Garikoitz Torregrosa, Iñaki Sáenz | Trabajadores del sector de la educación
Con ilusión y exigencia, reflexiones sobre el cambio en Iruñea
Este trabajo en común basado en la conjunción de fuerzas sería un primer ensayo de cara a conseguir el cambio que no solamente esperamos si no que exigimos, y que deseamos sea liderada por las fuerzas progresistas, abertzales y de izquierdas en Iruñea
Tras el análisis de los resultados electorales, han quedado claros dos aspectos relativos a la fisonomía política de nuestra ciudad.
El primero, que la derecha constitucionalista en su conjunto volvió a ganar las elecciones, aunque continúa con su moderado pero continuo descenso. Y el segundo es que las fuerzas progresistas, abertzales y de izquierdas volvieron a subir su porcentaje de votos continuando el ritmo en ascenso que vienen teniendo desde hace años.
Sin embargo, la derecha en Pamplona, en Iruñea, ha demostrado demasiadas veces que es capaz de conseguir que partidos de diferente corte ideológico al suyo, teóricamente de izquierdas pero prácticamente de derechas, hayan apoyado las políticas que han desarrollado en el ayuntamiento y además han conseguido este insólito hecho, impensable en cualquier otro lugar, apoyándose en un elemento totalmente ajeno a la gestión municipal como es la teórica defensa de la identidad de Navarra.
Desgraciadamente este apoyo puntual o completo a UPN en el Ayuntamiento de Iruñea por parte del PSN y del PP no ha tenido su reflejo en la colaboración puntual o completa entre las fuerzas políticas progresistas, abertzales y de izquierdas presentes en el consistorio. Y no lo ha tenido cuando ha habido elementos más que suficientes en la pasada legislatura para que este hecho se diese. Por fortuna para UPN, la oposición ha ido en demasiadas ocasiones cada cual a lo suyo, incluso poniéndose piedras en el camino, un camino que, cada uno con sus particularidades ideológicas y programáticas, deberían andarlo en grupo, más unidos, aunque algunas veces uno se adelante a otro y otro pueda tropezar y perder el equilibrio. La inmensa mayoría de los votantes de esos partidos no entienden esta nula capacidad de percibir la importancia estratégica de la unión de fuerzas también desde la oposición. Una acumulación de fuerzas que desde la oposición vaya encaminada al beneficio de la sociedad dejando a un lado los intereses partidistas.
La importancia de esta unión de fuerzas se sustenta en diferentes puntos que deberían esclarecer las dudas que pudiesen existir en torno a la conveniencia o no de esta dinámica conjunta:
El primero de esos puntos sería la constitución de una oposición firme, fuerte y capaz de sacar adelante proyectos estratégicos para la convivencia de la ciudadanía de Iruñea, de toda ella en su diversidad y especialmente de las y los ciudadanos que a día de hoy son excluidos y marginados en la vida política y social que se proyecta y diseña desde el consistorio.
La conjunción de fuerzas en torno a políticas progresistas y de izquierdas y en torno a un sentir abertzale y vasquista, sería la imagen gráfica que reflejara el sentir de una gran parte de la ciudad que muchas veces se siente relegada y marginada por la «Iruñea oficial» que se vende desde el gobierno municipal y sus aledaños.
Esta colaboración puntual o completa por parte de las fuerzas de la oposición real debería devolver el protagonismo usurpado durante estos últimos años a la ciudadanía y a los agentes sociales, culturales, vecinales y populares.
Este trabajo en común basado en la conjunción de fuerzas para llevar adelante los puntos anteriormente citados sería un primer ensayo y desarrollo de las políticas de colaboración que, a nuestro parecer, son indispensables en los próximos años de cara a conseguir el cambio que tantas y tantos ciudadanos no solamente esperamos si no que exigimos de la clase política, y que deseamos sea liderada por las fuerzas políticas progresistas, abertzales y de izquierdas en Iruñea.
Por último, creemos que esta dinámica serviría de acicate para que quienes realmente se sienten de izquierda en las bases del PSN tengan la posibilidad de seguir trabajando en la izquierda y por el fortalecimiento de la izquierda, abandonando posturas cicateras y personalistas e integrándose en la construcción de esa alternativa real que permita desalojar a la derecha del poder.
Sirva esta reflexión como apunte a un debate que necesariamente se tiene que dar y que los partidos en la oposición en el ayuntamiento pamplonés, NaBai 2011, Bildu e Izquierda-Ezkerra, deberían abordar cuanto antes mejor. Es hora de que la ilusión escenificada en el apoyo a estos partidos ofrezca resultados que la ciudadanía podamos visualizar, acercando la política, y en este caso el ayuntamiento, a la calle y buscando cauces de participación real de la sociedad en el ayuntamiento. El voto que se da cada cuatro años no significa carta blanca para hacer lo que se quiera ya que el principal cometido que deberían tener es el de ser vehículo de las, en este caso, ilusiones de una gran parte de la ciudad.