El Parlamento israelí (Kneset) aprobó a última hora de la noche del lunes una polémica ley que impone duras sanciones a quienes promuevan un boicot económico, cultural o académico a las colonias judías en territorio palestino, a sus residentes o a sus productos.

La legislación aprobada por la Kneset, apoyada por el derechista Likud y la mayor parte de los partidos de la coalición gubernamental y sacada adelante por una mayoría de 47 votos frente a 38, además de imponer cuantiosas multas a quienes promuevan y participen en los boicots, les revocará las exenciones fiscales y otros derechos legales e les impedirá presentarse a concursos públicos. También castigará a las empresas israelíes que acepten en sus contratos con la Autoridad Palestina (ANP) no prestar servicios a las colonias, una práctica común en dichos contratos.

Cuatro ONG israelíes defensoras de los derechos humanos anunciaron ayer que llevarán esa ley al Tribunal Superior de Justicia por entender que supone «una violación de la libertad de expresión y asociación» y que «busca dar protección legal a los asentamientos ilegales», y el movimiento israelí Paz Ahora respondió exhortando a la opinión pública del país a boicotear públicamente las colonias, en un claro desafío a a la nueva norma.