Tres altos responsables de la Policía británica fueron llamados a declarar ante la comisión parlamentaria que investiga las escuchas ilegales realizada por el grupo News International, del magnate Rupert Murdoch, para explicar por qué Scotland Yard no investigó el informe de 11.000 páginas en su poder, que incluía los nombres de alrededor de 4.000 personas susceptibles de haber sido sometidas a escuchas. Entre ellas, el ex primer ministro Gordon Brown, quien ayer atacó con dureza al grupo mediático, al que acusó de tener vínculos con el mundo del «hampa» y de recurrir a «conocidos delincuentes» para tratar de acceder a sus mensajes de voz, cuentas bancarias e historial médico de su familia y conseguir información personal cuando él estaba en el poder.

Uno de los oficiales policiales que declaró fue John Yates, responsable actual de la lucha «antiterrorista» en Scotland Yard, quien afirmó estar seguro «al 99%» de que su teléfono estuvo intervenido en 2005 y 2006, aunque dijo no saber por quién. Admitió que la Policía cometió un error al no reabrir en 2009 la investigación sobre escuchas telefónicas ilegales, tras las nuevas revelaciones de «The Guardian». Ante las críticas recibidas por la Policía, Yates dijo que entonces no había suficientes elementos para reabrir la investigación y se limitó a señalar que el dominical «News of the world» no cooperó.

Hasta ahora Scotland Yard se ha escudado en el asesoramiento jurídico sobre la dificultad de la empresa y en la prioridad dada a la lucha «antiterrorista» para justificar su fracaso. Sin embargo, el primer ministro, David Cameron, salpicado también por el escándalo, apuntó a la relación «íntima» entre la prensa y la Policía, que, a su juicio, debe cesar.