La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, decretó tres días de luto por el fallecimiento del cantautor Facundo Cabral, cuyos restos se repatriaron ayer desde Guatemala, donde fue matado a balazos el sábado. Las banderas de los edificios públicos permanecerán izadas a media asta por el artista que «consagró su vida al canto, transmitiendo con sus letras el espíritu de paz».

Silvia Pousa, viuda de Cabral, había dispuesto unos funerales íntimos, pero el clamor de admiradores y amigos hizo que cambiara de opinión y aceptara que el féretro fuese velado en el pequeño Teatro ND Ateneo para luego ser incinerado, como deseaba el artista. El féretro fue recibido por familiares y allegados, a quienes acompañaron el canciller, Héctor Timerman, y el secretario de Cultura, Jorge Coscia.

El presidente de Guatemala, Alvaro Colom, encomendó a Escobedo que entregase un mensaje para Fernández, en el que ratifica el compromiso de esclarecer el tiroteo en el que murió Cabral.

Cabral, designado mensajero mundial de la paz por las Naciones Unidas en 1996, fue matado por un grupo de sicarios que atacaron el vehículo en el que viajaba por la capital de Guatemala junto al nicaragüense Henry Fariña, quien resultó gravemente herido. El Gobierno de Guatemala confirmó que el ataque iba destinado a Fariña, quien además de dirigir una promotora de espectáculos es propietario de una cadena de clubes en toda Centroamérica. Héctor Timerman se refirió a su «supuesta vinculación con el narcotráfico, la prostitución y el juego».