Muerto el hermanastro de Karzai y hombre fuerte en el sur afgano
Con la muerte del hermanastro del presidente, Hamid Karzai, hombre fuerte en el sur del país y máximo símbolo de la corrupción instalada en Afganistán desde la ocupación, los talibanes demuestran que su grado de infiltración en las estructuras del poder ha llegado a tal nivel que matan cuando, como y a quien quieren. Y de paso, se cobran cumplida venganza en un hombre, Ahmed Wali Karzai, que trabajó para la CIA en sus planes para debilitar a la resistencia.
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Ahmed Wali Karzai, hermanastro del presidente del Gobierno títere de Kabul y verdadero poder en la sombra en el sur de Afganistán murió ayer tiroteado en su ultravigilada mansión en la ciudad de Kandahar en un atentado reivindicado por la resistencia talibán. El atentado coincidió con la llegada, en visita sorpresa, a Kabul del presidente francés, Nicolas Sarkozy.
La muerte del segundo de la familia Karzai, acusado de controlar el lucrativo negocio del tráfico de droga en el país centroasiático, es un serio revés para el régimen de Kabul, que contaba con el imprescindible sostén del hermanastro del presidente en el vasto sur afgano, bastión talibán y zona de alto interés estratégico para los ocupantes extranjeros.
Tras unos primeros momentos de confusión en torno al autor del atentado, el jefe de la policía de Kandahar, general Abdul Raziq, confirmó su identidad como la del máximo responsable de la guardia pretoriana de Karzai. «Sardar Mohammad era el responsable desde hace siete años de la seguridad del sector de Bala Karz», zona residencial de Kandahar donde viven los miembros de la familia Karzai y sus allegados, explicó.
«Tenía toda la confianza de la familia Karzai. Hacia las 11 de la mañana, entró en casa de Ahmed Wali Karzai y pidió verlo (...) Como era de confianza, los guardaespaldas le dejaron entrar hasta su despacho».
«Instantes después, escucharon disparos. Al entrar encontraron el cuerpo de Wali Karzaï con disparos en la cabeza y ahogado en su propia sangre», narró, para añadir que el autor de los disparos fue abatido.
Un plan talibán «genial»
El portavoz habitual de los talibanes, Yusuf Ahmadi, confirmó esta última identidad y aseguró que el atentado contó con «un plan meticuloso y genial» que fue perfilado «durante mucho tiempo», desde que encargaron a Sardar Mohammad la ejecución. «Es uno de nuestros más grandes logros. Al igual que su hermano (Hamid Karzai), estaba implicado en actividades anti-afganas. Además tenía contacto directo con los invasores extranjeros», añadió.
El Ministerio de Interior afgano condenó la muerte del jefe del Consejo Provincial de Kandahar, «una de las más grandes figuras de Afganistán».
El hermanastro de Karzai ya había sufrido atentados contra su vida, como un ataque armado en mayo de 2009 durante una visita a la ciudad de Jalalabad que costó la vida a uno de sus guardaespaldas, aunque él salió entonces ileso.
Ahmed Wali Karzai era considerado uno de los principales responsables de la proliferación exponencial del tráfico de opio en el país desde la retirada talibán, y varios medios estadounidenses informaron de que estaba implicado de lleno en la corrupción reinante en el país ocupado desde hace 10 años.
Estas acusaciones vieron la luz a través de la filtración, a finales de noviembre pasado, de cables diplomáticos confidenciales de la embajada estadounidense en Kabul a los que tuvo acceso Wikileaks.
«Quien tenga pruebas o documentos contra mí, que los enseñe y estoy dispuesto a comparecer ante un tribunal, incluso ante un detector de mentiras», se trató de defender el acusado en una carta abierta y varias entrevistas, en las que invitó, desafiante, a que «si alguien puede encontrar dinero de mi familia en un banco del mundo, puede guardárselo».
A sueldo de la CIA
Según denunció el diario «The New York Times» en el año 2009, desde 2001 estuvo a sueldo de la Central de Inteligencia Americana (CIA), a la que habría ayudado a infiltrarse en círculos de la resistencia talibán.
Ahmed Wali Karzai era un interlocutor indispendable para las fuerzas ocupantes de la OTAN en Afganistán, y en particular para EEUU, que ha desplegados en los dos últimos años decenas de miles de soldados para intentar no perder el control total de este bastión histórico de los talibanes.
Estaba, además, totalmente implicado en el tan opaco como lucrativo negocio del sector de las llamadas sociedades privadas de seguridad, eufemismo con el que se denomina en los últimos años a los ejércitos privados de mercenarios, crecientemente presentes e influyentes en los recientes escenarios bélicos impuestos por Occidente.
En los documentos diplomáticos desvelados por Wikileaks, un diplomático estadounidense alertaba de que el segundo de los Karzai estaba muy inclinado a hacer negocios con las fuerzas canadienses en Kandahar, que la semana pasada dieron por terminada su misión, con vistas a que cerraran contratos con las «sociedades de seguridad» en las que tenía parte.
Tanto la misión de la OTAN (ISAF) como la embajada de EEUU en Kabul condenaron el atentado y presentaron sus condolencias a su hermanastro y presidente, Hamid Karzai.
Este último se limitó a señalar, en comparecencia junto con Sarkozy, que la muerte de su hermanastro muestra la realidad diaria del pueblo afgano. «Pertenecemos a Ala y a él volvemos. Ésta es la vida del pueblo afgano. Lo sufrimos todos y esperamos poner fin a estos sufrimientos del pueblo», señaló.
Nuevo ataque aliado a civiles
No será, en todo caso, gracias a la OTAN, más bien al contrario. Las autoridades provinciales de Logar, en el este de Afganistán, denunciaron la muerte de al menos 16 civiles, la mayoría mujeres y niños, a consecuencia de un nuevo ataque aliado.
«Nueve personas murieron en un ataque aéreo y otras siete durante la operación terrestre. Todas las víctimas eran civiles, la mayoría mujeres y niños», informó a la agencia local AIP el jefe del consejo provincial de Logar, Abdul Wali Wakil.
La masacre tuvo lugar en la localidad de Kharaba, en el distrito de Azra, donde «era medianoche cuando las bombas explotaron y todo el pueblo quedó envuelto en llamas», según un vecino de la localidad, Rahimullah Ahmadzai.
La OTAN reconoció en un comunicado que sus tropas llevaron a cabo un un ataque terrestre y aéreo en la zona en el que habrían matado a «numerosos insurgentes», pero no mencionó ninguna baja civil en el incidente armado. Siempre según fuentes aliadas, previamente un contingente ocupante fue asaltado por un grupo insurgente cuando seguía el rastro de un líder talibán.
«Pertenecemos a Ala y a él volvemos. Ésta es la vida del pueblo afgano. Lo sufrimos todos y esperamos poner fin a estos sufrimientos del pueblo», aseguró el presidente, Hamid Karzai, en referencia a la muerte de su hermanastro.
El Estado francés retirará un cuarto de sus soldados -un millar de efectivos- de aquí a 2012, según anunció ayer el presidente, Nicolas Sarkozy, de visita sorpresa en Afganistán.
Tras su llegada a Kabul, el inquilino de El Elíseo se dirigió directamente a la base militar avanzada del Ejército francés de Tora, en el distrito de Surobi, al este de la capital. «Hay que saber poner punto final a una guerra», señaló ante los soldados. «Nunca ha estado en cuestión mantener indefinidamente las tropas en Afganistán», añadió para justificarse.
El 24 de junio, un día después de que Obama anunciara el repliegue de un tercio del contingente estadounidense antes del verano de 2012, Sarkozy aprovechó la clausura de una cumbre de la UE para anunciar que «varios cientos» de soldados franceses saldrían de Afganistán «en los próximos meses». Alrededor de 4.000 soldados franceses están desplegados en el país, la mayor parte en Surobi, Kabul y en la provincia nororiental de Kapisa. «Los efectivos restantes serán concentrados en Kapisa», anunció Sarkozy.
Su visita coincidió con la muerte de un soldado francés de 22 años «por un disparo accidental». Ya han muerto 12 soldados franceses en lo que va de año, 64 desde el inicio de su intervención.
«En 2014 no quedará ningún soldado francés en Afganistán», aseguró Sarkozy, quien ya en su día hizo suyo el análisis de que la muerte de Bin Laden «ha sido un golpe muy serio a los terroristas, la transferencia de responsabilidades a los afganos funciona bien y la situación de seguridad en algunas provincias mejora». Si él lo dice... GARA
Un soldado italiano murió ayer en un atentado con bomba en Bakwa, en el oeste de Afganistán, Italia ha registrado 40 bajas mortales desde el inicio de la ocupación. Los socios de Berlusconi de la Liga Norte exigen la retirada total, que se iniciará con un repliegue en 2012.
Al menos 36 personas han muerto en las últimas horas en bombardeos perpetrados por aviones no tripulados (drones) estadounidenses en las provincias fronterizas noroccidentales de Pakistán. Islamabad no ha abierto la boca.
El jefe del Pentágono puso punto final a su visita de tres días al Irak aún ocupado recalando en Kurdistán Sur, donde tenía previsto entrevistarse con el presidente del enclave autónomo, Massud Barzani. El Gobierno de Erbil insiste en pedir que EEUU mantenga tropas en Irak más allá de finales de este año.
Pakistán amenazó ayer con retirar sus tropas en las provincias fronterizas con Afganistán, feudo de los talibanes pastunes afganos, en respuesta al anuncio de EEUU de que suspende una parte de su ayuda militar a Islamabad.
«Pienso que, en una próxima etapa, el Gobierno y las Fuerzas Armadas retirarán a los soldados de las zonas fronterizas» del noroeste, declaró el ministro de Defensa, Ahmed Mujtar, en una entrevista a la televisión privada Express 24/7.
La mayor parte de esa ayuda a Pakistán consiste en financiar los movimientos de tropas en las zonas tribales fronterizas noroccidentales, que Washington considera como el «lugar más peligroso del mundo» por ser, a la vez, bastión de los talibanes paquistaníes, principal santuario de la red Al Qaeda y base de retaguardia de los talibanes afganos.
Afganistán y Pakistán están separados por una falsa frontera, impuesta por los británicos y bautizada con el famoso nombre de Línea Durand, que supone de facto la partición del pueblo pastún, minoría mayoritaria en Afganistán (sobre todo en el sur y en el este). La fidelidad de los pastunes situados en la parte paquistaní hacia Islamabad siempre ha sido puesta en tela de juicio. No en vano su principal obediencia se la deben al código pastún (pastunwali), una suerte de regulación tribal de su vida y costumbres, aderezada en los últimos decenios con una interpretación rigorista del Islam en la línea de los talibanes (estudiantes del Islam).
El ministro de Defensa paquistaní señaló que «simplemente, no nos podemos permitir mantener a nuestros soldados» en las zonas fronterizas. «Tener soldados movilizados en las montañas cuesta cada vez más dinero, así que les diremos que bajen».
Está por ver si la amenaza se concreta o se trata de una medida de presión-respuesta al último movimiento de EEUU, que sabe que el descontrol total de las zonas fronterizas podría agravar su situación en Afganistán.
De momento, Washington persiste en su estrategia de lanzar bombardeos desde aviones no tripulados (drones) contra objetivos en estas zonas. En las últimas horas se han cobrado la vida de al menos 36 personas. GARA