamos nosotros mismos, los corredores, e igual hay que plantearse algo. Jugamos con el espectáculo e hipotecamos la carrera. Que Wiggins vaya para casa no es bueno para el Tour, es cuestión de correr más inteligente, que vayamos más tranquilos y nos respetemos más. No es culpa de nadie, es culpa de la tensión».

Recordaba que su caída se produjo cuando Brajkovic chocó con un lanzador de un sprinter que se dejaba caer tras el sprint intermedio y que con él chocaron él, Gesink, que iba a rueda, y Barredo. Entendía que esa innovación «lo ha complicado bastante. Es novedoso, crea tensión y tenemos que aprender a valorar ese tipo de sprints. El grupo igual tiene que cortarse un poco antes, dejar que los sprinters hagan su trabajo porque luego se van a apartar, y no ir con ellos».

No tiene clara cual es su lesión: «La cabeza del trocante está fisurada y es el sitio en el que se enganchan los tendones. Pero el médico del equipo está mosqueado porque me llega el dolor hasta la mano y dice que puede ser un problema de tendones. Me iré a casa mañana -por hoy- y el martes intentaré hacer más pruebas para ver qué tengo. El sábado íbamos Beñat y yo a cola apretando todo lo que podíamos y comentábamos que ni el pulso nos subía porque no tenemos fuerzas para más y nos costaba seguir al pelotón».

Sobre el estado de Gesink comentaba que «está un poco mejor que yo, pero está mal. Las caídas no se acaban cuando curan las heridas. Es el problema. Una caída te queda dentro. Estoy pesando estos días tres kilos más que en los primeros días del Tour. Retienes líquidos y es un calvario. Robert está pasando lo mismo que yo, le duele todo el cuerpo. En Super Besse daba todo lo que tenía en las piernas y no podía seguir a 70 corredores».

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