Quien el año que viene tenga previsto correr delante de los Victoriano del Río ya sabe qué tipo de preparativo le conviene: sprint. El año pasado sorprendieron por su velocidad en su primera comparecencia en Iruñea, y ayer lo volvieron a clavar. Y curiosamente, justo con el mismo tiempo que entonces: 136 segundos de nada.

En ese periodo les dio tiempo para propinar dos cornadas, tan fulminantes también que casi nadie las percibió. Según el parte médico facilitado por el gerente del Complejo Hospitalario de Nafarroa, un vecino de Iruñea de 40 años llamado M.S.S. sufrió una herida por asta de toro en la zona dorsolumbar en la cuesta de Santo Domingo y fue trasladado, consciente y estable, al antiguo Hospital Virgen del Camino.

El segundo herido por asta de toro se produjo un poco más arriba, en el tramo comprendido entre el final de Mercaderes y el principio de Estafeta. Se trata de V.D.M., de 42 años, de Corral de Calatrava (Ciudad Real), quien fue alcanzado en el brazo derecho y conducido al antiguo Hospital de Nafarroa.

Los dos pitonazos fueron calificados como menos graves. No fue gran cosa, por tanto, teniendo en cuenta el modo en que volaron los toros de Guadalix de la Sierra (Madrid). Sea porque pastan en las alturas de Navacerrada o porque la masa humana del encierro les pone de los nervios, lo cierto es que sus dos únicas carreras sanfermineras han sido frenesí puro.

La sexta carrera del ciclo de 2011, además, confirmó que el toro que viene a la capital navarra es especial. Aunque cualquier día pueden cambiar las tintas, no parece casualidad que consumidos tres cuartos de las fiestas sigamos sin ver un sólo toro rezagado, despistado o remolón. Cuando se descuelga alguno es por delante, no por detrás. La solución dada a las caí- das en la curva de Estafeta también está resultando definitiva para evitar aquellas trágicas rupturas de manada.

Caídas desde el vallado

Así pues, los percances que están dando trabajo a la Cruz Roja tienen más que ver este año con aspectos ajenos al encierro que con la propia carrera. Así, ayer se confirmó que dos personas, un mozo y una moza, están hospitalizados por caerse desde el vallado.

El primer caso es el más grave. Se trata de un joven de Barakaldo de 27 años que fue evacuado el domingo en torno a las 10.00, después de que se precipitara desde las tablas al suelo en circunstancias poco claras. El primer diagnóstico habla de semiparaplejia, con fractura de dos vértebras.

Lo de la chica es más leve. Este ocurrió antes del encierro del lunes, y por un motivo bastante frecuente: dormirse en el vallado en la larguísima espera que precede a la salida de los toros. Se recupera bien y su situación preocupa mucho menos.