Pablo CABEZA I

Resulta curiosa la evolución musical y social del jazz. El género nació a finales del siglo XIX en Estados Unidos, en general ideado por músicos afroamericanos que supieron mixturar, en la proporción adecuada, su tradición musical con apuntes musicales europeos formales. El estrato social correspondía a las capas humildes, en cierto modo, la música de la calle, por mucho que terminara en clubes. Con el paso del tiempo, llama la atención cómo el jazz, con sus raíces, entre otras, en el blues del algodón, ha evolucionado de la calle al conservatorio o a las escuelas especializadas, convirtiéndose en un estilo culto al que se accede desde el conocimiento antes que desde la intuición.

El jazz pasó de ser una simple música de baile popular a una compleja forma de arte que ha tenido en la innovación y la evolución sus rasgos principales. Aún más, si observamos los géneros tan diferentes que nacen de su tronco y las habilidades que requieren: ragtime, dixieland, swing, bebop, cool, west coast jazz, hard bop, free jazz (en ocasiones en la vanguardia de la música), jazz modal, smooth jazz (más comercial), acid jazz (bailable en las noches de clubes y discotecas, pero con calidad)... o el jazz propio de la ciudad de Nueva Orleans, a quien puede considerarse pionera.

El estudioso alemán Joachim-Ernst Berendt, en su obra «El Jazz: De Nueva Orleans al Jazz Rock», cuenta lo siguiente: «El jazz es una forma de arte musical que se originó en los Estados Unidos mediante la confrontación de los negros con la música europea. La instrumentación, melodía y armonía del jazz se derivan principalmente de la tradición musical de Occidente. El ritmo, el fraseo y la producción de sonido, y los elementos de armonía de blues se derivan de la música africana y del concepto musical de los afroamericanos». También apunta tres elementos básicos que distinguen el jazz de la música clásica europea: un ritmo especial conocido como swing, el papel de la improvisación y un sonido y un fraseo «que refleja la personalidad de los músicos ejecutantes».

Nueva orleans

En el periodo que va desde el final de la Guerra de Secesión hasta el fin del siglo XIX, ya existían algunas bandas que tocaban sonidos parecidos a un jazz rudimentario. No obstante, suele considerarse al músico de Nueva Orleans Buddy Bolden (1877/1931) como la primera gran figura y el iniciador del primer estilo definido de jazz, al que se le terminó denominando como estilo Nueva Orleans. En este periodo de tiempo aún no se improvisaba, al menos no en el sentido que pocos años después tomaría el jazz. Las bandas eran ambulantes y solían preferir interpretar espirituales, ragtimes, marchas y cantos de origen afrocubano.

En recuerdo a Nueva Orleans, la ciudad que asentó las bases que fundamentaron parte del futuro del jazz, el festival de Gasteiz ha querido rendir homenaje a tan singular punto neurálgico, por lo que el polideportivo de Mendizorrotza se convirtió ayer en un imaginario crisol de culturas, contando con las actuaciones de B3 Dixieland y Hot Wok. Hoy, de nuevo en relación con la ciudad, se podrá ver a Craig Adams and The Voices of New Orleans, gran pianista de fuerte orientación gospel.

El jazz que viene

Mañana martes se acercará a Gasteiz el sexteto de Michael White, para Iñaki Añúa, presidente de la Asociación Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz, «uno de los más grandes estudiosos de la música tradicional del jazz», y Trombone Shorty, otro músico de Nueva Orleans. El miércoles 13, turno para Kyle Eastwood y Nigel Kennedy, el violinista clásico con más discos vendidos de todos los tiempos. El 14 Mendizorrotza recibirá a Jose James y Jamie Cullum, artista controvertido en la escena del jazz por sus devaneos con la música convencional. El viernes 15 es tiempo para el polifacético músico, actor y político panameño Rubén Blades. La noche la abrirá Michel Camilo, acompañado por Charles Flores y por Giovanni Hidalgo. El sábado 16 se cierra festival con Danilo Pérez Trío y el homenaje a Miles Davis, con la aportación de músicos tan célebres y virtuosos como Herbie Hancock, Whayne Sorter y Marcus Miller.